Lula: "Que me digan qué empresario invierte cuando la población no consume"
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis - Brasil
En el día de ayer (19) el ex mandatario brasilero, Luiz Inácio Lula da Silva, participó del lanzamiento del 6to Congreso Nacional del Partido dos Trabalhadores, que se espera se realice antes de junio. Como desde el año 2013 les recordó a los dirigentes que la política no se hace cada dos años sino que deben volver a las calles, los sindicatos, conversar con los movimientos sociales. Señaló que su tarea para el 2017 es recuperar la imagen del partido para volver a generar esperanza. Confesó diferencias internas con los economistas del PT que consideran que fue un error basar el crecimiento económico impulsando el consumo y no sobre la inversión en desarrollo industrial. Lula señaló que deben volver a gobernar para que el Estado sea el impulsor de la economía. "Sabemos que lo que sucedió con Dilma no fue solo fruto de nuestros adversarios, sino también que lo que estábamos haciendo, pensando, constribuyó para debilitarnos delante de nuestro adversario", señaló.
Durante un evento en San Pablo con la dirigencia del PT, donde se planificaría el próximo congreso nacional del partido, el presidente honoario del PT señaló que el partido está viviendo el momento más difícil de su historia y que "si no decidimos lo que hacer correctamente, podemos tirar por la borda una expectativa de esperanza que la sociedad aún deposita en nosotros. No podemos ignorar lo que pasó en las últimas elecciones, tuvimos una derrota muy grande". El PT en cuatro años perdió el 60% de las intendencias que tenía, pasando de 638 a 256. "Nosotros teníamos una ligación muy fuerte con los movimientos sociales, que producía que muchas veces el PT se confundía con la Iglesia, la Iglesia se confundía con el PT, no con la del Vaticano, el PT se confundía con el Movimiento Sin Tierra, se confundía con la Central Única de los Trabajadores, y tantos otro movimientos de la sociedad. Hoy la situación está más difícil porque una parte de la esperanza que construimos en ese país viró desesperanza", señaló.
La confusión a la que Lula se refiere se debe a que el PT fue construido por militantes de distintos espacios de la izquierda que confluyeron en la creación de un nuevo partido, miembros de diferentes organizaciones, con un importante apoyo e impulso de la iglesia católica tercermundista, con referentes como Frei Betto y Leonardo Boff.
"No podemos olvidarnos que en el 2002 elegimos 91 diputados y que hoy sólo tenemos 58 diputados. Yo no soy de los que piden la vuelta al pasado, pero tenemos que cambiar nuestro estilo de hacer política. Tenemos que creer que la nueva relación con el pueblo no puede ser solo durante período electoral, tiene que ser cotidiana", señaló el histórico dirigente sindical. Lula indicó que el mandato de un consejal no puede valer más que la dirección municipal del partido y los presentes estallaron en un aplauso. Pero luego agregó que el mandato de un diputado provincial no puede valer más que la dirección provincial del partido y las palmas no se escucharon, claro, había diputados entre el público, y lo mismo pasó cuando dijo que el mandato de un diputado o un senador nacional no puede valer más que la dirección nacional del partido, el silencio incómodo se hizo oír. Cuando dijo que todo el partido no puede valer más que los movimientos sociales, las tres personas que aplaudieron probaron lo lejos que está el PT de los movimientos sociales, la poca presencia de los mismos en los lugares de toma de decisión.
Desafío partidario
"Lo que me preocupa es saber si seremos capaces de aprovechar el congreso del PT para construir una propuesta que haga que las personas vuelvan a tener esperanzas en nosotros. No podemos más sólo hacer política de resistencia, porque nos quedamos gritando 'Fora Temer'y Temer está ahí adentro, gritamos "Não vai ter golpe" y hubo golpe, estamos gritando contra la reforma y ellos la están aprobando en un tiempo tan record que un dirigente me dijo "no tenemos tiempo de seguirla de la rapidez con la que están aprobando las cosas". Luego Lula advirtió que la elite brasilera construyó un pacto, "quizá el pacto más fuerte que la elite brasilera consiguió construir en la historia de este país, destruir al PT por la ascención social que promovimos en este país, por los millones de descartados, descamisados, descalzos y negros y blancos pobres que subieron un escalón en este país".
El discurso del ex presidente mostró que los proyectos nacionales y populares en la región no están pudiendo superar un mismo obstáculo: la resistencia que genera el ascenso social aún en los que ascienden. "Sabemos que en este país las personas no quieren que una pase a la otra y la que estaba en el décimo tercer escalón, cuando llegó al décimo primero, al noveno, no quiere que los demás suban, hay una preocupación en las personas por aquellos que están arriba. Eso exige del PT una reflexión para aprender a convencer a las personas de que la ascensión de los de abajo no es un mal para ellas, sino un bien". Sobre esta misma dificultad no sólo han reflexionado Cristina Fernández de Kirchner, Álvaro García Linera, sino que hace a las sociedades divididas en clases.
