Tarifazos, movilizaciones y más cosas que sabemos sobre el futuro
Por José Cornejo*.
La predicción más explícita es el tarifazo. El presidente Mauricio Macri repite una y otra vez que los aumentos de los servicios públicos fueron graduales y aún van por menos de la mitad ("recién va el 45% del ajuste" dijo en el programa de Mirtha Legrand). El viernes 31 continuó el zarpazo.
La segunda, menos visible pero recontra anticipada, es una devaluación. El 16 de febrero de 2016, el dólar venta alcanzó los $15. Trece meses después está $15,75. En más de un año, el dólar aumentó solo 5%. En tanto la inflación oficial para once meses (abril 2016 – febrero 2017), según INDEC fue de 21,4%. Estimando los dos meses faltantes, se podría redondear 24%. Todo indica que el gobierno frizará el dólar hasta después de las elecciones. Dentro de siete meses, y proyectando 2% mensual de inflación, se deberían sumar otros 14 puntos. Total: 38% de inflación que el gobierno deberá pasar al dólar (menos el mencionado 5%). Esto considerando que la canilla de crédito internacional se mantenga abierta, que el “Pelu” Trump no decida seguir subiendo las tasas. A comprar dólares que se acaba el mundo.
La tercera es más sencilla desde las matemáticas. El gobierno presentará la única fuerza partidaria nacional. Esto es: la única coalición presente en todas las provincias. A excepción del FIT, claro. Por lo que los diarios, el lunes posterior a las elecciones, afirmarán que “Cambiemos ganó”. (Digresión. Disculpe lector si comulga con el FIT, pero es altamente improbable que el trostkismo derrote al oficialismo. En este caso, todo este diagnóstico sería mucho más catastrofista.) La victoria del macrismo será tautológica. Única fuerza, único ganador. Pero tal como los niños aprenden rápido, ganarle a nadie no resulta ser una fuente de legitimidad muy duradera.
De estas tres predicciones, también se pueden visualizar algunas inferencias.
Primero, que la conflictividad social va a seguir teniendo combustible. Quizás este marzo callejero se vaya extinguiendo pero el tarifazo y el dolarazo pos-octubre van a tener toda la chispa. La exitosa (en términos gubernamentales) Marcha del sí también potenciará la grieta.
Segundo, el gobierno no va a quedarse de brazos cruzados ante el naufragio económico y las manifestaciones del descontento social. Irá aumentando la respuesta policial, como lo anticipó el colega Santiago Asorey. Cuando no hay pan (y ya no alcanza el circo), hay palos.
Perdone la autosuficiencia, lector, pero esto ocurrirá. Lo que no se sabe es la escala: crisis económica, conflictividad social y represión reconstruyen una imagen delarruista o del 89 alfonsinista. Esto no es necesariamente así. La performance del PBI en 2016 fue de -2,3% en tanto la de 2001 fue de -4,4% (y arrastraba -0,8 en 2000 y -3,4 en 1999) . El porcentual de la caída no se traduce automáticamente en descontento social, pero es un indicador que la crisis no es tan terminal como en aquel entonces. ¿O sí?
* Director Agencia Paco Urondo. Foto: Marcha del sí, frente a Casa Rosada, de Juan Manuel Ciucci