Agustín Rombolá: “Voy a trabajar para que Milei pierda las elecciones”

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Agustín Rombolá: “Voy a trabajar para que Milei pierda las elecciones”

30 Octubre 2023

APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11 a 13 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Agustín Rombolá, presidente de la juventud radical en la Ciudad de Buenos Aires, quien definió su postura de cara al ballotage. 

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo analiza los hechos posteriores al resultado de las elecciones generales?

Agustín Rombolá: Primero, con un poco de dolor militante, por haber por haber llevado adelante una campaña junto con un montón de pibes que creían, o que siguen creyendo mejor dicho, en un proyecto de país con libertad, con igualdad, con un camino de desarrollo, con economías regionales, un país realmente federal. Esas son cuestiones que a nosotros nos unían bastante que, a mí que me tocó recorrer un montón de provincias a lo largo de la campaña, las pude percibir. 

La verdad que 48 horas después ver que los dos candidatos y Mauricio Macri peguen el salto a un discurso que combatimos fuertemente durante toda la campaña es un poco de dolor por todos los pibes que se deben sentir en este momento bastante desilusionados. De mi lado también un poco un sentimiento de falta de respeto hacia toda una militancia juvenil, que dejó la vida en una campaña. Hicimos todo lo posible para ganarla y, con mucho respeto y mucha humildad, entendimos que la sociedad nos dio un rol de oposición en el que tenemos que laburar como un proyecto más representativo, con mejores ideas, para en 2027 poner un presidente en la República Argentina.

APU: Hubo muchas críticas del lado de Macri a Martín Lousteau. ¿Había incomodidades dentro de la coalición que datan de hacen más tiempo?

AR: Sí, no creo que nadie de los que habló esté legitimado para hablar del pasado. Con mucho respeto lo voy a decir, no quiero nombrar a gente que formó parte de gobiernos peores incluso, que nos dejaron con un tendal de muertos y con una crisis social, económica y política. Hay mucha soltura y muy poca autocrítica, como mínimo, de algunos dirigentes que hablan tan ligeramente de otros. 

No me voy a meter en esas cuestiones personales, sí me gusta aclarar siempre que el proyecto de Juntos por el Cambio, y sobre todas las cosas el proyecto del radicalismo, está muy fuerte. En esta última campaña el radicalismo metió cinco gobernadores, 45 diputados y 20 senadores nacionales, la mitad de las capitales de las provincias están gobernadas por el radicalismo, que son el 50% aproximadamente de las representaciones en los distintos estamentos de Juntos por el Cambio. 

APU: Están esperanzados de cara a lo que viene. 

AR: Estoy esperanzado de que el radicalismo tiene un proyecto protagónico en la vida pública del país y en un dirigente como Martín Lousteau, que es la persona con la que yo trabajo o milito. A mí, sinceramente, me representa una idea de cambio de cambio, pero cambio de liderazgo, de una evolución en el pensamiento, de empezar a pensar en que el progreso en Argentina probablemente esté a mitad de camino de lo que piensan todos los espacios políticos y que nadie tiene todos los votos ni nadie es el dueño del cambio.

Hay algo del “monopolio del cambio” que es raro. Es raro que el eslogan termine tan vacío cuando en algún momento creo que ha tenido tanto contenido y sustancia y ha representado a tanta gente. Lousteau hacía referencia a cuando Macri gana la elección en 2015 con 51%. Hoy termina la campaña con menos de la mitad, claramente es un proyecto que fue achicándose cada vez más en su representación y que creo que merece una autocrítica de todos los espacios conformantes de Juntos por el Cambio y sobre todo de alguien que se arrogaba el liderazgo de la coalición como Macri, que termina echándole la culpa radicalismo porque no puede explicar de otra forma su salto hacia un discurso autocrático, violento, antidemocrático, que desprecia la educación y salud pública, que odia a las minorías, que persigue a los opositores y que no nos representa en absoluto.

APU: Tanto Macri como Patricia Bullrich se arrogaron la representatividad por haber ganado la interna de Juntos por el Cambio. ¿Considera que su propia radicalización en el discurso fue el artífice de ese porcentaje menor de votos?

AR: Creo que se sobreactuó la grieta y se viene sobreactuando hace mínimo tres o cuatro años. La pandemia demostró bastante eso y después se volvieron a posicionar en un discurso muy extremos que no ayudan. ¿Por qué? Porque la sobreactuación implica una radicalización conceptual en la que estás, en todos los lados, de un lado de todas las ideas y del otro lado todas las otras ideas. De esa forma, pasas absurdos en donde quizá una persona que se identifica como centro izquierda no puede hablar de que necesitamos mayor presupuesto en defensa o que alguien de la derecha diga que la Asignación Universal por Hijo (AUH) tiene que mantenerse.

Ahí es cuando caemos en absurdos conceptuales, en problemas de representación, y en que vivimos en la época de los hashtags y etiquetas en la que vos sos tal persona, de tal partido o coalición, entonces tenes que estar a favor de un contrato de adhesión como si fueran los términos y condiciones del celular. La realidad es que la política no es ni funciona así. En el Congreso las mismas personas que van a actuar en televisión una postura súper rígida para un lado son las mismas que después se sientan a negociar. Lo terrible es que debería ser al revés, mostrar sus posturas de negociación y esconder las rígidas para que, quizá, la democracia en algún punto se sostenga con políticas de Estado que puedan permitir que el presidente que viene, con los gobernantes, no tire todo a la mierda lo que hizo el anterior porque es de otro color político.

APU: Ustedes han llevado a cabo una agenda de otra forma.

