La Copa financiera
Por Santiago Gómez
Vivir la Copa, como le dicen los brasileros al mundial, la que decían los medios de comunicación que no íbamos a tener - cuando jamás existió posibilidad cierta de que no se jugase- te permite observar directamente al poder financiero. El negocio detrás de las obras, la venta de la televisación. Sin ir tan lejos, los futbolistas se hicieron ricos cuando ingresó el capital financiero en el negocio del fútbol. Y el negocio del fútbol se hizo grande gracias a la televisación, que se hizo grande cuando ingresó el capital financiero en el negocio, que se hizo hegemónico al tener en cada televisor un vendedor en cada casa. Desde la invención del telégrafo, con Western Union, que el capital financiero está detrás de todo posible contacto uno a uno que posibilite una venta, está detrás de todos los grandes medios en el mundo, de las telecomunicaciones.
Lamentablemente la mayoría de las relaciones sociales en occidente se piensan con la lógica del mercado: el otro es un posible comprador, tengo que aprovechar el contacto con el otro para ganar. El ideal de ganar lo heredamos de los griegos, la lógica competitiva en las relaciones sociales, al otro siempre hay que ganarle. Sumado esto al ideal de ser rico del capitalista, enriquecerse en poco tiempo, ganando mucho e invirtiendo poco. Podemos recordar que la lógica del capitalismo es: mayor beneficio al menor costo. El accionar de los fondos buitres así lo demuestra, comprar por 40 y querer ganar 1500. Y el imperio de esta cultura en el mundo se hizo con televisores, nos conquistaron con un ejército de veinte pulgadas. La Copa es una expresión de que jamás el poder de disciplinamiento de los cuerpos del capitalismo ha sido tan grande: millones de personas en distintos lugares del mundo mirando hacia un mismo lugar al mismo tiempo, idealizado la imagen. Si hasta los jugadores copian lo que ven en la pantalla y quieren jugar como los de la Play.
El poder de la televisión
Estados Unidos, ante el surgimiento de los fenómenos políticos europeos con capacidad de movilización social organizada, el socialismo ruso, el fascismo italiano, el nazismo, comenzó a invertir recursos para analizar esos fenómenos, para saber cómo dominar el comportamiento de las masas. Freud en su texto “Psicología de las masas y análisis del yo”, analiza este fenómeno, dialoga con otros autores que, antes que él, ya analizaban esos fenómenos, y señala que el punto central de los mismos es el proceso de identificación con el líder, el proceso central es la identificación. Señala que la identificación de la masa puede ser tanto con un líder como con un ideal. Los dueños de la televisión saben de esto, no por casualidad Eliseo Verón era el semiólogo de Clarín. La televisión propone un ideal de sociedad al cual la población se identifica. Quiere ser como el que aparece en la tele, tener lo que ve en la tele, y nadie que haya viajado o visto un turista puede negar esto, estamos todos vestidos igual. Vestimos igual que los estadounidenses, fueron ellos quienes difundieron la ropa deportiva.
Jugar para la tele
La televisión es una máquina de vender imágenes, el cuerpo ideal, el peinado. Este es el mundial de la televisión por sobre todos los mundiales. No solo porque la organización del mismo es una respuesta de Lula a los dueños del capital financiero, para que los extranjeros conocieran el Brasil que la televisión no muestra, sino porque nunca en la historia de los mundiales estuvieron los jugadores más lookeados. Antes del negocio de la transmisión de los partidos, los jugadores no jugaban para la tele, a lo sumo para la tribuna. Crearon las Fan Fest, después que los gobiernos locales de Sudáfrica colocaran pantallas en espacios públicos para que la población pudiera asistir a los partidos, y el capital financiero, que da vida a la FIFA, vio en eso un negocio y transformó un evento obligatorio para vender publicidad, gran destino de lavado de activos.
No se puede negar que el negocio de fútbol es un lavadero de guita gigante. Nadie tiene dudas de por qué se hacen en Uruguay transferencias de jugadores argentinos. Tampoco es casualidad que la sede de la FIFA esté en Suiza, que como Uruguay, garantizan el secreto financiero y son destinos para cuevas financieras. La Copa se realiza en el punto más alto de la confrontación de los Estados del mundo contra el poder financiero. La fuerza para confrontar al poder financiero que consiguió América Latina uniéndose, se fortaleció con la conquista argentina de renegociación de la deuda, que después del quiebre de la ilusión financiera en el 2008, se tornó referencia para Estados que atraviesan las consecuencias del neoliberalismo en sus países, lo que se evidenció en el encuentro del G77+China y las manifestaciones del Papa Francisco contra el poder financiero. Que como no pudo ser de otra manera, fue bautizado de comunista, por quienes todo lo bautizan, los medios del capital financiero.