Facundo Cruz: “Es probable que la interna del peronismo no quede saldada en 2025”

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APU EN GELATINA

Facundo Cruz: “Es probable que la interna del peronismo no quede saldada en 2025”

30 Abril 2024

APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Facundo Cruz, politólogo, quien analizó el estado actual de la política argentina.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo caracteriza el momento actual de la política nacional?

Facundo Cruz: Empezaría por hablar de distintas dimensiones, porque la realidad es que estamos en abril y siento que es diciembre del año pasado, después de todo el proceso electoral. En estos cuatro meses parece que pasó un montón, pasó de todo y no pasó nada. En términos de modificación del status quo el DNU 70/2023, saquemos el capítulo laboral, que está judicializado, y algunas otras cuestiones, pero es lo único del cambio que vino a hacer Javier Milei en términos políticos, económicos, sociales y culturales. Después sigue el mismo marco normativo.

Entra la Ley Ómnibus y no sale, lo que fue una situación única en la historia por cómo fue tratado el proyecto, con una aprobación en general de un dictamen que no estaba y un montón de cuestiones en donde varios bloques, que tratan de colaborar con el gobierno, hicieron la vista gorda. Lo que está intentando la oposición más dialoguista es darle las herramientas a La Libertad Avanza, y a Milei sobre todo, para que implemente su programa, para no dar el argumento de que el Congreso está frenando el cambio que quieren promover. Si después no da resultado, vendrá un proceso electoral que evaluará si hizo bien o mal las cosas y la ciudadanía determinará eso en las elecciones de mitad de mandato, que para eso está diseñado el sistema. 

APU: ¿Y la oposición más dura?

FC: Plantea más resistencia. Hablamos de la primera minoría del Congreso, que es Unión por la Patria, y de la izquierda, que no quieren darle ninguna herramienta. En ese contexto tenemos una presidencia que está por debajo del tercio de las bancas propias. Hoy hay un pedido y condiciones para un juicio político, y Milei no tiene manera de defenderse salvo que algún bloque diga que no están dadas y lo bloquee. Para eso lo tiene que construir, pero es el presidente más minoritario de la historia del país. Eso también explica las dificultades de cambio.

Hoy tenemos una oposición que trata de hacer equilibrio o que está mostrando dos cosas: unidad y atomización al mismo tiempo. Hay un esfuerzo sobrehumano de mostrarse unido, homogéneo, disciplinado, ordenado, por parte de la oposición más refractaria, que es Unión por la Patria, y la izquierda no tiene estas estas tensiones, o vienen por otro lado, pero no aparecen tan públicamente. 

APU: Hay un intento de mostrarse públicamente en unidad por parte del peronismo.

FC: Sí, pero tiene sus tensiones internas, hay claramente una atomización interna porque hoy los liderazgos en el peronismo son provinciales, salvo Cristina Fernández de Kirchner, que es la líder nacional del kirchnerismo, y todavía no hay una transición hacia un nuevo liderazgo. El resto son liderazgos provinciales regionalizados, referenciados con gobernadores e intendentes, y falta para que aparezca ese líder nacional del peronismo que, como han pasado siempre en la historia, se traduce y se produce luego de un proceso electoral. 

APU: ¿Y el resto de las oposiciones?

FC: El PRO no escapa a esa lógica y la Unión Cívica Radical (UCR) tampoco. Ya estamos hablando de las uniones cívicas radicales, también tiene una cuestión de atomización regionalizada donde están referenciados con gobernadores, entre los cuales hay diferencias. El eje Alfredo Cornejo – Gustavo Valdés se diferencia del eje Maximiliano Pullaro, quien ha mostrado más diferencias en determinadas cuestiones. Él aparece quizás más cerca de Martín Lousteau y Cornejo - Valdés parece que funcionan más en tándem, y ahí entraría Rodrigo de Loredo pero también esa sinergia no se termina viendo, entonces no hay un bloque homogéneo y ordenado. 