El ex mandatario, advirtió que después de los logros alcanzados el partido no pueden volver a ser simplemente u partido de oposición, que es necesario que se discuta de verdad la reforma política, la cual fue resistida por la dirigencia partidaria, ya que terminaba con las candidaturas nominales por un sistema de listas. La economía fue otro de los temas sobre los que Lula se refirió. "Yo les confieso que tengo una diferencia con nuestros queridos compañeros economistas. Yo creo que si queremos resolver la salida brasilera: es necesario volver a incluir a las camadas más pobres. Me dicen que basamos el crecimiento en el consumo y no en el desarrollo industrial. Si alguien me presenta un segmento industrial que pueda crecer sin consumo yo retiro lo que estoy diciendo. Yo quiero saber con el crédito cayendo, la inexistencia de financiamiento, el desempleo en el 12% con perspectivas de llegar al 14% y los empresarios endeudados, yo quiero saber quién va a invertir para el desarrollo de ese país, cómo van a resolver el problema exportando".
El Estado como polea de la economía
Las palabras del ex presidente brasilero prueban que a nivel mundial lo que está en disputa es la ocupación del Estado para direccionar desde la administración pública la distribución de los recursos que la economía genera. Lula señaló que el Estado debe volver a ser el inductor del crecimiento económico y compartió propuestas para discutir partidariamente y con la sociedad: "Tenemos que tener el coraje de hacer que los bancos públicos vuelvan a ser públicos; el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) tiene que volver a hacer inversiones. No queremos que el Banco de Brasil y la Caja Económica tengan pérdidas, pero tampoco que compitan en utilidades con los bancos privados. Tercero, si fuera necesario, usar nuestras reservas para invertir en infrasestrucura y crecimiento económico; cuarto, si fuese necesario tenemos que aumentar nuestro endeudamiento público. Quien se los está diciendo bajó la deuda pública del 60% al 34%. Hay que debatir eso de que no se puede aumentar la deuda pública, la deuda no puede aumentar si vos no estás haciendo inversiones productivas, pero si te endeudas para construir activos productivos, que signifiquen que a futuro aumentás los activos del país, se puede hacer".
Es necesario mencionar que el argumento con el que se dio el golpe al gobierno de Dilma Rousseff fue que la mandataria no cumplió con la meta fiscal, que el Estado gastó más de lo que tenía previsto. La Constitución y las leyes brasileras, muy condicionadas por el poder económico financiero, ponen límites al volumen de recursos que puede administrar el poder ejecutivo, conscientes de que la falta de recursos limita la capacidad de hacer política económica. Basta recordar que mientras Argentia atravesaba importantes dificultades por la restricción de divisas, no consiguió un préstamo del gobierno de Dilma Rousseff, que tenía una sólida cantidad de reservas.
"Yo les pido a los economistas del partido que me hagan una propuesta. Acá todos queremos combatir la corrupción, pero no da quebrar la economía brasilera, en nombre del combate a la corrupción. Un juez que quiere acabar con la imagen de una persona antes de que sea juzgada, no está cumpliendo con la función de juez, está cumpliendo con la función de la prensa", señaló el ex mandatario.
Todos unidos triunfaremos
Como señalamos en diferentes oportunidades, el PT tiene la estructura institucional de un partido comunista y dentro del mismo se expresan distintas tendencias, agrupamientos internos que destinan más tiempo a disputas internas que en interpelar a la sociedad. Es por esto que Lula advirtió que "el 2017 tiene que ser para recuperar la imagen del partido. Tenemos que tener cuidado y valorizar la unidad del partido. Cuando una tendencia va para un lado y una tendencia va para el otro, los adversarios atraviesan nuestro medio y llegan en primer lugar".
Lula alentó a que no es posible esperar hasta el 2018 para que se vaya Temer, sino que hay que salir ya a la calle a conversar con la población. "Nosotros podemos aguantar, pero ¿la sociedad brasilera puede aguantar? ¿Las personas que están perdiendo el empleo pueden aguantar? Dentro de poco van a volver los saqueos en el nordeste, cosas que habían terminado. Tenemos que aprovechar este momento, en el que están destruyendo lo que nosotros construimos, para debartir con aquellos que no gustan de nosotros, con aquellos que no creen en nosotros, con los que salieron a las calles para derrubar al PT, porque esas personas hace algún tiempo creyeron en nosotros o no creyeron pero no era tan hostiles".
Para cerrar su discurso, Lula se refirió a la dirección del partido. La mayoría de la dirigencia petista coincide en que Lula debe volver a presidir el partido, ya que es el único que consigue unificar a todos, pero durante la conducción del Estado el ex mandatario aprendió la cantidad de tiempo que se pierde en internas partidarias, sobre lo que advirtió al ex presidente venezolano Hugo Chávez. "Si hay algo que tiene que hacer este congreso es elegir una dirección que sea dirección. Una dirección determina las cosas, una dirección es hecha con aquello que tenemos de mejor, si queremos cambiar este partido", dijo dándole la espalda a Rui Falcão, el actual presidente partidario, para agregar a continuación "la segunda cosa Rui, si decidimos hacer las cosas en serio, tenemos que decir alto y fuerte al pueblo brasilero que este partido y sus dirigentes van a volver a caminar este país, a hacer debates, volver a las universidades, volver a los sindicatos, visitar campamentos y asentamintos, visitar ocupaciones, conversar con empresarios, debatir con nuestros empresarios sobre el modelo económico que proponemos".
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