“Imitemos su ejemplo: Néstor nunca se rindió, nosotros tampoco”
Por Cristina Fernández de Kirchner
Hace 43 años, Perón retornaba a la Patria tras 17 años de exilio forzado por el Golpe del ’55 y sus sucesivas réplicas. Su regreso no fue un fenómeno de la naturaleza, ni tampoco una graciosa concesión de la Dictadura. Regresaba por el despliegue histórico de los militantes organizados a lo largo y a lo ancho del país. En las fábricas, en la universidades, en los barrios, en la villas y, sobre todo, en la calle. La calle: territorio natural de la militancia. La calle: geografía preferida de las grandes gestas populares nacionales y democráticas.
En los días que corren y en éste último sábado, en distintas plazas de la República y también en el mítico Obelisco. La calle volvió a ser protagonista. Pero en esta oportunidad no sólo había militantes. Hombres y mujeres, jóvenes y mayores. Familias con sus niños que no van a ninguna local partidario. Con carteles hechos a mano, con fotos recortadas y pegadas en sus casas. Docentes, científicos, trabajadores, pequeños comerciantes y un solo objetivo: defender conquistas y derechos logrados en estos 12 años y medio.
Parecen que fueran muchos, los años digo, pero si uno corre el telón de las “noticias” con que te bombardean a diario podrás ver que hasta el 2003, aunque te esforzabas, no podías salir del pozo. Si sos muy joven y no lo viviste, preguntale a tus padres que pasaba en la Argentina de los ’80, de los ’90, del 2001. De las dictaduras mejor ni hablar.
En estos 12 años y medio trabajaste, te esforzaste y el Estado te acompañó con políticas públicas. Y por eso lograste cosas que te las merecías, pero que antes nadie te las reconocía. Es más, hubo un tiempo en que el Estado te las quitaba. Por eso, porque muchos saben que solos no van a poder seguir haciendo lo mismo están saliendo a defender los derechos y conquistas: su trabajo y las paritarias, la universidad pública y gratuita. La ciencia y la tecnología, los satélites ARSAT 1 y 2, las netbook de sus hijos, las jubilaciones, escuelas. La Argentina desendeudada, el rechazo a la usura de los Fondos Buitres, rutas, viviendas, centrales nucleares. Gasoductos, centrales eléctricas, hospitales, PROCREAR, PROGRESAR…. Que se yo, podría seguir por horas.
Hoy hablé a la mañana con Fernando Espinoza, el Intendente de La Matanza. Me contaba que los militantes se suben a los colectivos, y mientras uno explica por qué hay que votar a Daniel Scioli el domingo 22, otro reparte volantes a todos los pasajeros. Me explica que lo hacen de esa forma porque sino no encuentran a la gente en las casas, que en su mayoría están en el trabajo o en el colegio, o en la universidad.
Le sugerí que le dijera a los chicos que aclararan que se subían al bondi, porque sino no los encontraban en las casas. Y que esperaban que el próximo año pudieran encontrarse en el mismo colectivo porque todavía tenían trabajo a donde ir, Universidad donde estudiar o colegio al que asistir. Hablando de La Matanza, no puedo dejar de recordar en este día tan especial, ni la verdad en ningún otro, al militante más grande que conocí y seguro conoceré: A Néstor, mi compañero. Que amaba a La Matanza y a su país. Todavía recuerdo su foto en Villa Palito, esa que se comprometió a urbanizar y como todo lo que dijo, cumplió con creces.
En su nombre, de militante incansable y dirigente sin par, ahora, hasta reconocido por los que, mientras que vivía, se cansaron de insultarlo y agraviarlo; quiero pedirle a todos y a todas, como lo hice el 29 de Octubre, que en cada calle, en cada casa, con convicción, voluntad y humildad imitemos su ejemplo. El nunca se rindió. Nosotros tampoco.