Hay un intento de mostrar unidad, pero la sesión del miércoles pasado mostró que ya hay diferencias mucho más profundas de las que estábamos viendo. Una nota singular es que al encuentro tradicional de la universidad radical, que es en Villa Jardín o en Córdoba, para reflexión programática e ideológica, donde se discuten ideas y propuestas, van referentes de todo el país y participan fundaciones vinculadas, es la primera vez que el presidente de la UCR no va a estar invitado, por la tensión entre Lousteau y de Loredo respecto del posicionamiento que hay que tener con el gobierno nacional. 

APU: Lo mismo con la perpetuidad, o no, de Juntos por el Cambio como alianza.

FC: La identidad Juntos por el Cambio ya pereció. Tenés encuestadoras preguntando por afinidad política y no está esa etiqueta sino libertarios, peronismo, kirchnerismo, PRO y UCR, a diferencia del año pasado porque existía como espacio político. Hoy no encuentro lugares en donde esté presente, el único donde parecería que confluyen todavía es en los gobernadores, que intentó aparecer como espacio de incidencia y articulación. Sólo para negociación con el gobierno nacional, después a la hora de coordinar votaciones legislativas, por ejemplo, el PRO apareció con un bloque mucho más homogéneo y compacto, y a favor del acuerdo, que la UCR, que tenía más diferencias internas. 

No parece que ese esfuerzo de los gobernadores de Juntos por el Cambio se traslade al Congreso, sino que tienen dificultades para que los legisladores referenciados estén alineados a lo que dicen. Me parece que es lo último que queda de Juntos por el Cambio. Por ejemplo, Cornejo  tiene un interés particular para que de la etiqueta quede algo por la sencilla razón de que le sirve en Mendoza. Los liderazgos están regionalizados y están mirando más a sus provincias que al juego nacional. Si tenés una provincia donde la presidencia está bien valorada y al PRO gobernando adentro, no vas a querer matar la etiqueta porque te compras un problema, entonces tratan de mantenerla de alguna manera. Como espacio político a nivel nacional ya no existe.

APU: Los gobernadores de Juntos por el Cambio se sienten validados por los votos.

FC: Sí, y están en un dilema estratégico, que es que el 90% de los votantes de Juntos por el Cambio, o de Patricia Bullrich y Luis Petri en la primera vuelta, votaron a La Libertad Avanza en el ballotage. Hay algunos indicios que muestran transferencia del electorado, ese que antes era duro está empezando a migrar. La lógica electoral y política lleva hacia eso. Si tenés un espacio que está implementando políticas que Juntos por el Cambio siempre defendió, que en algunos momentos pudo implementar, pero en otros momentos tuvo dificultades, y ahora lo está logrando es hasta natural que haya esa migración electoral. 

APU: ¿Cómo analiza ese acuerdo de Milei con ese sector que nunca termina de suceder?

FC: Creo que está atado a cómo funciona La Libertad Avanza, que también podemos decir que no es una sola. Recién estamos conociendo cómo funciona porque no habían gobernado nada hasta ahora, ningún municipio ni provincia, y sólo habían tenido algunas bancas en el Congreso, ni siquiera senadurías. Hay una mesa de tres personas que toman decisiones, abajo segundas y terceras líneas ministeriales, secretarías de Estado, direcciones nacionales, que son receptores de necesidades y demandas de actores corporativos sociales y de la sociedad en general, y que a la hora de implementar las decisiones todo se frena en esa mesa y se genera un cuello de botella.

Nada sale de esa mesa de tres, que a veces se convierte de cuatro cuando se suma el jefe de Gabinete. Hoy el gobierno pasa por Javier y Karina Milei y Santiago Caputo, y eventualmente Nicolás Posse. El resto no tiene una dinámica tradicional de funcionamiento. Pasó en todos los gobiernos. Había un liderazgo fuerte, de Cristina o Mauricio Macri, podemos discutir si Alberto Fernández lo fue pero ejercía la presidencia, y los ministros recibían demandas y tomaban decisiones. Acá no estaría pasando, el único que puede llegar a hacerlo es Luis Caputo, ministro de Economía. Hay una lógica interna de que hasta que la mesa chica no decide nadie quiere decir nada por cierto temor y eso genera parálisis.

