"Macri es como una locomotora que va a chocar"
Por Daniel Dussex
APU: Empecemos por la realidad de la provincia de Santa Fe. Está en situación de emergencia por precipitaciones que dejaron a muchas localidades bajo el agua, el gobernador Miguel Lifschitz como en otras ocasiones solicita ayuda a la Nación y al mismo tiempo denuncia que no se concreta con la rapidez que se necesita. ¿Cuál es el análisis que hace?
AR: Me parece que hay una reflexión de corto y otra de largo plazo para hacer. Empiezo por esta última. Creo que al buscar respuestas a este fenómeno de las inundaciones cada vez más recurrente, no podemos quedarnos con una sola causa. Las respuestas no pueden ser unicausales. Tenemos una cantidad de cuestiones que concurrentemente han generado esta situación de emergencia hídrica en la provincia de Santa Fe. Es cierto que hay un problema alrededor del cambio climático, que las lluvias son de mayor intensidad, de mayor densidad, que se repiten en más corto tiempo. También es cierto que hay un problema de planificación y de ejecución de obras hídricas y que se necesita una planificación territorial, un uso del suelo mucho más acorde que el que tenemos ahora. Eso exige una acción coordinada entre Nación, Provincia y municipios. Hay muchísimos lugares en donde las urbanizaciones se habilitan no teniendo en cuenta todos estos parámetros y hay situaciones que van generando valles o interrupciones al proceso natural de la circulación del agua.
APU: ¿La siembra directa no es otra de las causas?
AR: El problema de la siembra directa es un problema, pero no es el único. Cuando teníamos la siembra tradicional ¿qué era lo que pasaba? La impermeabilización del suelo se daba en el fenómeno que se conocía como pie de arado. El arado hincaba, entonces el suelo se compactaba en la profundidad del diámetro que tenía el arado, ese espesor que existía entre la superficie del terreno y el pie de arado absorbía, pero cuando llegaba al pie también escurría superficialmente. Todo esto exige de una planificación alejada de la coyuntura, más seria, intergubernamental. Esto que dice el gobernador de la Provincia "No me mandan la plata" y por otro lado los funcionarios nacionales declarando "hace un año que le pedimos que nos hagan un informe de la situación hídrica y Santa Fe no nos mandó nada", indica que hay un problema a resolver.
APU: ¿Le parece que Miguel Lifschitz es un Gobernador que tiene abiertos muchos frentes? El reclamo ciudadano con marchas masivas pidiendo más seguridad, la reforma de la Constitución que él mismo impulsa, la emergencia hídrica y la tensión en el seno del Frente con el Radicalismo.
AR: El problema es no tener un claro diagnóstico o tener el diagnóstico y no darle importancia a los problemas que tiene la Provincia de Santa Fe. Yo lo conozco a Lifschitz porque fui presidente del Concejo cuando fue intendente por primera vez en Rosario y tenía una relación de diálogo muy cercana en ese momento. Es un hombre inteligente. Él debería haber sabido que el problema de la inseguridad era mucho más que tener un ministro que al contrario del otro que no hablaba nunca, éste habla todos los días.
APU: ¿Lo ve sin rumbo?
AR: Resulta que el gobernador arma un plan para reformar la Constitución y le estalla la problemática de la inseguridad. Tiene que correr ese plan para dedicarse a atender este tema y lo hace con las mismas recetas, buscando apoyo nacional. La verdad es que vinieron muchísimos menos gendarmes que los que decían que iban a venir. Otra vez, así como en el 2014, en lugar de apelar a la resolución del problema con la policía santafesina, se recurre a las fuerzas federales. Hace tiempo que vengo planteando, lo hice cuando Bonfatti era Gobernador, que en la provincia de Santa Fe tiene que haber un nuevo pacto. Uno de los pactos fundacionales es tener una política de Seguridad que sea acordada y legitimada por todas las fuerzas políticas. Esa política de Seguridad tiene que ser la que todos en líneas generales nos comprometamos a respetar, porque lo peor que sucede en esta materia es cuando uno avanza y retrocede. El gobernador Lifschitz en lugar de convocar a las fuerzas políticas y sociales para discutir el problema de la Seguridad convoca para discutir la reforma de la Constitución.
APU Lo llevo a la realidad nacional. Un tema que volvió a los primeros planos de la agenda tiene que ver con la seguridad. ¿Cómo ve el debate actual sobre la baja de la imputabilidad?
