Entre Ríos 2023: ¿cuál es el panorama electoral del peronismo y el macrismo?
El inicio de 2023 puso en agenda los debates de un año eleccionario donde la ciudadanía irá a las urnas para la definición de los principales cargos ejecutivos del país y de las provincias. Neuquén, La Pampa, Chaco, Río Negro, Tucumán, San Juan, San Luis, Santa Fe, Córdoba, Salta, Mendoza, Jujuy, Misiones, Santiago del Estero y Tierra del Fuego ya confirmaron la separación de los comicios locales respecto al calendario nacional, mientras que Chubut y Formosa seguirán esa misma modalidad. La gran duda, por su propio peso territorial, es que realizará Buenos Aires, donde la polarización y el arrastre de votos puede sepultar o ratificar las posibilidades del Frente de Todos y Juntos por el Cambio en el camino por el sillón de Casa Rosada.
El martes 13 de diciembre de 2022, la Cámara de Senadores de Entre Ríos dio sanción definitiva al proyecto del Ejecutivo que reformó los plazos previstos y las reglas de juego del tablero electoral. Con un tratamiento sobre tablas y una sanción unánime, que contó con el acompañamiento de la bancada opositora, se ratificó la posibilidad que el Gobierno provincial tenga entre sus opciones el desdoblamiento, y se estableció las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para el 30 de julio y la votación general para el 24 de septiembre. Siete días antes de aquello, la Cámara de Diputados había hecho lo propio, también con apoyo opositor, salvo tres legisladores radicales (Cusinato, Maneiro y Varisco), en una maniobra que respondió a la propia discusión interna del radicalismo provincial.
El proyecto aprobado modificó la Ley Nº 10615, sancionada durante el primer mandato del gobernador Gustavo Bordet, que posibilitó al Poder Ejecutivo tener la decisión última sobre el desacople o la sincronía de las votaciones. Aquella reforma, ejecutada el 28 de agosto de 2018, fijó que el Gobierno tiene la facultad de elegir como alternativa a los segundos domingos de abril y de junio para los respectivos comicios de Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y de Generales. El plazo de tiempo fijado para que el Ejecutivo defina esa posibilidad contempló 150 días previos a las elecciones, dejando un margen que vencía el 12 de enero de este año para esa determinación final. Con las nuevas variantes, ese horizonte se corrió hacia el 27 de abril, a tono con las expectativas que posee el Gobierno nacional, especialmente el gabinete económico, respecto a resultados vinculados a la economía doméstica y a la inflación. Vale recordar que tras la designación del tigrense Sergio Massa en ese ministerio, la hoja de ruta en los acuerdos de precios con las empresas alimenticias, de combustibles y de indumentarias se fijaron por cuatro meses, con la brújula puesta para fines de marzo, en la búsqueda de mejoras en los números del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mensualmente comunica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
¿Internas?
Los cambios introducidos hace cinco años en la legislación entrerriana permitieron que los comicios para la categoría de gobernador/a de 2019 se efectúen separados de la elección nacional, con el objetivo de darle otra territorialidad a la discusión, provincializar la disputa y correrse de los efectos y condicionantes de la polarización nacional. Aquéllo fue el primer ensayo de una estrategia que siempre estuvo como la alternativa más adecuada en la mesa chica de Casa Gris para 2023, aunque la propia situación del Frente de Todos en la provincia, donde el Mandatario entrerriano no tiene posibilidad de un nuevo mandato, dio incertidumbres sobre esa opción, considerando los plazos previos a la reforma, donde enero era la fecha culminante para la toma de una postura final. Las expectativas puestas en la economía y en el desenlace del debate interno en la coalición nacional necesitaron ese retraso de las fechas. A eso sumarle las propias configuraciones del contexto local y la definición e instalación de candidaturas fuertes en la provincia, acompañado de la clarificación de las reglas de juego, en materia de internas abiertas o fórmula única, y en la reforma a la carta orgánica para la incorporación de las minorías.
