"En este momento, en que gran parte de la política está judicializada, el Consejo de la Magistratura es un lugar muy atractivo"
Por Agustín Mina, Manuela Bares Peralta y Agustina Ramos
AGENCIA PACO URONDO RADIO (“La Palabra Justa”, en FM La Patriada, domingos de 10 a 12) dialogó con el periodista Matías Mowszet, cuyo tweet sobre la asunción de Horacio Rosatti como presidente del Consejo de la Magistratura se convirtió en uno de los temas más comentados de la semana pasada.
APU: El tema de la semana giro en torno al Consejo de la Magistratura, la derogación de la ley y el desdoblamiento en el senado. ¿Podés explicarnos cuál es el conflicto principal en torno a esto?
M.M: El conflicto principal es la composición del Consejo de la Magistratura, que es el órgano que designa y remueve jueces. Esto significa que es el organismo que está a cargo de la selección de los jueces y su enjuiciamiento, en caso de falta de conducta u otra acción que lo amerite. Pero, en este momento, en que gran parte de la política está judicializada, el Consejo de la Magistratura es un lugar atractivo que permite tener cierto nivel de control. Es decir que, el Consejo de la Magistratura al igual que la justicia, son organismos políticos. En estos casos, es necesario entender que la justicia toma decisiones políticas, siempre, por lo que un órgano como el Consejo de la Magistratura es atractivo.
Pero, lo que sucedió es que, hasta el año 2006, la Corte Suprema de Justicia presidió el Consejo de la Magistratura. Esto significa que el presidente de la Corte era también el presidente del Consejo. Esta situación cambio a raíz de una reforma impulsada por la entonces Senadora Nacional y primera dama Cristina Fernández de Kirchner. Esta reforma se da a la par que Néstor Kirchner reforma la Corte eliminando la mayoría automática y removiendo a cinco jueces designados durante el menemismo. Fue, en este momento tan articular, que el gobierno aprovecha para sacarles un poco de incidencia a la Corte en el Consejo de la Magistratura.
Ahora, la Corte decidió declarar inconstitucional la reforma del 2006 y disponer la vigencia de la ley anterior. En pocas palabras, la propia Corte definió que su presidente vuelva a ser el presidente del Consejo de la Magistratura. Además, al incorporar 7 miembros más, tuvieron que nombrar nuevos representantes. En este detalle radica la jugada de Cristina Fernández de Kirchner. Con el objetivo de evitar que la cuarta banca vaya a Juntos por el Cambio por la segunda minoría generó dos bloques en el Senado del Frente de Todos. Esto se debe a que existía un debate sobre si esa minoría hacía referencia a un bloque o a un interbloque. Este debate se remontaba al gobierno de Cambiemos cuando Emilio Monzó presidia el Congreso. Por ese entonces el oficialismo tenía el principal interbloque, pero diseminado en pequeños bloques, por lo que, Monzó definió que la contabilización sea por interbloque permitiendo que Juntos por el Cambio le robe una banca al peronismo. Este antecedente fue central para que el Frente de Todos divida sus bloques en el Senado consiguiendo ese tercer lugar.
APU: La fractura del bloque dejó como saldo un bloque más albertista y otro más afín a Cristina, pero, tanto en el caso de Recalde como de María Inés Pilatti Vergara, ambos senadores están más asociados al kirchenrismo ¿Cómo se dio esta situación?
M.M: Esto se dió porque ellos ya son integrantes del Consejo de la Magistratura por la primera fuerza, es decir por la mayoría. Si se pasaban a un bloque que era tercera fuerza, la oposición iba a poder reclamarles que no estaban representado a la fuerza por la que habían sido elegidos. Esto fue un argumento que se utilizó en el año 2019 para echar a Pichetto cuando abandona el Bloque Argentina Federal. Esto, sin dudas, demostró que no fue la división no fue a causa de una interna sino una jugada específicamente política para quedarse con una banca más en el Consejo de la Magistratura.
APU: Si bien se avanzó en estos nuevos nombramientos, otros quedaron pendientes como el de Doñate y Reyes ¿qué crees que va a pasar al respecto?
M.M: Se supone que esta semana van a haber definiciones en torno a este tema. Se dijo que había una interna, pero en realidad Juntos por el Cambio iba a judicializar la designación de Doñate. Frente a esta posibilidad, la jugada de dejar a Reyes es sólo para generar una situación de mayor paridad, ya que no hay margen para tomarle juramento a uno en detrimento del otro y demorar el proceso. Al haber poco margen van a terminar tomándole juramento a los dos. En mi opinión, hay un pacto implícito o quizás explicito entre la UCR y el Gobierno para cerrar esas dos bancas y dar por finalizado el proceso.
