“¿Y qué?”, dijo Bolsonaro sobre los muertos
Por Santiago Gómez
Desde San Pablo
Lo que estamos viviendo en este país es surreal pero es Bolsonaro en estado puro. Durante toda su carrera política expresó que no cree en la democracia para cambiar la sociedad, que esa es tarea del caos. Manifestó que el error de la dictadura fue torturar y no matar, “debió haber matado 30.000” dijo. El diputado e hijo del presidente, Eduardo Bolsonaro, que oficia de vocero del padre manifestó que no hace falta dar un golpe para sacar al Supremo Tribunal Federal, alcanza con un sargento y un soldado. Pusieron en el ministerio de economía a Paulo Guedes, chicago boy de pura cepa, que junto con la banda de Milton Friedman hizo parte de la dictadura de Augusto Pinochet. Así que aunque duela nadie debe sorprenderse de que el gobierno brasilero no esté evitando una masacre. Apoyaron genocidas, tienen economistas de genocidas, son genocidas.
Jair Messias Bolsonaro se para todos los días frente a los micrófonos de los periodistas, lo que no quiere decir que sean conferencias de prensa. Agrede periodistas, les falta el respeto. Cuando un colega le preguntó dónde estaba el recibo por la plata que supuestamente le prestó a Queiroz, un expolicía militar, denunciado por sacarle dinero a asesores y depositarlo, entre otras cuentas, en la cuenta de la mujer de Bolsonaro, el presidente respondió “andá a pedirle a tu madre el recibo que tu viejo le dio”. En otra oportunidad, mientras los periodistas aguardaban la llegada del presidente, de un auto oficial se bajó un imitador de Bolsonaro, con un racimo de bananas, que empezó a distribuir a los presentes. Lo de ayer fue más de las brabuconadas del presidente que consiguen que cada vez sean más los que se suman a cacerolear todos los días contra su gobierno.
"¿Y qué?"
En el día de ayer el presidente fue consultado sobre el hecho de que Brasil haya superado a China en cantidad de muertos por coronavirus. “¿Y qué? Lo lamento ¿Qué quieren que haga? Yo soy Messias pero no hago milagros”, respondió el presidente del mayor país de la región. Bolsonaro en sus discursos repite verdades: que la mayoría se va a contagiar pero no se va a enfermar, que sólo un veinte por ciento se va a enfermar, un porcentaje menor va a necesitar de terapia intensiva, una minoría morirá, y que la mayoría de los brasileros necesita seguir trabajando. En base a eso consigue mantener el apoyo de su 30%. Su desinterés por esas vidas hizo que ya el 45% de la población apoye el juicio político para sacarlo, y que un juez del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes, dijese que Bolsonaro tenía todo el derecho de cambiar al ministro de salud, pero no ha aplicar un genocidio.
Comparaciones odiosas
Entre la población brasilera circulan por las redes sociales comparaciones con la cantidad de muertos y contagiados por coronavirus en Argentina y aquí. Mientras el ministerio de salud brasilero informa 78.162 contagiados y 5.466 muertos al día de hoy, y 449 muertes en las últimas 24 horas, Argentina reportó 4.127 casos confirmados y 207 muertes por coronavirus. En Brasil no hay duda alguna sobre las subnotificaciones. El municipio de San Pablo, en sus reportes diarios, contabiliza muertes por casos confirmados, pero también reporta muertes por síntomas respiratorios agudos. De las 5.466 personas que murieron, 2.247 corresponden a la provincia de San Pablo, siendo que 1.337 pertenecen a la ciudad de San Pablo. En el boletín del día de ayer (28), la ciudad de San Pablo informó 1.337 muertes confirmadas por coronavirus y 1.693 muertes con sospechas, totalizando 3.030.
El intendente de San Pablo, Bruno Covas, informó que la municipalidad está abriendo 13.000 fosas para enterrar cuerpos. En Manaus retroescavadoras cavan fosas comunes, donde los cajones son apilados en hileras. En cementerios de Rio de Janeiro están construyendo nichos. Tanto las autoridades de San Pablo como de Rio de Janeiro coinciden en que lo peor está por venir. Brasil ya está con una tasa de mortalidad del 14% por el Covid-19.
Cementério Vila Formosa San Pablo
Entierro en Manaus
El apoyo a Bolsonaro
Conforme la última encuesta publicada por Datafolha, el 45% de la población el congreso debería abrir el proceso de juicio político para sacar a Bolsonaro del cargo, mientras el 48% se opone. El 3 de abril el 37% de los encuestados consideró que el presidente debe renunciar, pero al 27 del mismo mes el numero aumentó al 46%. El 43% de los encuestados consideró que con la salida de Sérgio Moro del ministerio de justicia el combate a la corrupción empeorará. El 36% también consideró que la salida de Moro agravará la seguridad en Brasil. El 56% consideró que en el intercambio de acusaciones entre Moro y Bolsonaro, respecto a la voluntad presidencial de interferir en las investigaciones de la policía federal, el exjuez dice la verdad.
La salida de Moro quebró la moral de los bolsominions, lo que en Argentina serían los globoludos. Como bien señaló el ex presidente Lula, Bolsonaro es hijo de Moro y no al revés. El “padalín de la justicia” salió del gobierno acusando que el presidente intentó obtener información de investigaciones de las que hacen parte sus hijos. Con Moro en el gobierno la corrupción del presidente la soportaban, consideraban que habría menos, con la salida del exjuez Bolsonaro perdió fuerza moral. Perdió apoyo. El 45% de los encuestados por Datafolha considera que el desempeño de Bolsonaro al combate al coronavirus es pésimo. En la semana del 18 al 20 de marzo, un 35% consideraba que era buena la administración de la pandemia por parte del presidente, ese apoyo bajó al 27%.