Macri Presidente: puesto menor

Por Juan Ciucci

Saber si la anécdota es verdadera, no nos es tan importante ahora. Nos sirve para pensar nuestro presente, porque resulta verosímil. Se la escuché (creo que como todos) al cómplice con la dictadura cívico militar Chiche Gelblung: Magnetto le dice a Menem, en una reunión privada, que su puesto es menor.

Estos años de kirchnerismo permitieron (entre tantas otras cosas) recuperar el poder del Ejecutivo en el Estado Nacional. Un poder que no fue pedido prestado a las corporaciones, sino que se construyó en base al apoyo popular. Apoyo que se consiguió al escuchar las demandas del Pueblo, atento a cumplir aquella máxima vociferada por tantas gargantas en nuestra historia: “para que reine en el Pueblo el amor y la igualdad”.

En este cambio de gobierno, de las primeras cosas que ha destruido Mauricio Macri es ese poder que el Presidente detentaba. Ha recuperado con su accionar aquella tradición en la cual los “dueños de la Argentina” sabían que las decisiones no se tomaban en Casa Rosada. Estábamos desacostumbrados a esa dinámica, pero estos días de diciembre nos comenzaron a traer malos recuerdos.

Ese poder que se pierde es proporcional al intento por ganarlo en aquellos lugares que dicen detentarlo. Su cena de gala en el Teatro Colón, sus decretos para “el campo” o la UIA, y hasta su aparición estelar en el programa de Susana, dan cuenta de ello. La ex Presidenta lo dijo cuando denunció sus gritos telefónicos: la exasperación de sus equipos por lograr “una imagen de autoridad en el presidente electo”.

Hace tan solo 7 días que juraba como Presidente, y ya sabemos dónde fue a buscar esa autoridad. Cada vez queda más claro que es un gobierno de las corporaciones. En eso, tan parecido a los que conocimos en nuestra historia y tan distinto a estos últimos doce años. Como bien dijo Hebe (y ahora por eso la quieren enjuiciar) es el enemigo, porque en estos años hemos comprendido que la disyuntiva (quizás una de tantas) es Pueblo o corporaciones.

Entretanto, el blindaje mediático sigue su curso, y una devaluación es una “quita al cepo” o un ajuste es un “sinceramiento”. Celebraron al unísono la visita a Susana tanto el oficialista Clarín como el oficialista La Nación. Cambiemos, que la pavada celestial en avalancha intenta deglutirnos.