Facundo Cruz: “Es posible que tengamos en Sergio Massa un nuevo Néstor Kirchner”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11 a 13 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Facundo Cruz, politólogo, quien analizó la disposición del mapa electoral de las provincias tras las elecciones desdobladas y posibles reconfiguraciones de los liderazgos políticos.
Agencia Paco Urondo: El foco en la historia de cada provincia busca despejar un poco la tendencia a nacionalizar sus resultados.
Facundo Cruz: Claro, es un poco lo que ocurrió con las PASO. Vas a distritos en los que al peronismo le fue bien en esa instancia, perdió la provincia, o viceversa. Tenes distintos mapas de distintos colores. Eso pasa, a veces, cuando desdoblas el calendario como este año. Hace cuatro años también tuvimos un calendario con estas características, tuvimos veinte elecciones anticipadas y cuatro que fueron con la presidencial, pero dejó un mapa mucho más pintado de azul. Ahora tenemos uno mucho más colorido, hay más diversidad de fuerzas en la Argentina que se viene.
Tengo mis diferencias con algunos análisis. Creo que hay muchas provincias que se anotan como dentro del esquema de Juntos por el Cambio y, para mí, son otro tipo de construcciones que vamos a estar viendo qué formato tienen en el vínculo nacional. Si ya vemos un poco la historia hacia atrás en realidad son más bien fuerzas provinciales, y eso hace que sea todo mucho más colorido.
APU: Además hay otros factores que influyen, como la situación particular de cada gran alianza electoral y la relación que se establezca a futuro.
FC: En Argentina tenes dos tipos de vínculos en la dimensión federal. Después están los horizontales, municipal-provincial, etc., pero si nos concentramos en la relación provincia-nación son dos tipos. Tenes líderes nacionales, como Sergio Massa, Javier Milei, Patricia Bullrich por ahora, Gerardo Morales que preside la UCR, y así sucesivamente. En las provincias tienen sus referentes alineados dentro de esos partidos nacionales, como Ignacio Torres que es PRO, Maximiliano Pullaro es radical, entre otros.
Esos vínculos, además, si empezas a ver la clave partidaria están alineados con determinada línea partidaria, entonces uno es larretista, otro bullrichista, uno de Morales, el otro de Alfredo Cornejo, es decir, a qué línea responden. Esas discusiones todavía no terminaron porque todavía finalizaron las que zanjan quiénes son los líderes nacionales, porque no están definidos o perdieron. Morales perdió la interna yendo como vice. Hay que prestar atención en diciembre cuando definan las autoridades del Comité Nacional de la UCR, ahí posiblemente haya un recambio.
APU: ¿A quiénes ve como posibles sucesores?
FC: Hay un jugador que no estamos viendo todavía, porque lo está haciendo a la manera radical, de a poco, por adentro, sin hacerlo muy público, que es Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, que probablemente talle en la definición de la presidencia del Comité. Cornejo quedó bien parado porque ganó la elección en Mendoza, pero para mí tuvo un gusto amargo porque perdió votos. Omar de Marchi casi le da un zarpazo. Eso es probable que sea un argumento para decirle que no está muy fuerte en la provincia y ya fue presidente del partido. Tienen pocos casos que volvieron a serlo, Morales es uno de los pocos, pero las figuras se van renovando.
Valdés posiblemente termine como presidente, u otro dirigente tal vez que sea una especie de compensación, si después empezamos a ver otro juego que es el de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Dónde queda parado Martín Lousteau? Quizás la compensación es que pase a ser presidente del partido. Después los gobernadores van a estar más o menos alineados a quien quede como líder nacional del partido. Ese es uno de los juegos.
APU: ¿Cuál es el otro tipo de vínculo?
FC: Cuando hay fuerzas provinciales, afincadas en ese distrito específicamente, sus líderes hicieron carrera política ahí ocupando distintos cargos, y construyeron una fuerza con una identidad. Lo neuquino está en Comunidad, lo rionegrino en Juntos Somos Río Negro, lo salteño en Identidad Salteña. Lo mismo con Avanzar, con Producción y Trabajo, con el Frente Renovador de la Concordia en Misiones. No son partidos que salen y buscan conquistar otras provincias, como quizás hizo el Pro, que empezó siendo metropolitano y después saltó para intentar ganar otros distritos. Esos partidos se quedan ahí y hay una identidad afincada en esa provincia.