Durante 2022 distintos dirigentes entrerrianos dieron sus opiniones sobre esa situación y sus diversas alternativas. La apuesta principal de la mesa chica que rodea al Ejecutivo provincial siempre fue sostener una sola candidatura, pese a las definiciones del Gobernador de reivindicación del proceso de internas abiertas. Lo cierto es que desde 2003, cuando el actual diputado nacional Marcelo Casaretto se enfrentó y perdió con Jorge Busti, el peronismo nunca más hizo uso de esa herramienta en la categoría protagónica. En paralelo, diferentes voces de intendentes/as y legisladores/as se expresaron a favor de una interna combativa, con los ejemplos a la vista de los resultados opositores logrados en 2021 con una contienda entre dos listas (Frigerio- Galimberti) que apostaron a diferentes sectores de representatividad y su complementariedad en la votación general, y también de las propias experiencias de 2019 que dejaron su uso en municipios gobernados por el peronismo como Concepción del Uruguay.
La disyuntiva fundamental se mantiene entre el fortalecimiento de fórmulas cruzadas con nombres provenientes de distintos territorios, que dinamicen la capacidad de movilización y convocatoria del Frente, y tras las Primarias aporten al binomio ganador; o, por el otro lado, el robustecimiento con peso propio en las disputas municipales para que desde abajo hacia arriba los resultados locales arrastren los votos hacia una fórmula común en la pelea por la gobernación.
Indudablemente el rol de Bordet en los próximos comicios será determinante. La historia política reciente de Entre Ríos marca que los últimos dos ex gobernadores justicialistas, Jorge Busti y Sergio Urribarri, dejaron la Casa Gris para convertirse en jefe de la Cámara de Diputados de la provincia. Con resultados disímiles, la estrategia fue mantenerse en el radar principal, aunque con el paso de los meses fueron apareciendo diferencias esperables sobre el estilo de conducción. El vínculo entre Busti y Urribarri no sobrevivió el conflicto con las patronales agropecuarias tras la fallida Resolución 125 y la derrota electoral de 2009, mientras que la relación entre el actual Gobernador y su antecesor sufrió las disidencias respecto al posicionamiento frente a la administración nacional de Mauricio Macri y la reorganización del peronismo como frente opositor. Descartada una vuelta a su pago chico, la intendencia de Concordia, los ojos sobre el Mandatario entrerriano están puestos en una posible candidatura a diputado provincial, para que su nombre aporte presencia en la lista y su apellido mantenga la centralidad post Casa Gris.
"Indudablemente el rol de Bordet en los próximos comicios será determinante. La historia política reciente de Entre Ríos marca que los últimos dos ex gobernadores justicialistas, Jorge Busti y Sergio Urribarri, dejaron la Casa Gris para convertirse en jefe de la Cámara de Diputados de la provincia"
Danza de nombres en el oficialismo
El listado de las posibles candidaturas en el Frente de Todos hacia la gobernación incluye a los intendentes de Paraná, Adán Bahl, de Concordia, Enrique Cresto, y de Gualeguaychú, Martín Piaggio, a la vicegobernadora Laura Stratta, al funcionario nacional Juan Bahillo y al ex vicegobernador José Lauritto. Allí también aparecen los nombres de la presidenta de la Fundación Iapser y esposa del Mandatario, Mariel Ávila, el diputado nacional Marcelo Casaretto, y el psicólogo e historiador Francisco Senegaglia.
Bahl inició sus caminos en la función pública en 2003 en el Tribunal de Cuentas de la provincia, que continuó en la dirección administrativa del servicio contable de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos. Fue ministro de gobierno entre 2006 y 2015, durante la tercera gestión de Busti y los dos mandatos de Urribarri, donde profundizó su conocimiento de la organización del Estado y cosechó vínculos directos con municipios y juntas, el Poder Legislativo, la policía y el Poder Judicial. Ese recorrido lo puso como uno de los candidatos naturales en la sucesión del sillón de Casa Gris, pero por la intervención del entonces Gobernador terminó siendo compañero de fórmula de Gustavo Bordet en 2015. Actualmente es Presidente municipal de la capital entrerriana, con una imagen favorable de su gestión, en un terreno que históricamente fue hostil para las reelecciones, y donde apuesta a finalizar su mandato con la concreción de distintas obras estructurales y con la recuperación de diferentes espacios públicos. El contador tiene una decisión relevante para su futuro político, como ocurrió ocho años antes, entre la búsqueda de la reelección en la municipalidad de Paraná (ningún intendente pudo ser repetir mandato) o la apuesta mayor por la gobernación donde le queda un mandato (ya que la vicegobernación se contabiliza como uno). Su sueño es la Casa Gris y los números de las últimas encuestas y sondeos lo avalan, aunque la mayor dificultad es que hoy no existe otro nombre con ese poder de síntesis y competitividad para retener la ciudad capital.
