Sader: "Es un ajuste durísimo como el de Argentina"
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis - Brasil
Emir Sader (73) es uno de los principales pensadores de la política brasilera y referente de la izquierda de este país. Fue una de las cientos de personalidades públicas que se acercaron hasta Curitiba para acompañar al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva al ser llamado a dar declaración indagatoria por el juez Sérgio Moro, en el marco de la operación Lava Jato. Vestido con remera del Partido dos Trabalhadores, Sader escuchó emocionado las palabras de Lula durante su discurso.
Pasados los setenta años Emir Sader muestra una agilidad mental y entereza física intacta. Estuvo durante horas de pie esperando la llegada de Lula a la Plaza de la Democracia donde lo esperaban 50.000 personas que se movilizaron a darle su apoyo. Cuando el momento llegó, Sader se mantuvo de pie bajo el escenario mirando con respeto y admiración al líder, acompañó con aplausos sus intervenciones, con risas y emoción las palabras del máximo dirigente político que dio este país.
Durante la espera del discurso del ex mandatario, Sader tuvo la generosidad de conversar con Agencia Paco Urondo
APU: Durante todo el año en las universidades públicas se pudo observar a los profesores que siempre tienen una crítica de izquierda pero parados arriba del muro y después del golpe están preocupados por la pérdida de recursos pos Temer ¿Cuál es la enseñanza que creés que les deja el golpe a los intelectuales brasileros?
Emir Sader: Que el destino de todos está en juego, es un gobierno de los banqueros, del 1% por lo que de una u otra manera todos pagan el precio del cambio. Es un ajuste durísimo, como el de Argentina, que se pone en práctica como si no hubiera pasado nada en los noventa, el 2000, como si no hubiéramos tenido flexibilización.
Todos tienen que darse cuenta que el futuro de la primera mitad del siglo de nuestros países se juega ahora. En el caso de Brasil, particularmente, porque Temer no fue elegido y hay una unidad muy fuerte en la oposición y por el peso de Brasil. En Brasil y Argentina se juega nuestro futuro, si Brasil se suma a Argentina en una línea de derecha se consolidaría un retroceso brutal en el continente. Si no ganamos en Brasil tendrá efectos sobre México, Argentina.
APU: En las universidades nacionales de América Latina se difunden algunas teorías de la izquierda europea según la cual la salida para los sectores populares serían, lejos de la organización, las manifestaciones espasmódicas que les aseguren a cada uno su derecho a la privacidad, que les aseguren su individualidad. Después de Gianni Vattimo, las manifestaciones de Seattle, Génova, lo que pasó en España ¿No queda demostrado que una manifestación no consigue cambiar la correlación de fuerzas?
ES: Más movilizados que ahora nunca estuvimos, si no hay una salida política nos derrotan. La movilización es una condición necesaria, indispensable, pero no suficiente, porque tenemos que llegar a una salida que desemboque en lo político. Cuando fueron las elecciones del 2001 y el 2002 en Argentina, el “que se vayan todos” era un slogan muy lindo pero no se van, no se los echa. Si no estaba Néstor ganaba Menem, dolarizaba Argentina y acababa con América Latina.
No es así, no es espontáneamente que la izquierda avanza, hay que combinar, como dice García Linera, calle con política. Es lo que intentamos hacer, lo que hicimos en este período pero por debilidades nuestras y fuerza de ellos nos hicieron retroceder. Ahora estamos tratando de recomponer la ofensiva del movimiento popular pero buscando salidas políticas también, para que no sea sólo resistencia, también transformación.
APU: ¿Cuál cree que son los desafíos más grandes que tiene el Frente Brasil Popular por delante?
ES: No el FBP, la izquierda en su conjunto, es impedir que ellos bloqueen a Lula como candidato. Vivís en Brasil y te das cuenta que si Lula es candidato gana o gana, entonces lo que la derecha trata de jugar es sacarlo de juego, porque en la cancha pierden. Acá no hay ni siquiera alternativas intermedias tipo Massa, la polarización es muy fuerte.
Ahora ya no se trata de comparar con lo que hizo Cardozo, ahora es comparar con lo que están haciendo con lo que hizo Lula que es lo más virtuoso de la historia brasilera. La dificultad nuestra es garantizar que Lula sea candidato.
APU: ¿Lee con optimismo la movilización social que hay en América Latina, considerando que las fuerzas populares que no están en el gobierno tienen una capacidad de despliegue tan grande?
ES: Claro que sí, es una condición necesaria la mayor dificultad es unidad de la izquierda, las candidaturas que representen ese movimiento popular, entonces se parte de la movilización popular, sin la cual no se puede hacer nada, pero a partir de ahí hay que construir una plataforma, ver dónde nos equivocamos, dónde hay que avanzar con quién hay que aliarse, quiénes son los candidatos.
APU: En la última elección de Dilma de los once candidatos seis habían salido del PT ¿Cree que las fuerzas de izquierda van a conseguir alinearse atrás del PT, pienso en el PSOL, o van a preferir su candidatura individual?
ES: No es el PT es Lula, que es mucho más grande que el PT, Lula representa hoy la recuperación de la democracia entonces las fuerzas no tienen ni que estar con Lula en la primera vuelta. Él no representa sólo una propuesta sino una realidad concreta que él realizó, efectivamente. Entonces se ve en la unidad de los movimientos sociales, todos están acá defendiendo a Lula porque no es una cuestión corporativa, sectorial. El MST tiene divergencias, críticas justas sobre la reforma agraria pero sabe que sin un gobierno popular no hay ni diálogo.