Ese vínculo es más apoyado en la gestión pública y en la relación con quien está sentado en el sillón de Rivadavia porque las provincias necesitan fondos para tomar decisiones, necesitan programas de Nación y también necesitan llevarse bien porque hay una relación en el Congreso. Ese vínculo es más de gestión y no tanto de identificación partidaria.
Puede haber algunos que se sientan más cómodos. Me imagino a un Alberto Weretilneck y a un Rolando Figueroa más cómodos con Massa como presidente que con Javier Milei. No van a estar identificados de manera específica pero sí van a tener una buena relación porque hay cierta identidad programática, pero no son del mismo espacio político. Gustavo Sáenz está identificado con Unión por la Patria porque es el aliado de Massa en Salta. Está identificado con su liderazgo, de hecho fue su candidato a vicepresidente en 2015, pero tiene su partido provincial. Ahí hay más cercanía pero no forman parte de la misma estructura partidaria.
De acá a diciembre hay que ver quiénes quedan como líderes de los partidos. Supongamos que Bullrich no entra al ballotage. Es muy difícil que quede como líder del Pro nacional. Ahora si Jorge Macri gana en primera vuelta, ya tenemos al nuevo, y ahí veremos quién está identificado con él. Uno esperaría que por ahí allá más uniformidad en el liderazgo, por las características formativas del partido, y en el radicalismo con la trayectoria que tiene puede haber algún alineamiento pero siempre queda alguna otra línea que dice que se llevan bien pero están identificados con otro liderazgo.
APU: ¿Qué ocurre con la Unión Cívica Radical – Evolución, de Lousteau y Emiliano Yacobitti?
FC: Muchos de los líderes nacionales de Juntos por el Cambio están obligados de alguna manera a acompañar a quien termina siendo la candidata presidencial por supervivencia estratégica. Lousteau tiene que sentarse con Bullrich porque tiene candidatos a legisladores nacionales de su propio espacio, de su línea interna, que están colgados de ella. Si no muestra ese apoyo, si no está ahí, no le rinde para su espacio. De alguna forma también los dirigentes políticos tragan sapos, no sólo nosotros cuando vamos a votar. A veces ellos más, y más seguido, semanal, mensual o quincenalmente les toca. Es parte del ejercicio de la política.
Yo no comulgo con esta idea de “todo lo nuevo” y “chau casta”. La política tiene acuerdos, que a veces son públicos y a veces privados, y uno tiene que acostumbrarse a eso porque así está armado el sistema y así se diseña. El mecanismo de democracia directa no funciona en países grandes, lo hacía en épocas históricas hace miles de años en comunidades más bien chicas. La política sigue teniendo esa cuestión de que tiene que haber un mecanismo de transferencia entre la mayoría y un grupo de personas que toma decisiones, y eso requiere acuerdos, muchos de los cuales implican bancarse ciertas cosas.
APU: ¿Por qué considera que Pullaro aseveró que, en caso de un ballotage, votaría a Milei antes que a Massa?
FC: Creo que muchos dirigentes en las provincias tienen temor de lo que terminó generando Javier Milei en el electorado nacional. Pullaro dice esas declaraciones porque a Milei le fue bien en Santa Fe y porque tiene que construir cierta gobernabilidad y tiene actores en la legislatura. El sigue siendo radical pero tiene una coalición electoral que la tiene que convertir en una de gobierno, y ya empezaron las tensiones en ese proceso, que es lo típico antes de sentarse en cada uno de los lugares.
De cierta manera, vio un escenario donde a Milei le fue bien en su provincia y necesita capturar ese voto. Lo dijo antes de las elecciones, no me sorprendería que ante un ballotage diga que el contexto cambió, si es que dentro de la línea interna en la que está, de Lousteau y Yacobitti, se llama a votar por Massa.
APU: ¿Cree que va a haber un ballotage?
