Los ricos planean su huida
Por Rubén Costiglia (*)
Que las cosas van mal en el mundo es algo conocido. El colapso medioambiental, el calentamiento global, la extraordinaria concentración del poder en pocas manos que ha aumentado de manera vertiginosa la desigualdad en el mundo. La secuela de guerras y desastre climático: migraciones masivas que se transforman en huidas desesperadas intentando sobrevivir, mientras el mundo desarrollado se blinda y condena a los desesperados a morir a sus puertas, como parte del escenario cotidiano.
Douglas Rushkoff (foto), licenciado en Princeton, con maestría en Bellas Artes por el CalArts, y un doctorado en Nuevos Medios, es un teórico de los medios, escritor, columnista, conferencista, asociado con la cultura del cyberpunk en sus primeros pasos. En un artículo reciente, Rushkoff cuenta que el año pasado lo invitaron a dar una conferencia en un resort de gran lujo, ante un público selecto. Comenta también que el pago por su conferencia era extremadamente generoso. La sorpresa fue que la conferencia se transformó en una plática con cinco supermillonarios.
Las inquietudes de los millonarios eran por ejemplo saber qué región o regiones se verían menos afectadas por el cambio climático, o si es cierto que Google está construyendo una forma de albergar la mente de Ray Kurzweil, o detalles sobre cómo sobrevivir en un búnker a un evento catastrófico, que podría ser una explosión nuclear, una convulsión social de grandes dimensiones, el colapso medioambiental causado por el cambio climático, etc.
El interés por el futuro de la tecnología que expresaban los interlocutores de Douglas Rushkoff, era en realidad el interés por ver de qué forma la tecnología podía ayudarles a trascender la catástrofe que veían como inevitable, veían el mundo al borde de un apocalipsis, ellos habían colaborado en producir esa situación, pero no les preocupaba lo que pudiera ocurrirle a los demás, sólo buscaban una forma de escapar, una forma de huir.
Estos especuladores financieros, o banqueros de éxito, viven una separación, una alienación de la realidad. Una maniobra especulativa puede llevar a la miseria y a la desesperación a millones de personas, pero no lo ven, o peor, no les importa.
El capitalismo digital se construye sobre la explotación y esclavitud de millones de personas. La huida de unos pocos apoyada en algún desarrollo tecnológico al que sólo unos pocos pueden acceder no es otra cosa que más de lo mismo. Si no hay una salvación para todos probablemente no haya salvación para nadie. Los que concentran poder y dinero se olvida que el ser humano es un ser social, sin los otros no somos nada.
(*) El ingeniero argentino Rubén Costiglia reside en México, donde se desempeña como docente universitario y mantiene una columna de divulgación científica en el periódico Síntesis. El artículo que hoy comparte este AGENCIA fue publicado el último 9 de agosto. El autor agradece a Carlos Iaquinandi Castro haberle puesto en conocimiento del tema de esta nota.