Temer convocó a las Fuerzas Armadas
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis - Brasil
"Queda autorizado el empleo de las Fuerzas Armadas para garantizar la ley y el orden en el Distrito Federal, en el período del 24 al 31 de mayo de 2017. El área de actuación será definida por el Ministerio de Defensa", dice el decreto que firmó ayer Michel Temer, ante una de las movilizaciones a Brasilia más importantes de las que se tenga memoria. 200 mil personas se acercaron a la capital del país a pedir la renuncia del golpista y el llamado a elecciones directas. Por el tamaño de la represión el acto que estaba programado debió ser suspendido, los organizadores llamaron a los manifestantes a que volvieran a sus micros para proteger sus vidas.
El presidente de la cámara de diputados, Rodrigo Maia, se enorgulleció de haber pedido el uso de la fuerza y compartió en su red social el oficio que dirigió a Temer en el que solicitó: "Teniendo a la vista las manifestaciones populares que están sucediendo en este momento en las proximidades del Congreso Nacional, se solicita la inmediata realización de actividades de coordinación de acciones y operaciones integradas de seguridad en grandes eventos de parte de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, en las adyacencias de los edificios del parlamento". La Fuerza Nacional depende directamente del Ministerio de Justicia. Aunque se presenta oficialmente como basada en la Fuerza de la Paz de la ONU, ayer quedó demostrado que no es por la paz que esos uniformados trabajan.
El General Villas Bôas, jefe del Ejército, buscó despegarse de Temer y declaró "supongo que la policía todavía tiene la capacidad de preservar el orden. Quedamos en una situación de expectativa en caso de que algo salga de control". Por su parte, Rodrigo Rollemberg, gobernador de Brasilia, emitió un comunicado en el que lamentó los episodios ocurridos, señaló que la Policía Militar actuó de acuerdo al Protocolo Táctico Integrado, firmado por el gobierno federal y distrital el mes pasado, según el cual la seguridad de los edificios públicos correspondía al gobierno federal. Expresó la sorpresa de que Temer recurriera a las Fuerzas Armadas. "Los hechos de hoy en Brasilia retratan la grave crisis política del país. Ni la violencia ni la restricción de la libertad lo resolverán", expresó Rollemberg en un comunicado.
Según los organizadores la violencia comenzó del lado de la Fuerza Nacional que comenzó a disparar contra los manifestantes a medida que se acercaban a la explanada de Planalto. A través de los camiones con parlantes, desde donde se comunicaban los dirigentes con las bases, tras el comienzo de la represión y la noticia del uso de las Fuerzas Armadas se llamó a los presentes a volver a los micros, para lamentar la menor cantidad de heridos y la pérdida de alguna vida. Hasta el momento se registraron más de cincuenta heridos, ningún fallecimiento, a pesar de que pudo observarse a uniformados disparar con balas de plomo.
Para el presidente de la Central Única de los Trabajadores, Vagner Freitas, Temer mostró una vez más que es débil y cobarde. "Tan cobarde que intentó esconder una manifestación pacífica de más de 200 mil personas contra sus reformas neoliberales detrás de una nube de gas lacrimógeno. Y tan débil que corrió para esconderse atrá de las Fuerzas Armadas.. Fuera débil, fuera cobarde, fuera Temer", expresó.
El Frente Brasil Popular emitió un comunicado en el que repudió la represión policial y de las Fuerzas Armadas "que agredió a miles de brasileras y brasileros entre los 200 mil que participaron de la marcha". "El uso de las Fuerzas Armadas, de bombas de gas lacrimógeno y balas de gomas demuestra la actual debilidad del gobierno de Michel Temer y sus aliados, aún más inestable despúes de la innumerable cantidad de denuncia de corrupción que involucran al propio presidente. Las Fuerzas Armadas rebajaron su papel al servir de instrumento político de un gobierno moribundo", señalaron.
"Temer ya tiene su AI-5", señaló Guilherme Boulos, líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), tras la difusión del decreto de Temer que convocó a las Fuerzas Armadas. El Acto Institucional número 5, firmado el 13 de diciembre de 1968, fue un decreto con el cual la última dictadura militar dio inicio a la profundización de la represión, estableciendo que el poder ejecutivo podía suspender la labor parlamentaria, era permitida la intervención de las provincias, y la prohibición de los derechos políticos en espacios sindicales, limitando la circulación.