FC: Creo que vamos a tenerlo. Es difícil hoy hablar de que no va a haber ballotage. Es muy probable que lo tengamos, con lo cual también vamos a tener un tercer debate. Es cierto a su vez que la coalición que quede fuera del mismo muy probablemente se rompa.
APU: En el peronismo también se está dando una reconfiguración, sobre todo dependiendo de la performance electoral de Massa. ¿Qué podemos esperar de ella?
FC: Llega al ballotage y tiene chances. El gobierno está vivo. En las últimas semanas hubo una inyección de azúcar importante, lo que no pasaba antes de las PASO. Yo estoy viendo las cosas demasiado parecidas a 2003, muchos vasos comunicantes. En una frase marketinera, que se saca de contexto: posiblemente tengamos en Sergio Massa un nuevo Néstor Kirchner.
Hay similitudes que no están tan visibles porque tenemos otro sistema electoral al de 2003. Las PASO comprimieron de alguna manera un escenario que, si no hubiera sido con PASO, hubiera sido una distribución del voto bastante similar. Los cinco principales candidatos más o menos sacaron lo mismo que los cinco del 2003. Lo que pasa es que ahora tenes PASO, primera vuelta y después ballotage, en ese entonces fueron todos a la primera vuelta sin saber cómo iban a quedar. Fue una sorpresa el resultado y luego hubo una fórmula que se bajó completamente, lo cual es para pensar y tenerlo fresco. Néstor termina siendo presidente porque Menem-Romero deciden no competir ambos.
APU: La irrupción de Milei también es otro factor distintivo.
FC: Lo que tenes es que el orden de los candidatos no respeta ideológicamente el de 2003. La agenda que propone Milei ahora, que es mucho más disruptiva en términos de cómo piensa al sistema y a la dirigencia política, en ese momento era muy similar a la de Ricardo López Murphy, que salió tercero, y ahora primera. Pero la distribución es más o menos pareja.
Por otro lado, el peronismo condensó todo en una interna, que en ese momento fue a cielo abierto. Lo mismo para el espacio no peronista, condensó en una interna que antes fue a cielo abierto. Teníamos a Elisa Carrió, a López Murphy y a Leopoldo Moreau, que quedó mucho más atrás. Ahora el sistema comprimió un poco y fue ordenando. Sí vamos a tener una primera vuelta en la que la distribución del Congreso va a dejar uno más fragmentado, que por ahora está encorsetado en determinadas etiquetas pero hay que ver dónde y cómo se sientan los que son electos, que lo vamos a estar viendo recién en diciembre, enero o febrero. Va a ser un verano de mucha rosca.
APU: ¿Qué otras similitudes pueden notarse con el proceso de 2003?
FC: El escenario va camino a eso. Vamos a tener una primera vuelta donde quienes accedan al ballotage lo van a hacer en torno al 35%, por abajo o por arriba. Devuelta tenemos candidatos en torno al 30, que en 2003 fue menos. Hay diferencia en los porcentajes, pero sí vamos a tener discusión de modelo económico, de modelos de país. En ese momento había discusión ideológica, de quién lo podía hacer y qué implementar, ahora también lo estamos teniendo.
Vamos a tener un primer semestre de decisiones antipáticas, gane quien gane, en ese entonces fue parecido pero después hubo un boom que vino de la soja y yo creo que ahora será de la energía, litio y recursos naturales. El que se pare sobre eso, y si es Massa, probablemente tengamos una construcción política que sea en el largo plazo y dure un tiempo. Podemos tener un nuevo ciclo hegemónico si el que se para sobre ese boom hace política con inteligencia como en ese momento hizo Néstor.
APU: En ese momento estaba la idea de construir algo superar al peronismo, sin escindirse del mismo, como lo fue la convocatoria a ciertos sectores radicales. La idea de transversalidad que atraviesa el gobierno de Néstor Kirchner. ¿Puede pensarse un escenario parecido en caso de un triunfo de Massa?