APU: Hacerse cargo de las medidas.

FC: Exacto, cuando los ministros salieron a dar su explicación también generaron traspiés, tanto de Guillermo Francos, de Interior, de Mario Russo, de Salud, incluso de Caputo. Circuló mucho un trabajo a cargo de Pablo Salinas, que es cada cuánto renuncia un funcionario. Hay una cada seis días y empezó hace cuatro meses. Eso es una señal de las dificultades de gestión que tiene. En ese contexto, parece que está ocurriendo una lucha por la identidad de la derecha en el país. Quienes participan de esa mesa chica, Milei corrido porque parece no interesarle la construcción política, resisten el desembarco del PRO porque están planteando quién representa a la derecha argentina. 

Están intentando, con mucho atino porque funciona así la lógica política, que La Libertad Avanza sea el representante de la derecha argentina y que no haya cooptación de cuadros del PRO que, de alguna manera, diluya su identidad en la otra. Desde Casa Rosada y los ministerios tratan de construir esa identidad y ganarle esa batalla por la derecha al PRO. Ahí hay alguna resistencia por el desembarco formal del PRO, pero también es cierto que muchos actores están diciendo que este modelo de gestión política es insostenible. 

APU: ¿Considera que la apuesta de Milei puede llegar a tener éxito en el proceso electoral del año que viene?

FC: Va a depender mucho de dos cosas. Primero de la inflación, el gobierno necesita una buena noticia el mes que viene: por abajo del 10 y mientras más se acerque a cinco o tres mejor. Por ahora sostiene niveles de aprobación que rondan el 50%, pero un poquito por abajo. Esta semana publicamos desde Pulsar un informe donde comparamos las lunas de miel de nueve presidencias americanas y encontramos que Milei no logró ese capital extra que tienen o tenían los presidentes latinoamericanos que arrancaban la gestión con 70% aprobación. Tampoco le pasó a Lula da Silva, Joe Biden, Gustavo Petro y Pedro Castillo. Por ejemplo, esos últimos dos aparecen similares a Milei porque, en esa luna miel, parecen desgranarse un poquito. 

Nosotros el registro que tenemos es que Milei estaba cayendo un poquito, al final repunta y se acerca un poquito más al 50%, pero estaban todos por debajo. Lula está por arriba pero lejos del 70% con el que asumió. Biden igual. Es una generalidad del continente pero, al mismo tiempo, Gabriel Boric, Castillo y Milei se distinguen porque arrancan gobernando debajo del 50% de aprobación presidencial. Todavía sostiene eso, se ha ido desgranando un poquito, por momentos sube y baja. Creo que vamos a ver un Milei volátil en ese sentido. 

APU: En este caso, parece que ni siquiera hay un margen de acción para los ministros, más allá de la pertenencia o no a un partido político.

FC: Si hay algo que vemos es que los últimos tres gobiernos argentinos todos tuvieron dificultades para la gestión y coordinación interna. Ahora avanzamos un casillero más. Cambiemos tuvo las suyas, el Frente de Todos tuvo adicionales, y La Libertad Avanza parece que agrega más o muestra más errores, propio de la existencia y de las características de este sujeto político. ¿Qué va a pasar el año que viene? Dependen de que la inflación baje y, segundo, de que la economía empiece a mostrar buenos resultados en términos de crecimiento económico. Eso todavía no queda claro. 

