Robledo y La Coordinadora
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis
Los despidos en la Sub Secretaría de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación pusieron a Pedro “Piter” Robledo en el centro de la escena, para lo que se preparó y donde el kirchnerismo lo colocó. El 2001 lo encontró encerrado dentro de un teatro ensayando, como a tantos otros jóvenes la crisis lo precipitó a la participación política; años después una golpiza recibida por su elección sexual, propiciada dentro de su grupo de pertenencia, generó que Cristina Fernández lo invitara a la Casa Rosada, el respectivo impacto mediático y que generó que su partido, que votó contra la ampliación de derechos de ciudadanos como él, lo colocara en un lugar que no tenía. Ayer Robledo participó del del show televisivo que concentra la mayor cantidad de representantes políticos, y ante las críticas de algunos panelistas al gobierno, “Piter” dijo que se equivocan quienes creen que ellos van a ser una juventud que diga sí a todo, porque cuando haya algo que no compartan lo van a criticar. En cuanto escuché semejante afirmación, recordé las comparaciones que algunos periodistas y cientistas políticos hicieron entre la Coordinadora y La Cámpora. Fue necesario que Robledo abriera la boca para saber con la juventud de qué partido se puede comparar a la organización radical.
¿Cambió?
Me sorprendió escuchar a Robledo pedir que no se estigmatizara la militancia porque él es un militante. Tras su participación en 6-7-8, donde demostró que la seguridad de sus afirmaciones y el retruque a los panelistas le permite asegurar una posición de avance y hacer que retrocedan las preguntas, como ayer en Intratables, lo invitamos a APU Tv. Entre otras cosas, quisimos saber cómo se reconocía, si como militante o activista. Activista, respondió. ¿Fue un focus group? ¿Fue el último mail recibido con el guión que manda Duran Barba? ¿O tan solo se trata de descubrir que estar en la gestión no se trata de andar volcando opiniones sin fundamentos sino de tomar y acatar decisiones, como en cualquier institución jerárquica? Lo cierto es que la discusión avanzó un casillero y ahora Robledo reconoce que milita.
La juventud del PRO y la Coordinadora
Las dimensiones de La Cámpora, observadas con atención a nivel regional, llevó a que cientistas políticos con predilección por el discurso republicano y fervientes amantes del conservadurismo de las instituciones, compararan a la juventud kirchnerista con la juventud radical que acompañó al gobierno de Alfonsín. ¿La razón? Jóvenes que ocupan cargos en el Estado, después no pueden tomarse en serio otros puntos de coincidencia. La Cámpora se crea con el kirchnerismo en el gobierno por un grupo de jóvenes que venían militando desde el secundario, en universidad, en los barrios y con una alianza con un sector de la clase trabajadora organizada. Basta recordar que cuando en el 2001 Iván Heyn asumió por TNT la conducción de la FUBA con el Frente 20 de diciembre, cuya vicepresidencia obtuvo el Partido Obrero, Julio Piumato estaba entre los presentes.
Más allá de la procedencia de clase y las funciones en la gestión pública, no resiste la comparación entre La Coordinadora y la juventud liderada por Máximo Kirchner. Basta observar el tiempo de existencia de una fuerza y el de la otra, para evaluar lo fundados que estaban los temores de quienes se preocupaban por el final de la fuerza kirchnerista. Hay también una cuestión fundamental que radica en el tipo de construcción política y cuál es la función y el lugar de la juventud acompañando un gobierno. Recuerdo el artículo “Ese hombre”, escrito por el diputado Andrés Larroque en el segundo número de la revista “Desafíos para un proyecto nacional”, publicada tras la muerte de Néstor Kirchner, un de las pocas manifestaciones públicas de la organización hasta ese momento, donde Larroque señaló que el objetivo es la construcción de una fuerza con despliegue territorial y capacidad de gestión que posibilite la transformación social y la profundización de lo alcanzado, con una estrategia de avance en el tablero. Para esto consideraba importante la unidad con la juventud sindical. Esto en nada se parece a lo hecho por la juventud radical cuyo tarea se dedicó a apoyar a un gobierno que prácticamente retrocedió desde el inicio en términos de derechos laborales y que hasta hoy señala a los trabajadores organizados de la culpa de ese retroceso.
Las dos veces desde el regreso de la democracia que la juventud radical estuvo en el gobierno hizo lo mismo: acompañó un retroceso. Al escuchar a Pedro Robledo encarnar el personaje del joven rebelde, porque esa sería la tarea que a la juventud le corresponde, cuando otra vez se comienza a señalar a los trabajadores organizados como fuerzas desestabilizadoras, mientras los trabajadores pierden poder adquisitivo, derechos, y la juventud de la fuerza gobernante se limita a repetir un discurso republicano, creo más acertado buscar en la juventud del Pro la semejanza con la Coordinadora, que entre los jóvenes kirchneristas.