FC: Él lo viene anticipando, habla de gobierno de unidad nacional. Ya dice que va a estar ofreciendo lugares para todos. Está dando un giro, que en otros países de la región no rindió, pero está yendo por esa línea de que lo que tenemos que salvar es la patria, la democracia, es el sistema, y para eso tenemos que hacerlo todos los actores convencidos de que funciona y no hay que tirarlo a la basura.
En Brasil no caló hondo porque Jair Bolsonaro terminó ganando la elección, pero después la vuelta al triunfo de Lula fue con un discurso similar y ahí sí rindió. Ahora están yendo por una línea similar. Massa es consciente de eso, por eso no habla de integrar sólo espacio radical sino también de fuerzas provinciales. Su último acto institucional fue en Vaca Muerta con el gobernador saliente de Neuquén, que es del Movimiento Popular Neuquino, y el gobernador entrante, que es de Comunidad, y también estaba Weretilneck. Antes había estado en el norte, donde había sentado a dos radicales.
Massa está pensando en una especie de transversalidad, cree que le va a dar “volumen político” porque lo va a precisar. Si el Néstor de 2003 gana con mucho nivel de desconocimiento, ahora vamos a tener un Massa conocido pero que, igualmente, va a tener niveles de rechazo importantes a su figura. Es alguien que, si ves encuestas, ha ido mejorando sus indicadores desde que es candidato pero sigue teniendo diferencial negativo.
APU: Es decir, más imagen negativa que positiva.
FC: Exacto. Va a tener que crear una nueva mística. Si la de Néstor fue cambiando la Corte Suprema, porque era adicta a los 90, descolgando los cuadros y reabriendo los juicios de lesa humanidad, Massa va a tener que seguir una agenda para reconstruir una mística pero para dar vuelta su imagen. Al mismo tiempo, va a tratar de construir esa transversalidad de que es un líder que es capaz de ordenar y llevar a todos adelante. Ahí veo yo muchas similitudes.
También hay una cuestión en términos de edad. Massa estaría asumiendo en torno a los 50 años, con lo cual tiene 20 o 25 años de política para adelante. Néstor asumió con 53. Hay diferencias pero hay demasiadas similitudes con ese 2003. Lo que pasa es que ese año venía de un 2001, donde había estallado todo, con todo lo que ocurrió, y un modelo que cambió. Ahora no venís de un estallido social, pero sí de una situación de mucha fragilidad que también está siendo administrada porque el peronismo, con las fallas que tenga o las que haya cometido en estos cuatro años de gobierno, sigue teniendo un alto control de la calle.
No está estallando todo porque hay estructuras que, de alguna manera, pueden administrar ese conflicto social. También se ve que después de las PASO hubo una re-energización para levantar los ánimos, ordenar a toda la tropa. La campaña para la PASO fue desordenada y sin entusiasmo.
APU: Más allá de los planteos de acuerdo de este lado, la cuestión es si del otro están abiertos a discutirlo al menos.
FC: De cara a un ballotage van a estar viendo las encuestas, cómo son los escenarios. Ya estas teniendo algunos que miden, que están cambiando respecto hace tres meses en los que Milei le ganaba a cualquiera y ahora es más peleado. Por eso los debates van a ser claves. Nosotros los pensamos más como instrumento de campaña porque la misma trata todo el tiempo de torcer voluntades y pensamos que el debate tiene ese objetivo.
En realidad, su objetivo es generar información para la ciudadanía. Que conozcan qué van a hacer pero sobre todo el cómo. Eso, a veces, genera ciertos cambios en las preferencias de la ciudadanía. Ahora, si vos tenes una elección en donde hay uno que corre con muchas chances ganar, otro de atrás, a diez o quince puntos de ventaja, los cambios después del debate presidencial no te van a modificar el orden. Si tenes, en cambio, tres figuras separadas por tres puntos, te puede cambiar todo y generar un empate.
Yo creo que van a estar viendo mucho las encuestas, cómo sale cada uno de los debates, y también me imagino una reacción de la UCR pero desnacionalizada. No veo a nivel nacional que digan “estamos con Massa”, sí a la de Jujuy, Santa Fe, La Pampa. Además, importa cómo van a ser escritos esos comunicados. Algunos te van a decir que la democracia está en riesgo y hay que cuidarla, otros que creen que las fuerzas democráticas van atrás de Massa, y otros llamarán a votarlo directamente. Va a haber una diferencia, ya tenes de hecho algunos movimientos.