Si en algún momento empieza repuntar, a fin de año o el año que viene, mantiene la inflación baja, va a impactar en un aumento de la aprobación presidencial y le va a dar probablemente una buena noticia electoral. No necesariamente va a ser la garantía de tener mayoría en las dos cámaras, pero va a estar cerca. Primero va a superar el tercio de las bancas, ese escudo legislativo para protegerse, y va a estar cerca de disputar la primera minoría, pero no le va a alcanzar, por lógica institucional, para la mayoría propia en Cámara de Diputados. en el Senado queda descartado porque se renueva un tercio, y dada la cantidad de bancas que tiene no va a llegar. 

APU: El triunfo podría leerlo como una validación de rumbo.

FC: Claro, el tema es cómo leemos ganar una elección legislativa que son 24. Es una discusión histórica. El kirchnerismo, cuando pierde en 2009, Aníbal Fernández dice que ganaron porque fueron la fuerza más votada a nivel nacional. Ahora, había perdido en distritos importantes y, por otro lado, no recuerdo los números, pero dos tercios habían votado otra opción. 

Hoy los números te están mostrando que la intención de voto de La Libertad Avanza como etiqueta anda, dependiendo de la semana, un poquito por debajo de 35%. Cuando preguntas con opción de peronismo y kirchnerismo separado, sale segundo el kirchnerismo y el peronismo tercero, pero la sumatoria de los dos empata con La Libertad Avanza. Si el año que viene tenés listas peronistas y kirchneristas separadas en varias provincias va a salir primero La Libertad Avanza, con lo cual va a tener un beneficio porque en la lógica del sistema electoral la clave está en mirar quién sale primero y la distancia que tiene respecto al segundo. 

Si el peronismo es la principal oposición y dividís la lista, probablemente la distancia va a ser mucho más grande que si van juntos. Eso quizás le dé un plus de bancas. Si después vas a sumar los votos muy probablemente el panperonismo y La Libertad Avanza estén parejos. Acá también va a jugar cómo es el cierre de listas y cómo se resuelve la interna del peronismo. 

APU: ¿Y ese aspecto cómo lo está viendo?

FC: Hoy el peronismo, como todos los espacios políticos, está regionalizado. Hay un liderazgo nacional que es el de Cristina Fernández de Kirchner, que está en un proceso de transición. El espacio kirchnerista está, de alguna manera, buscando por lo menos la nueva cara electoral. Creo que Cristina está buscando un lugar para posicionarse programática e ideológicamente, ser una voz que plantee ideas, valores, cosmovisiones de para dónde ir, y que la rosca, el armado y la cara sea alguien más. Ese proceso está empezando a ordenarse y se resolverá el año que viene en elecciones. Qué tantas disputas hay por ocupar el lugar de Cristina va a determinar la cantidad de listas que haya, incluso al interior del cristinismo. 

APU: Si nos guiamos por las elecciones del año pasado, Milei mide pero lo que va por separado de su figura no. ¿Cómo puede darse ese fenómeno en 2025?

FC: Milei del 2025 va a ser distinto al del 2023 porque está sentado en el sillón de Rivadavia, y es lo único que necesita para que eso se traslade a su lista de diputados nacionales y en las ocho provincias que eligen senadores. Si en esas provincias mide bien, probablemente tenga un buen resultado electoral, pero no va a necesitar una figura. Sólo necesita que a él le esté yendo bien y, si eso ocurre, derrama hacia el resto. Con el hecho de ejercer la presidencia ya alcanza. Vamos a estar viendo a Milei viajando y haciendo campaña, va a tener que meterse en el barro de la de la rosca electoral. También se nota que disfruta cuando va fuera del país y da sus conferencias o cuando va a cualquier lugar a que alguien lo escuche.

APU: De todas formas, no había logrado migrar eso hacia sus listas provinciales.

FC: Claro, cuando las elecciones fueron separadas no fue un beneficio para los actores de La Libertad Avanza en las provincias. César Treffinger, que es diputado, tuvo mejor resultado cuando fue pegado a Milei que como candidato gobernador en Chubut por el arrastre que generó. Va a depender mucho de eso también.

APU: ¿Y con respecto a la inclusión de figuras atractivas del peronismo?