APU: ¿No te parece medio insólito que la propia Corte declaré la inconstitucionalidad de la ley de conformación del Consejo de la Magistratura después de tanto tiempo?
M.M: No, es que ahí radica el tema de fondo respecto a las atribuciones de la Corte Suprema y del Poder Judicial en su conjunto. Uno de los argumentos que más me divertía en torno al Poder Judicial era que es la misma Constitución Nacional la que dispone el control intrapoder. Esto significa que todos los poderes deben controlarse entre sí para evitar cualquier tipo de abusos. En este sentido, adquiere relevancia que el Consejo de la Magistratura sea un órgano político con el fin de ejercer cierto control sobre el Poder Judicial, de la misma manera en que, el Poder Judicial puede ejercer cierto control sobre el Poder Legislativo dictando la inconstitucionalidad de leyes como lo hizo en muchas oportunidades. Por eso, la verdadera polémica es si la Corte tenía la competencia para determinar la vigencia de una ley que ya estaba derogada. Lo que hizo la Corte no fue solo declarar la inconstitucionalidad de la ley del año 2006 sino declarar la vigencia de la del año 1997. Esta es la principal crítica del Frente de Todos sobre la Corte, que se haya atribuido la capacidad de legislar cuando no está dentro de sus competencias.
APU: ¿No te parece extraño que un órgano como el Consejo de la Magistratura que tiene el poder de designar y remover jueces este presidido, justamente, por el presidente de la Corte Suprema o que tenga dentro de su conformación a jueces?
M.M: De hecho, la conformación del Consejo de la Magistratura del año 2006 era de trece miembros, de los cuáles 7 representaban al ámbito político. Esta fue la gran crítica que tuvo la ley por parte de sus detractores y fue el argumento que usó la Corte para declarar su inconstitucionalidad.
APU: Es difícil rastrear antecedentes donde el eje de la discusión pública fuera el rol del Poder Judicial como en esta situación, quizás el más cercano es la movilización en torno al fallo del 2x1.
M.M: El fallo del 2x1 es un antecedente que nos permite ver claramente cómo las decisiones judiciales son, también, decisiones políticas. En ese momento, lo que pasó fue que se definió que se compute con el mecanismo del 2x1 las condenas de genocidas por delitos de lesa humanidad. Después de esa movilización masiva hubo un retiro del apoyo del gobierno, representado en el mismo Garavano, y la Corte quedó muy sola dando marcha atrás. ¿Que correspondía según la ley? Digo, si la Corte hace dos cosas absolutamente contradictorias de acuerdo a la lectura del momento político, podemos pensar que lo hace porque considera que va a tener apoyo y cuando ve que no lo consigue, da marcha atrás. Eso nos da la pauta de que las decisiones son políticas y se hacen con una lectura política de la coyuntura.
APU: Venimos atravesando muchas internas dentro de la coalición de gobierno donde el reclamo de la sociedad pareciera ser que se enfoquen en resolver los problemas de la gente y no en profundizar las peleas. Si bien esta pelea está dirigida no al frente interno sino a la Corte, ¿vos consideras que puede ser leído antipáticamente?
M.M: Yo creo que esta disputa política no interpela a nadie. Este es el problema de que la política se haya judicializado, vos sabes que los jueces son importantes por cuestiones relativas a las causas que caen sobre diferentes dirigentes políticos de los dos lados de la grieta. Esto que estamos debatiendo sólo interpela a la militancia y a la dirigencia política.
APU: En los últimos días, se le critico mucho a Alberto Fernández no haber tomado una postura en torno a este tema.
M.M: El único pronunciamiento del gobierno fue el tweet de Cristina. Después la oposición intentó instalar el tema en la agenda pública. En este sentido, creo que el gran valor que tiene Cristina Fernández de Kirchner como estratega es que no se le filtre ningún tipo de resquicio sobre lo que va a hacer. Lo adelantó en su tweet y el martes termina haciendo la jugada que le permite a su fuerza política quedarse con la banca.
APU: Por último, ¿qué se siente que Cristina haya compartido tu tweet sobre el tema?
M.M: Me enteré entrando al cine y para ser sincero no pude prestarle demasiada atención a la película. Llegué a contestar algunos de mis grupos de WhatsApp hasta que pude salir y ponerme al día con todo lo que había pasado. Cuando pasan estas cosas, muchas veces, uno tiene la fantasía de que están rosqueadas, pero esta vez, no hubo nada. No sé cómo fue que levantó mi tweet ni si se lo compartió alguien. Al igual que todos ustedes, sólo vi que había compartido mi tweet.