APU: ¿Por ejemplo?
FC: Algo muy chico, bien de interna radical: la Franja Morada de La Pampa, que son los estudiantes universitarios de uno de los distritos más chicos. El otro día salió una noticia de que no se sienten identificados con Patria Bullrich. Ahí ya hay un comportamiento distinto a otros, como la Franja Morada de la Ciudad de Buenos Aires, que no dijo eso públicamente. Veo una reacción similar post primera vuelta, sobre todo dependiendo de la distancia entre primero y segundo y de cómo quede Bullrich. Si queda entre 20-25 puntos, será cataclísmico para Juntos por el Cambio porque le va a derramar en pocos diputados.
APU: Otros puntos de discusión también fueron el nivel de abstención, el posible cambio de las PASO a las Generales, el voto enojo o castigo, retención de los porcentajes de internas, entre otros escenarios. ¿Qué opinión le merecen?
FC: Es difícil estimar exactamente cuánto pueden ser esas transferencias, pero sí tenes estudios que lo muestran. Creo que ya hay consenso generalizado de que Bullrich se lleva la mitad de los votos de Horacio Rodríguez Larreta, y la otra mitad se distribuye. Hay semanas que un cuarto va para Milei, hay otras donde va para Massa. Está cambiante. Luego, Massa retiene más de dos tercios de los votos de Grabois, y hay una parte que se van a Milei. Pensamos que es un voto militante pero también hay gente que optó por él por considerarlo buen candidato y después piensa que otro candidato lo es.
APU: Había una idea de pensar tanto a Grabois o Milei como “outsiders”.
FC: Sí, por ahí no todos los votos son ideológicos, sino que es uno racional donde Cambiemos falló y el peronismo también. Cambiemos asume diciendo que iba a hacer liberalismo y termina haciendo populismo el último año y medio. El peronismo asume diciendo que van a volver a hacer peronismo y termina haciendo liberalismo buena parte de su mandato. Ahí tenes un votante argentino que es el péndulo, que va de un espacio a otro, y que te pone de presidente.
Hoy estaría en torno al 30% en grandes números. Ahora, ese voto no es ideológico, va de uno a otro y, quizás, Milei dice que va a arreglar el dólar y le confían eso. No importa si después dice que va a vender bebes o que va a habilitar la venta de órganos. Eso por ahí no le importa. Hay quince tipos de dólar y yo necesito uno. De Grabois le gustaba otra parte de su agenda. No tenes ideología sino una elección racional.
APU: Ahí se conecta con discusiones más académicas.
FC: Marcelo Escolar plantea que ahora se está dando un dilema de coordinación estratégica. Es un concepto de Robert Cox, que decía que asumía que los votantes son racionales, entonces siempre vas a ir a votar a la opción ganadora o que está más cerca de esa. Siempre vas a tratar de concentrar los votos en las dos primeras opciones, sobre todo en elecciones presidenciales donde es un cargo. Si tuvieras para distribuir treinta en un gobierno, no se generarían estos dilemas porque alguno podes meter. No tenes que ir a votar al primero sino al quinto que sabes que va a entrar.
Cuando tenes un solo cargo, el que entra es uno. Eso sí genera un dilema de coordinación cuando aparece una tercera opción que también tiene chances. Si sos un votante racional, vas por la opción ganadora o la que le puede ganar, vas a concentrar tu voto entre esas, pero acá aparece una tercera fuerza que se sostiene todavía corriendo de atrás. No se coordina todo entre las dos primeras sino que aparece una tercera. Eso se está dando hoy en Argentina. Que Bullrich ronde un 25% habla de un dilema de coordinación estratégica pero también de que hoy las identidades políticas están muy sólidas. Hay un votante que Bullrich, Massa y Milei mantienen y no se mueven.
APU: ¿Eso se traslada a los estudios de opinión?