FC: El peronismo el año que viene va a medirse el aceite en cada una de las provincias. Cada líder provincial va a ser la cara de las listas y eso abrirá un espacio de discusión a futuro para 2027. Es probable que la interna del peronismo no quede saldada porque vamos a tener varias lecturas y porque, como suele suceder, se va a estar viendo qué pasa en provincia de Buenos Aires. ¿Qué hacemos si hay dos listas del kirchnerismo, una de Axel Kicillof y otra de Máximo Kirchner? ¿Cómo resolves eso después? No estoy diciendo que vaya a pasar, pero qué pasa si pasa.

APU: El problema del peronismo es generar una interna competitiva.

FC: Ahí hay dos cosas. Hace unos años, junto a Lara Goyburu y Paula Clerici, desarrollamos una línea de investigación sobre el efecto de las primarias en la provincia de Buenos Aires a nivel municipal y encontramos dos cosas. Primero, mientras más peleada es más chance tiene ese espacio político de no ganar la intendencia. Después, evaluamos hacia dónde van los votos de la lista que pierde y, generalmente, va a la alternativa que va segunda o tercera o hacia el voto en blanco. No se queda dentro del espacio, por eso perdés la intendencia. No digo que se traslade a nivel provincial o legislativo, pero por lo menos es un indicio porque tenés 135 municipios para evaluar.

Es decir, al mismo tiempo habla de un tema de contención. No tenés que tenerle miedo a la disputa interna pero después te tenes que sentar para que el espacio que perdió se sienta contenido de alguna manera. Ahí es donde creo que falla el peronismo cuando va a una PASO. Es lo que paso con Julián Domínguez y Aníbal Fernández en 2015. No hubo ahí un espacio de acuerdo y de contención. Quedó librado a la naturalidad del peronismo ni se bajó a nivel distrital para trabajar para que la estructura, la militancia y, después, el electorado se queden. 

APU: Eso ocurrió en la interna entre Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.

FC: No pudo contener todo el voto, no hubo tampoco operativo de contención política. Toda la estructura de Larreta quedó de alguna manera algo anárquico y desconcertado, no había un ordenamiento ni una línea. Larreta pierde la primaria y ya empezaba un proceso de transición para dejar la Jefatura de Gobierno porque Jorge Macri tenía altísimas chances de ganar. Iba a haber una doble transición, primero entre equipos que estaban jugando por una campaña presidencial y después en la ciudad. Fueron meses de total desconcierto. Bullrich no buscó retener actores sino que se cerró sobre su círculo más duro, que es el error que se suele cometer. Ganas, asumís que sos la líder y a partir de ahí sólo tu espacio va a tomar decisiones y el resto no tiene que estar. 

APU: No consideraron que el voto podía migrar.

FC: Sí, asumir eso fue un error. También es lo que ocurre en cualquier elección donde tenes tres candidaturas para meterse en un ballotage. La tercera es la que siempre sale perjudicada, sobre todo si hay una elección antes de esa primera vuelta. Nosotros tenemos un sistema que, se suele decir, es de tres vueltas, por la primaria, primera vuelta y ballotage. La PASO marcó el pulso de a dónde podían ir los votos y el tercer espacio en ese juego siempre pierde. Ve que hay dos más competitivos y terminan perdiendo votos. Si a eso le sumas que no tenés un espacio o estrategia de contención política, no estás cuidando la chance de poder crecer y mantenerte competitivo.

APU: En ese sentido, en una entrevista reciente Mariano Recalde dijo que el kirchnerismo no tuvo candidato propio en esa elección. ¿Qué opinión le merece esa lectura? ¿La candidatura de Sergio Massa pudo haber expulsado al voto kirchnerista?

