Diego Genoud: "En su relación con los empresarios, el kirchnerismo quedó preso de su discurso 'anti-corporaciones'"
AGENCIA PACO URONDO dialogó con el periodista Diego Genoud, a partir de su último libro "El peronismo de Cristina: El Frente de Todos, entre la dolorosa unidad, la escasez y la guerra interminable con el establishment" bajo la siguiente pregunta: ¿Cómo se lleva el peronismo K con los empresarios? "En un capítulo trabajo sobre el 'incesante ida y vuelta del peronismo con el establishment'. Me parece que esa idea es precisa, es una relación compleja que incluye también acuerdos (muy frágiles)", describió.
APU: En su último libro trabajó sobre el peronismo de Cristina. Me interesaba pensar las relaciones y concepciones de ese peronismo en relación al sector privado, a los empresarios. ¿Cómo ve ese vínculo tan conflictivo?
Diego Genoud: Creo que el kirchnerismo quedó preso de su propia construcción política y simbólica o discursiva. El kirchnerismo creció mucho apalancado en ese discurso que señalaba a los "dueños de la Argentina", por decirlo de alguna manera. Era algo que no había hecho nadie, podía haber algo en Alfonsín, pero no mucho más. Por supuesto, Menem tuvo otra relación con el capital. Cuando llegó Néstor Kirchner señaló a los "representantes de intereses inconfesables", en el momento donde confrontaba con esos actores. Después había momentos donde negociaba con esos mismos actores, pero tal vez desde el lugar de fortaleza que le había permitido señalarlos. Ese tipo de construcción le sirvió mucho al kirchnerismo pero con el tiempo se convirtió en una dificultad, en el sentido de que se sobredimensionó ese discurso y terminó complicando mucho las relaciones con los empresarios. Al sector privado no le gustó nada ese señalamiento. El origen de ese problema, me parece, está en los comienzos del kirchnerismo, en esa crítica a las corporaciones.
APU: ¿De dónde surge esa visión "anti-corporaciones"? ¿Tiene que ver con un pasado setentista de Néstor y Cristina, con cierta impronta del alfonsinismo en el kirchnerismo (lo vemos hoy con Alberto) o con la misma crisis de 2001 y la responsabilidad de muchos empresarios en esa crisis?
DG: No sé cuál es el origen de eso, la verdad. Sé que Néstor eligió ese modo de construcción política, que le fue muy útil. Después, todos nos terminamos creyendo la existencia de una guerra de posiciones irreconciliables. Hoy, se dice que Alberto se "kirchnerizó", porque confronta y no acuerda. Pero tenés el Plan Gas, por ejemplo, que es un acuerdo que incluye a la burguesía petrolera, donde están Rocca, Mindlin o Bulgheroni. Rocca tenía un desacuerdo con Macri, que se arregló con Alberto. El Plan Gas incluye subsidios a los empresarios. Ese acuerdo no está promocionado por La Nación ni por Página 12. Y es muy importante para explotar Vaca Muerta. Otro acuerdo fuerte tiene que ver con el Consejo Agroindustrial, que reúne a muchísimos actores del sector. Ahora está medio frenado. Pero el Consejo reúne a 50 entidades, desde las grandes cerealeras hasta los productores de maíz pisingallo o de cerdos. Es muy importante ese espacio. Se habla muchas veces de la "mesa de enlace" como un actor fuerte pero es mucho menos representativo que este Consejo. La propia Cristina recibió en el Senado a los representantes de las grandes cerealeras. Eso no salió en La Nación ni en los medios progresistas que apoyan al gobierno.
APU: Me parece que ni La Nación ni los medios progresistas lo publican por el mismo motivo, pero al revés. La Nación no lo hace porque en su relato no le sirve conceder que el gobierno dialoga con los empresarios. Muchos medios progresistas no quieren publicarlo porque ese acuerdo incluiría una claudicación, porque con esos "tipos no se puede negociar".
DG: Para una minoría intensa kirchnerista, muy de redes sociales, puede haber una claudicación en esa reunión. Por algo, tampoco Cristina tuitea sobre esa reunión con empresarios del campo. El título del libro habla de la "guerra interminable con el establishment". Sin embargo, en un capítulo trabajo sobre el "incesante ida y vuelta del peronismo con el establishment". Me parece que esa idea es más precisa, es una relación más compleja que incluye también acuerdos (muy frágiles). No estoy diciendo que debe haber un acuerdo estratégico con el sector privado, no soy quién para decirlo. Pero tiene que haber mayor claridad sobre cómo es esa relación con el capital privado.