AR: Creo que es un poco lo que nosotros llevamos adelante desde nuestras generaciones. Vengo juntándome desde hace dos años con la Juventud Peronista, con las juventudes de la izquierda y los libertarios, con las de Juntos por el Cambio frecuentemente. Hay algo generacional que tenemos que llevar para adelante, incluso militarlo, y, superado este balotaje en el que tenemos otro rol mucho más fuerte en defensa de la democracia, de las instituciones y de los consensos que ya cerramos hace 40 años, empezar a pensar en un país que tiene volver a la negociación como una bandera política que nos permita tener las políticas públicas pero que nos permita sostener la democracia con límites claros y sanos para el futuro.

APU: ¿Cómo ven la construcción del radicalismo de cara a los próximos años?

AR: Esta elección mostró mucho que los votos no son de las dirigencias sino de la gente, que vota lo que quiere. No hay ningún dirigente, candidato o ex candidato que pueda decir “ahora mis tantos millones de votos vayan para allá”. No existe, me atrevería a decir que nunca existió, pero antes tenían una ascendencia mucho más grande en lazos. Perón o Yrigoyen tuvieron muchísimo más ascendente sobre su población y su universo de votos que lo que pasa ahora.

Creo que hay un radicalismo y que hay un proyecto que tiene como norte un profundo sentido democrático, pero sobre otras cosas tienen una profunda vocación de transformar a la Argentina desde el lado también cultural y social. No sólo en el radicalismo incluso, por eso hablo mucho de la misión generacional. No queremos más que venga un tipo a decir que el Estado es un pedófilo, que una persona que no me gusta lo van a aplastar como el zurdo de mierda que es. No podemos tolerar estas cosas, no las practicamos nosotros y no las permitimos. 

APU: Es importante trazar esos límites. 

AR: Marcar esos márgenes creo que naturalmente da la representatividad en la sociedad porque no quiere nunca más eso. Le decimos Nunca Más todos los años y le vamos a volver a decir Nunca Más. Hay una razón por la cual Javier Milei no levantó un punto porcentual desde las PASO y es porque se metió con los 30.000 desaparecidos, la dictadura, las Islas Malvinas, la educación y salud pública, con la democracia. No es gratis eso en la sociedad.

Aparte del lado romántico, está lo pragmático. La Unión Cívica Radical hoy tiene un montón de gobernantes, Intendentes, diputados y senadores justamente porque milita el diálogo, la construcción de políticas públicas, la visión de una República Argentina democrática en la que prime la construcción de consensos a partir de ese núcleo básico de coincidencias que tienen todos los partidos de la democracia. Sacando a Milei y La Libertad Avanza, todos estuvimos en desacuerdo cuando dijo que quería que estallara la economía.

APU: Una cuestión, justamente, por fuera de esos límites. 

AR: Una cosa ridícula y, sobre todas las cosas, contra el pueblo. Esos son los consensos, ese es el núcleo básico de coincidencias, que vino a tocar una persona como Milei. La soberanía de las Malvinas no se discute en Argentina, tenemos perfectamente claro nuestro reclamo y todos los partidos políticos a lo largo de la historia con mayor o menor efectividad sostuvieron ese reclamo. Hay cuestiones que nosotros ya no discutimos más y, por ese motivo, no podemos permitirlas. No sólo haciendo que Milei pierda esta elección, nuestro mayor rol y transformación es que el discurso que hoy encarnan él y La Libertad Avanza nunca más sea una opción viable para conducir los destinos de este país. 

APU: Por último, para usted como dirigente y como opinión personal, ¿Sergio Massa y Javier Milei son lo mismo?

AR: Hay una razón por la cual el comunicado de la UCR no apoya ninguno de los candidatos. Milei dijo que la educación y salud pública eran un gasto innecesario, que los 30 mil desaparecidos no eran tales, que las Malvinas no eran argentinas, que la mejor Argentina era antes de la democracia, reivindica la etapa antes de la Ley Sáenz Peña donde te ponían un fusil en la cabeza para votar, y por eso siempre vamos a estar de la vereda de enfrente. Por el mismo motivo, porque somos alfonsinistas, y Raúl Alfonsín dijo que con la democracia se come, se cura y se educa, y hoy con la democracia no nos estamos educando, curando y no estamos comiendo, no apoyamos tampoco un gobierno o la propuesta política de Massa y Unión por la Patria. 

Ahora bien, desde la Juventud Radical emitimos un comunicado y yo como militante del radicalismo pero sobre todas las cosas como militante argentino de la democracia, voy a trabajar con todas mis energías para que Milei pierda las elecciones. Creo que el radicalismo también tendría que hacerlo porque está en juego la democracia acá. Recién dije lo que dije, pero nunca puse en juego la palabra democracia. No estamos comiendo, es cierto, pero lo que no está funcionando y lo que hay que mejorar es la democracia. No hay que sacarla. Si mi perro se rompe una pierna y voy al veterinario no quiero sacrificarlo sino ponerle un yeso y que vuelva a caminar.

Eso es exactamente lo que quiero que el radicalismo imprima en la sociedad, o por lo menos que el votante cuando vaya a elegir votar en blanco, a Massa o Milei sepa que hay una identidad radical que va a estar totalmente en contra, como estuvo a lo largo de toda su historia porque se le opone desde 1890 al discurso de Milei. El radicalismo históricamente ha combatido ese discurso, históricamente lo ha vencido y en 2023 y en el futuro venidero no va a ser la excepción. La democracia va a ganar, los consensos van a triunfar y estoy convencido que Argentina va a volver a un camino de desarrollo cuando entendamos que la salida es con más democracia, con más diálogo y con mucha más política.

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