FC: En las encuestas quizás tenes a los tres un poquito más cerca pero ha cambiado poco eso. Está todo muy estable. Eso habla de que hay en Argentina una discusión programática, ideológica, y una identidad con los dirigentes políticos. La mayoría no se está moviendo. Sí los márgenes, por eso los debates van a ser claves por el cómo. Ahí yo creo que esos porcentajes pueden llegar a moverse un poco y, tal vez, tengamos después de los dos debates alguna modificación del comportamiento electoral.
Sin embargo, va a ser difícil capturarlo porque tenes del 8 al 15 para medir y después ya está la elección presidencial. En esas dos semanas van a circular un montón de encuestas, llamados y que te toquen el timbre, pero va a haber poco tiempo para capturar con precisión cuánto se asiente lo del debate en el electorado. Sobre todo, que la gente lo asimile.
APU: Por otro lado, otra discusión fue el rol de los gobernadores en cada elección.
FC: Hay una cosa ahí que es más de rosca política y otra que tiene que ver más con el electorado y el ciudadano. La primera, cuando tenes un partido político nacionalizado, tenes estructura militante que te mueve, pero que es al mismo tiempo provincial y nacional. Como gobernador movilizas esa estructura para que te renueven el cargo, supongamos las provincias del norte que casi todas anticiparon la elección al primer semestre. Esa estructura se movilizó para la elección ejecutiva provincial. Ahora, cuando llega la primaria, primera vuelta y muy probablemente ballotage esa estructura en algún momento se cansa, como toda maquinaria.
Para las PASO uno puede seguir la hipótesis del político paranoico y decir que no movilizaron porque se iba a cansar o ya se habían salvado ellos. Otra hipótesis es la del votante informado o selectivo, que es asumir que el electorado argentino es sofisticado y puede discriminar entre distintos temas. Como la elección provincial se adelantó discutimos esa agenda, que no tiene que ver con la inflación, el empleo o el dólar, sino con la gestión provincial. Si estoy de acuerdo con lo que hace lo voto, pero después a nivel nacional no me gusta lo que está pasando entonces voto a Milei. Es selectivo.
Yo tiendo a pensarlo de manera positiva, otro podría decir que el votante es ciclotímico, pero eso es no respetarlo y el electorado se informa. Tuvimos una leve caída de la participación, es cierto, pero la realidad es que la gente va a votar, se interesa, y ahora es probable que tengamos un pequeño salto, siempre lo hay entre PASO y primera vuelta, y después entre ésta y ballotage. Yo creo que en las provincias pudo haber pasado una combinación de ambas cosas.
APU: ¿Qué pasó con la campaña de Bullrich post PASO?
FC: Siempre el peor lugar para un dirigente político en estos dilemas de coordinación estratégica es ser el que queda en el medio y tiene que ir a los dos lados de un ring. Frente a un Massa que decidió polarizar directamente con Milei, y despreocuparse de lo que venía pasando con Juntos por el Cambio, que sólo lo corre con la discusión del Impuesto a las Ganancias, la obliga a Bullrich a ir contra ambos. Eso siempre desgasta.
Noté que perdió un poco de rumbo, que hay acompañamiento porque es la candidata presidencial pero que hay tensiones por no sumar a dirigentes recomendados. Me parece que hay un círculo muy cerrado donde no están abiertos a otras ideas. Les quedaron pocos pilares sobre los cuales montarse. Creo que Juntos por el Cambio trata de reavivar mucho la grieta en términos de kirchnerismo, y asociarlo a Massa, pero tienen un problema: Massa ya está hablando de que es el cambio desde adentro, siendo un posible nuevo liderazgo del peronismo. Ya dijo que el presidente va a ser él, que va a ser un gobierno diferente, ya lo está mostrando.
APU: ¿Es efectivo en esa diferenciación?
FC: Empieza a ser creíble esa idea de que él puede gobernar de una manera distinta a la de Alberto Fernández y más parecida al período 2003-2007, y el siguiente, independientemente si estás de acuerdo o no con el estilo de ejercicio del poder y de gestión presidencial que se asemeja más a eso o a este último peronismo que nunca se sintió cómodo en una horizontalidad que demandaba la coalición.
