Brasil: renunció Sérgio Moro
Por Santiago Gómez
Desde San Pablo
El exjuez Sérgio Moro renunció al ministerio de justicia luego de que Jair Messias Bolsonaro echara al director general de la Policía Federal, responsable en Brasil por las investigaciones criminales. El presidente y sus tres hijos son investigados por sacarle dinero a asesores, por sus vínculos con el asesinato de la concejal Marielle Franco, por el financiamiento de la campaña en las redes sociales y sus vínculos con la milicia. Moro afirmó que cuando asumió Bolsonaro le dio un cheque en blanco para nombrar funcionarios y que puso como condición que si algo le pasaba le garantizaran una pensión a su mujer. Expresó que Bolsonaro echó al director de la Policía Federal porque quiere alguien de confianza con quien pueda conversar directo y le pase informaciones de inteligencia sobre las investigaciones. "Imaginen si durante el gobierno de Dilma la presidenta hubiese llamado al director de la Policía Federal", dijo el exjuez.
En el día de ayer se anunció la expulsión de Maurício Valeixo de la dirección general de la Policía Federal. Valeixo fue aliado de Moro en la operación Lava Jato, que condenó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sin prueba alguna y “por hechos indeterminados”, según firmó el propio Moro en la sentencia. Con la salida de Valeixo ayer Folha de São Paulo anunció que Moro renunciaría. El exministro de justicia afirmó que supo de la salida de Valeixo por el Diario Oficial, siendo que aparecía su firma electrónica en la decisión administrativa. El hecho representa un delito administrativo, un delito más en la cuenta de Bolsonaro.
Moro convocó a una conferencia de prensa a las 11 de la mañana del día de hoy, comenzó lamentando hacerlo por la pandemia, repasó la cantidad de muertos por el coronavirus, 407 muertos en el día de ayer, 3313 en total, pero dijo que era inevitable hacerlo, frase con la que confirmó la información dada por el principal diario brasilero. El principal motivo de la renuncia fue la interferencia de Bolsonaro en la Policía Federal. Moro reconoció que esa era una preocupación que tuvo durante la operación Lava Jato, cosa que no sucedió, pero dijo que no puede aceptar que eso suceda. “Es cierto que el gobierno de aquella época tenía innumerables defectos, hechos de corrupción que sucedieron en aquella época, pero fue fundamental que mantuvieron la autonomía de la Policía Federal”, afirmó.
Moro contó que cuando Bolsonaro le propuso ser ministro de justicia le prometió que podría nombrar quien quisiera en la Policía Federal y que Moro asumiría para combatir la corrupción, el crimen organizado y los delitos violentos. Moro desmintió que la condición para asumir el ministerio era que lo nominaran para el Supremo Tribunal Federal y contó cuál fue la que puso. “Hubo una única condición que puse, que no iba a revelar, pero ahora no tiene más sentido mantenerla en secreto, lo pueden confirmar con el presidente como con el general Heleno (N.E: ministro jefe del gabinete de seguridad nacional, responsable por la inteligencia nacional), a los que les dije que como estaba dejando después de 22 años la magistratura, contribuí 22 años al sistema previsional y perdía la jubilación judicial, pedí que siendo que seríamos firmes contra el crimen organizado que si algo me sucediese que mi familia no quede desamparada sin una pensión”.
Moro señaló que a partir del segundo semestre del año pasado Bolsonaro comenzó a insistir en cambiar a la cúpula de la Policía Federal. Primero quiso sacar al super intendente de la policía federal de Río de Janeiro, donde fueron cometidos los delitos por los cuales están siendo investigados los hijos de Bolsonaro. “Sinceramente no había motivos para sacarlo del cargo, pero conversé con él superintendente y quiso salir”, afirmó Moro. Contó también que Bolsonaro comenzó a insistir en echar al director de la Policía Federal, pero Moro le respondió que para hacerlo necesitaba una causa real, un hecho grave que el funcionario hubiera cometido.
Moro destacó que no recomendaba cambiar al director general por cuestiones políticas, que eso no iba a salir bien. Contó que ayer se lo repitió a Bolsonaro y que el presidente le dijo que sería una intervención política. “El presidente me dijo que quería una persona de contacto personal de él, que la pudiera llamar, que le pase informes de inteligencia, y ese no es el papel de la Policía Federal, las investigaciones tienen que ser preservadas. Imaginen si durante la Lava Jato la presidenta Dilma hubiera llamado por teléfono al director general de la policía federal para tener información. La autonomía de la policía federal, de la aplicación de la ley, es un valor fundamental que debemos preservar en el Estado de derecho. El problema no es quién será el próximo director, sino por qué ponen a otro. Si el director general no le dice que no al presidente en esos asuntos, no quiero imaginar a qué otras cosas no le dirá que no”, afirmó el exministro.
“Supe que echaron al director general por el Boletín Oficial, yo no firmé ese decreto”, informó Moro, siendo que su firma digital aparece, lo que constituye un delito administrativo. “No hubo pedido formal de renuncia, la Secretaría de Comunicación informó que la hubo, pero eso no es verdad. Eso dejó claro que el presidente me quiere afuera, que no quiere que continúe en el cargo. De cualquier manera entendí que no tenía cómo aceptar esa sustitución, por mi biografía como juez debo respetar el estado de derecho”, señaló quien lo violó sistemáticamente, pinchando el teléfono de la presidenta Dilma, filtrando las grabaciones a los medios de comunicación, condenando a Lula sin pruebas.
“No tengo cómo continuar sin tener condiciones de garantizar la autonomía de la Policía Federal, el presidente no cumplió con los compromisos asumidos”, afirmó Moro.