Por su parte, Cresto proviene de una familia con apellido político (su padre fue intendente de la Capital del Citrus y su abuelo gobernador) y de una tierra que dejó varios gobernadores peronistas en la provincia. Fue diputado provincial en 2003, candidato a vicegobernador de Julio Solanas en la famosa lista 100 de 2007 que compitió por afuera al entonces candidato del bustismo, Sergio Urribarri. Fue senador por el departamento Concordia en 2011 y dos veces intendente de su ciudad cabecera. En su segundo mandato, ya durante la presidencia de Alberto Fernández, tomó licencia del municipio para hacerse cargo de la administración del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), dependiente del Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Su mayor debilidad fue el resultado de los comicios legislativos de 2021, donde el contexto de polarización terminó siendo contraproducente a sus aspiraciones para 2023. Los números finales de la votación general de aquel año dejaron 435.787 votos para la lista de Juntos por el Cambio y 252.161 votos para el Frente de Todos, luego de una primaria competitiva donde la lista interna de la oposición encabezada por el actual diputado nacional, Pedro Galimberti, sacó más de la mitad de los votos que la lista única del peronismo. Cresto fue uno de los primeros que solicitó internas abiertas, luego de sufrir en carne propia la utilización de esa herramienta, aunque hace unos meses suavizó esa opinión e incluso se manifestó a favor de la eliminación de las PASO, cuando se discutió en el seno del oficialismo nacional.
Piaggio es abogado, médico e histórico director de batucada en el carnaval más importante de la provincia. Fue director de Salud de la Municipalidad de Gualeguaychú desde 2008 y subdirector de Desarrollo Social y Salud desde 2011.. Cuatro años después se convirtió en presidente municipal y en 2019 fue reelecto con el 65% de los votos, con una agenda donde logró diferenciarse con temáticas como el medio ambiente, la regulación de fumigaciones, la producción estatal de productos y alimentos agroecológicos, la recuperación del carnaval popular, la puesta en valor de espacios públicos, la creación de un parque industrial sustentable y la construcción de un polo educativo, en articulación con la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). Referente de las nuevas generaciones con responsabilidades ejecutivas, tiene un estilo que logra representación en los sectores diversos del peronismo, pero también penetra fuera del radar justicialista. De los nombres en danza es el único que no espera bendición de Casa Gris y que asegura que, si hay condiciones y reglas claras, jugará por la gobernación, aunque su principal dificultad es la capacidad de estructura fuera del departamento para competir en una interna.
Por su lado, Stratta proviene de Victoria dónde su padre fue intendente. Fue referente del Programa Banco Popular de la Buena Fe y diputada provincial en la segunda gestión de Urribarri, para convertirse después en ministra de Desarrollo Social durante el primer mandato de Bordet. Con ese pergamino, se convirtió en la primera vicegobernadora mujer de Entre Ríos, desde donde generó una agenda caracterizada por la paridad de género y la economía social. Es uno de los dos nombres que esperan la bendición de Bordet y que no moverán un pie fuera de su conducción aunque eso signifique la postergación de sus aspiraciones. Allí su nombre resulta atractivo porque sería la primera gobernadora mujer, y por su relación con la Casa Gris, con la misma particularidad que solo le queda un mandato en el binomio principal.
En ese catálogo de candidaturas surge José Lauritto, que no aparecía hace un año en los planes propios y ajenos como posible competidor por el puesto mayor, aunque su experiencia, su alto nivel de conocimiento y su imagen positiva lo devolvieron de la autojubilación que se había impuesto. Sus inicios estuvieron en el Juzgado Federal de su ciudad y el poder judicial, aunque en 1999 ganó por primera vez la intendencia de Concepción del Uruguay. Dos años después de finalizar su mandato asumió como diputado nacional, donde estuvo hasta 2007 para luego convertirse en compañero de fórmula de Urribarri. Durante la segunda gestión del ex Embajador de Israel fue Ministro de Educación hasta 2015, cuando decidió volver a disputar la intendencia de La Histórica. Actualmente es presidente de la Delegación Argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y aunque se despidió de las ligas principales de la política, su nombre aparece para una tercera vuelta al Municipio como también para representar al departamento Uruguay en una fórmula de unidad para la gobernación. Es el único que mantiene perfil bajo, alejado de los virales de las redes sociales y de los flashes de las fotografías, pero con las mismas posibilidades que los otros nombres sobre la mesa.