También es cierto que si prestas atención a la gestión nacional actual hay en el kirchnerismo un aliado necesario para ganar la elección pero Massa está gestionando con los propios. Estamos en un proceso de transición donde el pilar central deja de ser el kirchnerismo y pasa a ser, lo que eventualmente llamaremos si termina ganando, el massismo. Cuando el peronismo cambia de “ismo” a veces se da una transición civilizada y otras no, lo que puede durar un tiempo. Ahora parece que es más ordenada y hay acuerdo en todos los actores sobre la línea.
APU: Bullrich se queda sin estrategia.
FC: De esa manera, si terminas diciendo que en realidad lo que tenes en frente es kirchnerismo y está apareciendo otro sujeto político el mensaje que estas mandando no va a calar hondo. Vas a condensar a tu propio votante que no se va pero no vas a capturar nuevos. Eso se suma a la poca claridad en algunas cuestiones. El único camino que le queda es montarse sobre el kirchnerismo y también el único capital político que tiene para mostrar son las victorias provinciales.
Si Milei es lo nuevo y lo disruptivo, si Massa es la gestión, los fierros y la botonera, a Bullrich nomás le quedan esas victorias. Todo este largo proceso electoral está mostrando que no es tan útil como capital político eso, porque las provincias están votando otra cosa en la elección nacional, pero es lo único que le queda.
APU: Tampoco quienes ganan se ponen su camiseta parecería.
FC: Exacto. Córdoba, que se había empezado a construir como bastión cambiemita, entre las PASO de 2019, donde tuvieron un mal resultado, y las de este año, Cambiemos perdió veinte puntos. Es un montón, y se fueron hacia Milei. Creo que es un espacio que no encontró el rumbo y el pulso de la campaña. En el debate podemos ver esto acrecentarse más o bien algún giro. El peligro de que se siga acrecentando es que, al perder ella sus votantes, no sabemos a dónde van.
APU: ¿Qué pasaría con esa reconfiguración peronista ante una derrota?
FC: Creo que es parte de algo más grande. Massa es la transición entre dos generaciones. Está habiendo un cambio de generación política. La post 2001 ya está dando pie a una nueva. Massa funciona como un puente, porque es parte pero llega ahora el momento por el cual puede entrar en el lugar de liderazgo y ser parte de esa transición siendo de la anterior.
Es un poco lo que le pasó a Néstor. Era parte de la generación de los 90 porque fue gobernador de Santa Cruz, pero saltó al juego nacional como un cambio generacional en ese nivel. Ahora estamos teniendo eso, y se da cada veinte años en el país porque la ciudadanía lo demanda. Tenes provincias que alternaron, tenes casi la misma cantidad que en 1999, previo al cambio. Estas teniendo nuevos gobernadores, que van a construirse desde sus provincias. Axel Kicillof es una figura potente, pero también hay que prestarle atención a lo que pase en San Luis, en la Patagonia.
APU: Martín Llaryora en Córdoba también.
FC: Se está empezando a formar un eje de coordinación entre espacios provinciales, no necesariamente peronistas. Son nuevas figuras que en algún momento van a querer saltar. Cuando el peronismo vaya a discutir liderazgo, si hay una derrota en primera vuelta, que lo veo poco probable, y en el ballotage, que es una lotería, ahí va a haber una discusión los primeros dos años y va a depender mucho de cómo se posicione uno frente a un gobierno de quien gane. Estimo que podría ser con Milei, entonces cómo se relacionan con él va a implicar que haya aceptación entre sus pares o de la ciudadanía, y ahí va a empezar de nuevo un cálculo.
Antes de 2027 va a haber una discusión por 2025. Después vendrá el resto. Ahí también hay un gran interrogante. Supongamos que se eliminan las PASO para 2027, entonces no vas a tener un mecanismo de discusión interna. Vas a volver a un escenario previo. Creo que un eventual nuevo liderazgo vendrá desde alguna de estas provincias porque está ganando gente que ha venido haciendo carrera y que ahora le tocó el momento de asumir los liderazgos provinciales.