AR: La verdad es que si seguimos así, en cualquier momento van a pasar de tener el osito de peluche en las manos a estar en la cárcel. Yo no comparto para nada ese proyecto, me parece que es un acto de demagogia punitiva que como siempre aparece en los años electorales y ante la situación de hechos graves. No hay ninguna estadística seria que demuestre que los menores de entre dieciséis y catorce años son causantes de homicidios en Argentina, en cantidad como para que se tome la decisión de bajar la edad de imputabilidad. Distinto es discutir el régimen penal juvenil que sí merece ser debatido, pero se puede hacer sin necesidad de bajar la edad de imputabilidad. Me parece que con dieciséis está bien, que lo de catorce años lo único que va a servir es para criminalizar a los jóvenes y sobre todo a los jóvenes pobres. Esto es muy grave, estoy preocupado por eso. He recorrido barrios en Santa Fe en donde los chicos me dicen salimos a la calle a trabajar, salimos para ir a la escuela y por el solo hecho de llevar la gorrita puesta al revés te paran. Antes era por portación de cara, ahora por portación de vestimenta.
APU: ¿Cuál es su evaluación general sobre la gestión de Macri?
AR: Si el padre le puso un cinco, yo que ni siquiera soy amigo qué le puedo poner.
APU: ¿Lo aplazaría?
AR: Creo que la política de Cambiemos ha sido claramente deficitaria. El 85 o 90 por ciento de los argentinos hoy vive peor que hace un año atrás. El que antes llegaba a fin de mes hoy no llega, hoy muchos han perdido sus trabajos. Ha reaparecido el miedo en Argentina. No solamente el miedo a la inseguridad, ha reaparecido el miedo a perder el trabajo, a no poder pagar el alquiler, a no poder pagar la cuota del auto, la cuota del crédito, el club de los chicos, de no poder pagar la Prepaga... Todos esos son miedos que antes no existían. Esto es lo que ha generado desde el punto de vista social, la política económica de Cambiemos. Hay menos trabajo, hay más despedidos, hay más suspensiones, hay menos horas extras, hay una economía informal absolutamente parada. Hay una industria que está complicada porque tiene menos ventas y mayores costos de producción por los tarifazos, teniendo que enfrentarse a la importación indiscriminada de productos con la apertura de los mercados que se han hecho. El Gobierno te dice "queremos un modelo de país como Australia", pero Australia tiene 25 millones de habitantes y nosotros somos 40 millones. Ningún país del mundo, con esta cantidad de habitantes, se sostiene desde el punto de vista de la inclusión y de la equidad social sin el desarrollo de la Industria y con servicios alrededor de ella.
APU: ¿Cuál es el desarrollo entonces que el Gobierno de Cambiemos propicia?
AR: El Gobierno no quiere la Industria, esta es la realidad. A los dos funcionarios que tenían algo que ver con la Industria los echaron. La división en el Ministerio de Finanzas y de Hacienda muestra claramente que los aliados del Gobierno son el sector financiero y el sector agropecuario más concentrado. El Gobierno imagina un modelo económico con endeudamiento y con provisión de materia prima. La evolución que hizo Macri con la Generación del 80, es que en lugar de ser "el granero del mundo" dice "somos el supermercado del mundo", porque imagina la vaca fileteada. Pero la Argentina no es eso, nuestro país no cierra sino es con un desarrollo de su Industria. Cualquier lugar del mundo necesita de la protección de esa Industria y aliento para ese desarrollo.
APU: ¿Frente a este panorama, de cara a las elecciones, el kirchenrismo se plantea como una opción?
AR: Nosotros tenemos una enorme oportunidad en estas elecciones de 2017 de ponerle freno. Macri es como una locomotora que va a chocar. En esa locomotora ya hay juna cantidad de vagones que están descarrilados. Hay vagones que ya no están. No están el vagón de la Industria, el de la equidad, el del empleo, el de la inclusión, no está el vagón de la movilidad social ascendente. El vagón de la Ciencia y el de la Educación son vagones que no aparecen en la locomotora que encabeza Macri. Estas elecciones parlamentarias son una enorme posibilidad para ponerle un freno y decirle, "hasta acá llegó, vaya para otro lado, este camino lo tiene obturado". El camino de seguir profundizando el ajuste, porque si al Gobierno le va bien en las próximas elecciones irá por más. Va a ir por la modificación del Sistema Jubilatorio, por el aumento de la edad para jubilarse, por la flexibilización y precarización laboral, por eliminar derechos laborales y por la reprivatización de las empresas públicas. Todo eso necesita debate parlamentario. Entonces hay que tener fuerza parlamentaria para tratar de frenarlo.
APU: ¿Cristina será candidata?
AR: No lo sé. Es una preocupación sobre todo de los peronistas y kirchneristas bonaerenses. Yo lo que espero es que Cristina haga campaña, y en mi caso apoye la decisión de presentarme como Diputado Nacional por Santa Fe.