FC: La elección del año pasado mostró que se cae uno de los de los últimos mantras que teníamos en la política argentina, que es que el peronismo puede arreglar una crisis económica. Durante el gobierno del Frente de Todos no hubo una solución sino que la acrecentó. Eso es algo que va a tener que resolver interna, discursiva estratégicamente el peronismo si quiere reconstruirse como espacio político, que yo creo que sí. Tiene que haber un proceso de reflexión respecto de que, cuando hubo que arreglar una crisis económica, no lo logró por una multiplicidad de factores. En el imaginario popular hoy queda que el peronismo acrecentó la crisis económica y eso es un problema. Vos tenés mucho electorado, que tradicionalmente ha estado referenciado con el peronismo, que se dirigió hacia otras fuerzas políticas, en su mayoría a La Libertad Avanza.

Creo que no fue muy acertada la reflexión de Recalde por dos razones. Primero, porque de alguna manera el kirchnerismo integraba la fórmula presidencial, porque si no estamos aplicando un “kirchnerometro” a todo el que pasa por una lista. El candidato a la vicepresidencia era Agustín Rossi, que fue ministro de Cristina, presidente del bloque de diputados muchos años y referente en Santa Fe. Uno puede decir que ahora estaba ubicado en otro lugar por el tiempo que pasó, entonces estamos aplicando un “kirchnerometro” a cómo se lleva el candidato con Cristina y a qué tanto está identificada o no con ella.

APU: ¿Cuál es la segundo razón?

FC: Hay una discusión sobre qué es el kirchnerismo. ¿Es sólo La Cámpora o es más? ¿Kolina o Patria Grande? Empezamos con cada una de las organizaciones para ver a dónde se para en la relación con kirchnerismo. Creo que a lo que apuntaba Recalde era que La Cámpora no había tenido un candidato propio, ahí sí tiene un punto. No había una figura identificada estrictamente. Ahora, si utilizas el concepto kirchnerismo empieza la discusión y la tensión. 

Por otro lado, hubo un proceso de discusión en el Frente de Todos en donde el kirchnerismo llevó una oferta, no hubo consenso y se acordó llegar a otro punto. Cuando eso ocurre en política y meses después que en realidad no te cerraba el plan va a ser mal recibido por todas las personas que formaron parte de tu espacio político. Las reacciones del resto del peronismo fueron en esa línea. Sí creo que fue saludable que esa discusión abierta fue saldada con conversaciones privadas a los pocos días al interior del peronismo. 

APU: Eso no venía ocurriendo.

FC: No, había una discusión y duraba semanas, meses o trimestres, a veces todo un año y acá eso no pasó. De alguna manera, hay un reconocimiento de que no suma, si quieren plantearse como una fuerza renovadora, abrir a viva voz negociaciones que por lo general son a puertas cerradas. Una vez que se llega a un acuerdo listo, puede o no gustarte pero al día siguiente salís a militar.

APU: Parece que en la heterogénea oposición hay demasiados matices lo que complejiza la discusión pública, a diferencia de una mayor claridad en La Libertad Avanza.

FC: Sí, se vuelve compleja. Estamos en un momento, lo veíamos en el en el informe que publicamos en Pulsar, y tiene que ver con la menor aprobación con la que asumen los presidentes posterior a la pandemia, en que la gente salió cansada. Peor si a eso sumas crisis económica, que todo el tiempo estás cada vez más viendo si llegas a fin de mes, un agotamiento por la alta polarización política y sobreinformación.

Antes los responsables de simplificar mensajes, de construir atajos heurísticos, y que sea simple y sencillo, eran los actores corporativos: medios, partidos políticos, organizaciones, etc. Hoy tenes una multiplicidad de todos esos actores y lugares, entonces vas recibiendo toda la información y de alguna manera tenés que simplificarlo en tu cabeza. Por eso de Loredo está explicando la compleja posición la UCR y pasa un colectivero que lo maldice y le dice barbaridades, porque está diciendo “vota a favor de las universidades”. Está transmitiendo un mensaje simple. Fuiste a la marcha, vota por las universidades. No vengas a explicar que es complejo. Sé consecuente, es bastante simple.

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