El último en sumarse a esas opciones fue Juan Bahillo. Fue directivo de la Sociedad Rural de Gualeguaychú y de la Cooperativa Eléctrica, para dar un salto a la política partidaria como candidato a diputado provincial en 2003, donde se convirtió en jefe del bloque del Partido Justicialista. Cuatro años después fue presidente municipal de Gualeguaychú y en 2011 se transformó en el primer mandatario en ser reelecto en aquella ciudad. En 2017 fue elegido diputado nacional y dos años después fue convocado por el gobernador Bordet para ser ministro de la Producción, Turismo y Desarrollo Económico de la provincia. En agosto del año pasado, Massa lo puso en funciones en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, desde donde institucionaliza la relación con las patronales agropecuarias. Como Stratta, también es un nombre de Casa Gris y será desde ese lugar que esa oportunidad pueda concretarse.
Por último, el nombre de Mariel Ávila, esposa de Bordet, siempre estuvo latente en cada contexto electoral. Involucrada en la gestión, en los últimos tiempos tomó un rol más protagónico desde la Fundación del Instituto Autárquico Provincial del Seguro de Entre Ríos (Iapser). “No lo descarto, pero no es todavía el momento. Hoy es su tiempo político, el pueblo lo eligió a Gustavo. Funcionamos bien así. Cuando él decida retirarse, alejarse de todo lo que actualmente hace, tal vez sea el momento”, deslizó en una entrevista el año pasado sobre una posible candidatura. A esos nombres, se le agregan Marcelo Casaretto, que inició una ronda de reuniones donde promueve su nombre dentro de una primaria abierta, y Francisco Senegaglia, promovido desde sectores vinculados a Sergio Urribarri, quien volvió a la provincia, realizó distintos actos y presentaciones de libros, y se mantiene muy activo.
Equipo que gana no se toca
Tras los comicios en 2021, el diputado nacional y ex ministro del Interior de Mauricio Macri, Rogelio Frigerio, se transformó en candidato natural para la gobernación en 2023 por la alianza opositora. Allí se enfrentó previamente en las Primarias a una lista encabezada por el jefe comunal en licencia de Chajarí y actual legislador nacional, Pedro Galimberti, que fue promovida por un grupo de intendentes del radicalismo. Ambos contrincantes internos mantienen la aspiración de replicar ese proceso este año, cuando se encuentre en juego la candidatura para la gobernación. Más allá de eso, todas las encuestas colocan a Frigerio como ganador de esa competencia interna, lo que se traduciría, por segunda vez, en una oferta opositora en la provincia que no esté encabezada por la Unión Cívica Radical. Lo mismo ocurrió en 2015, cuando el actual senador nacional, Alfredo De Ángeli, fue el protagonista de los comicios que convirtieron a Bordet en nuevo mandatario. El radicalismo, más empoderado que en aquél momento, no renuncia a esa posibilidad y busca dar pelea, a tono con la postura promovida en todo el país desde la conducción nacional del partido.
En ese paraguas se encuentra un puñado de dirigentes justicialistas con protagonismo durante los noventa, como el ex gobernador Mario Moine, los ex intendentes de Gualeguaychú Luis Leissa y Emilio Martínez Garbino, y el ex legislador nacional Augusto Alasino. También culminó allí el Partido Socialista, que luego de algunos intentos por la angosta avenida del medio, se decidió por su incorporación a Juntos por el Cambio.
A tres meses del vencimiento de los plazos formales para una determinación sobre el desdoblamiento y los correspondientes debates que eso abre, vinculados a las internas abiertas, la definición de candidaturas y la incorporación de minorías, la pelota se encuentra puesta en Casa Gris, con un espejo retrovisor sobre el devenir económico de los próximos meses, que marcará el humor social. A eso sumarle un contexto nacional de polarización, de empate técnico en el Congreso y de judicialización de la política, que condiciona mucho más el escenario electoral.