CFK en la Plaza: "Siempre me sentí acompañada por ustedes, quiero darles las gracias"
Holaaa, ¿cómo están?
(La Plaza responde: “Bieeen”)
Yo también, ahora estoy bien. Gracias. Muchas gracias.
(La Plaza canta “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”. Cristina y Alberto se emocionan.)
Gracias a todos y a todas. Dejeme contarles un poco lo que me pasó esta mañana. Esta mañana cuando me desperté me di cuenta que hacía exactamente 4 años atrás me había despertado en el mismo lugar, en la casa de mi hija Florencia en el barrio porteño de Monserrat. ¿Se acuerdan, no? ¿Se acuerdan de aquella noche maravillosa de 9 de diciembre de 2015 cuando nos despedimos en esta plaza? Aquella noche les dije que aquellos años que habíamos compartido desde 2003 al 2015 no había habido magia. Lo que habíamos vivido era una Argentina de la solidaridad, donde nos importaba lo que le pasaba al de al lado aunque nosotros estuviéramos bien.
Quiero decirles que estos 4 años han sido muy duros para tantos y tantas. Trabajo, salario, pobreza, hambre que tanto desvela hoy a quien es nuestro presidente y debería desvelar a todos y todas las argentinas bien nacidas. Fueron 4 años muy duros, fueron también duros para quienes fueron objeto de persecución, a quienes se nos buscó que literalmente desapareciéramos como seres humanos casi. A través de la humillación y la persecución.
Sin embargo, pese a todo esto hoy estamos aquí. Y estamos aquí porque tampoco fue magia. Estamos aquí hoy porque unimos las voluntades individuales no solamente de dirigentes, sino de millones de argentinos y argentinas que creen que es posible vivir en un país mejor. Y esa voluntad fue ayudada por la memoria, que no es más ni menos que saber de dónde venimos. Ninguna sociedad que no sepa de donde viene difícilmente pueda llegar a algún lugar, y nosotros le hemos puesto a esa voluntad de cambio la memoria del Pueblo y de la historia. Pero la hemos moldeado con la humildad que debemos tener todos para saber que lo colectivo es más importante que lo individual, que los dirigentes deben entender de una buena vez por todas con generosidad y humildad que no todo empieza y termina en uno. Uno es más grande cuando es parte de todo, sino somos individualidades sueltas.
Voluntad, humildad, sinceridad. Ustedes saben no soy hipócrita, no lo voy a ser nunca. Puedo equivocarme pero saben que digo lo que pienso y hago lo que siento, no una cosa diferente. Voluntad, mucha voluntad y memoria, y mucha humildad, pero además también coraje. ¿Qué es el coraje? La soberbia no es. El coraje se prueba en la adversidad y el llano, ahí se demuestra el coraje. Y es necesaria siempre la lealtad, ese valor que algunos no entienden y piensan que es seguidismo a un líder político. Lealtad entre la política y el pueblo, a dos puntas. Los pueblos no son tontos, conciben la lealtad con los dirigentes que los defienden y representan. Y finalmente el amor. Esa voluntad, coraje, memoria, tienen que tener un objetivo, el amor. Algo que siempre nos ha movido a nosotros en esta Plaza, mucho amor al Pueblo, a la Patria, a los que sufren, a los jóvenes a quienes quiero abrazar esta tarde. Esos jóvenes que nunca dejaron de acompañarme. Siempre me sentí acompañada por ustedes. Quiero darles las gracias.
Presidente, quiero decirle que usted ha iniciado su gobierno con muy buenos augurios. Ha decidido que esta Plaza a la que habían enrejado como un símbolo de división entre Pueblo y gobierno, usted ordenó que se retiraran las rejas. Pero además es muy buen augurio el mensaje que hoy usted ha dado en la Asamblea Legislativa a su Pueblo. Confíe siempre en su Pueblo, no traiciona, solo pide que lo defienda y represente. No se preocupe presidente por las tapas del diario, preocúpese por llegar al corazón de los argentinos y siempre estarán con usted. Nunca lo olvide.
(La Plaza canta “Alberto presidente” repetidamente)
Usted presidente tiene por delante una tarea muy dura. Le han dejado un país devastado, tierra arrasada como decía este fantástico documental. Pero sé que tiene la fuerza y convicción para cambiar esta realidad tan fea que tienen los argentinos y argentinas. Tenga fe en el Pueblo y en la historia, siempre termina redimiendo más temprano o más tarde a los pueblos. Y sepa que este Pueblo maravilloso que nunca abandona a los que se juegan por él, convóquelo cada vez que se sienta solo. Ellos siempre van a estar acá cuando se lo llame por causas justas. Por eso quiero decirles a todos y todas…
(La Plaza canta “Alberto querido el pueblo está contigo”)
… Quiero decirles en nombre de todos aquellos que hoy no están, porque partieron o porque tal vez están fuera de la Argentina, que cuenten con el apoyo el amor y la esperanza de todos nosotros hemos depositado en usted.
Muchas gracias presidente, muchas gracias Argentina.
(La Plaza canta “Alberto presidente” repetidamente)