APU: Al kirchnerismo le cuesta capitalizar políticamente esos acuerdos con el sector privado, sobre todo con su electorado.
DG: No sé si con todo el electorado propio, porque es muy amplio. Pero sí con el núcleo duro, con esa minoría intensa cuyas opiniones tienen mucha influencia sobre el kirchnerismo. Eso le pasa también a los empresarios del Consejo Agroindustrial, que después los corren desde Clarín o La Nación porque acordaron con el kirchnerismo.
APU: Te llevo a Cristina: ¿Qué cree que piensa ella sobre los empresarios argentinos?
DG: Por lo que puedo deducir de mis charlas con gente cercana, ella lo piensa de modo contradictorio. Por ejemplo, algo que marco en el libro. El tuit de 9 de julio de 2020, cuando Alberto reúne a diferentes empresarios con sindicalistas y Cristina sale con todo diciendo que "no hay que equivocarse" con ese tipo de acuerdos. ¿Uno dice por qué pasó eso? Hablás con gente del oficialismo y te dicen que fue porque no la invitaron. No lo sé. Tres meses después, cuando el gobierno estaba en una situación muy difícil, con el dólar a 195, Cristina saca una carta y pide resolver el problema de la economía bimonetaria entre todos, incluso "los actores mediáticos". Unos días después, Magnetto se reúne con el ministro de Economía, Martín Guzmán. En ese momento no fue desautorizado Guzmán. Después están las reuniones de Máximo Kirchner con Brito, Mindlin o Bulgheroni, vía Sergio Massa. Hay un intento de entendimiento que no prospera, en gran medida porque la crisis es muy fuerte y nadie quiere ceder nada. Después, uno habla con algún ministro del gobierno y te dicen otra cosa sobre algunos sectores cercanos a Cristina. "Tienen una visión anticapitalista", te dicen. Todo eso que te digo es el kirchnerismo. Vuelvo al origen de la charla, muchos malentendidos tienen que ver con ese discurso o planteo de origen del kirchnerismo en 2003.
APU: Lo llevo a otro actor del Frente de Todos, que si se quiere es el más transparente en sus planteos sobre el capital privado. Me refiero a Sergio Massa, que el kirchnerismo sumó en su nueva versión de poder.
DG: Massa es más que un político, él forma parte de un grupo de poder asociado a determinados empresarios. Hoy tiene un acuerdo con Máximo, que por ejemplo lo lleva a aceptar el impuesto a la riqueza, que no sería una medida que él hubiera apoyado en otro momento. Ahí lo tenés al político. La sociedad con Máximo obliga a los dos a desplazarse de algunos posicionamientos previos. Massa está muy comprometido con el Frente de Todos, que le da un lugar de poder y decisiones muy importante en el Gobierno. Después se verá cuánto le sirve electoralmente pero hoy le saca mucho provecho a su lugar en la alianza de gobierno.
APU: ¿Cómo ve el futuro del kirchnerismo dentro del Frente de Todos, a partir de ese rol complejo que tiene su principal liderazgo, que es muy fuerte políticamente pero no es el presidente?
DG: Cristina sigue estando en el centro del peronismo, de eso no quedan dudas. El peronismo es de Cristina e incluso lo es el peronismo antikirchnerista, porque no la puede correr. Siguen siendo gobernados por Cristina, incluso los más acérrimos rivales de CFK. Para mi, el Frente de Todos es una nueva etapa del kirchnerismo, no es algo diferente. Que por supuesto expresa nuevas características, como que Cristina no puede ser presidenta, que presenta contradicciones, que hay que preservar una unidad que tiene bordes difusos. Para mi estamos ante el tercer kirchnerismo. El primero fue el de Néstor, después vino Cristina en el poder y este es el tercero. Es un proceso que arranca en 2003. La dificultad en que terminó Cristina, sobre todo económicamente (con recesión, inflación, falta de reservas), la llevó a ella a armar algo con Scioli primero y luego con Alberto y con una especie de reconstrucción del viejo Frente para la Victoria, con Massa, los gobernadores, el sindicalismo de la CGT. Es el peronismo kirchnerista y sus circunstancias. Hoy no está aquel kirchnerismo arrollador de los primeros años, está más débil, por los límites económicos que tienen que ver con la última gestión de Cristina, el desastre de Macri y ahora la pandemia.