Pablo Semán: “No vamos a mejorar como país con este gobierno pero tampoco con esta oposición”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Pablo Semán, sociólogo y antropólogo, quien reflexionó sobre los primeros meses de Javier Milei y la actualidad de la oposición.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo ve la situación actual?
Pablo Semán: El problema ni siquiera es el que la vio venir, sino que probablemente tenemos una discusión política muy mal planteada desde hace muchísimo tiempo, mucho más que dos años, contra la que vengo reaccionando. No veo desgraciadamente que haya cambiado mucho, sigue siendo mala a pesar de que haya ganado Javier Milei y esté implementando un plan de gobierno que no me parece positivo ni va a dejar grandes cosas. Además, hay muchísima gente sufriendo, más allá de que retiene un porcentaje de apoyo de la opinión pública bastante importante, lo cual debería hacernos reflexionar y debería ser, por ejemplo, una de las discusiones políticas a tener.
APU: ¿Qué diferencias sustanciales nota en la oposición en comparación a la época de Mauricio Macri?
PS: Primero, creo que Macri logró instalar, no sé cómo, que es que él era gradualista. Fue en principio casi tan agresivo como el de Milei. En aquel momento había, por un lado, una inercia más grande de los que no creían que habían perdido, y habían perdido. Además había resistencias generadas a partir del propio gobierno de Macri. La oposición, que no creía haber perdido, que era un accidente de la historia y que no había cambiado nada en el país, y sí había cambiado, se regenera un poco y sobre todo, comparativamente con ahora, me refiero a la kirchnerista, estaba mil veces menos deslegitimada en ese entonces que ahora.
Hoy el kirchnerismo en su conjunto, sin distinguir sus variantes, representa algo negativo para la mayor parte de la población. Más del 40% votó para que no gobernase, por lo menos en este turno. Nadie se pronunció por la eternidad, no se hacen las elecciones para eso. Es una oposición que está en ese sentido más deslegitimada y más desarmada, con menos recursos y argumentos políticos. Una cuestión absolutamente sintomática es que del kirchnerismo casi nadie habla ni tiene posición política pública, lo cual es un problema porque la política se hace con posiciones públicas.
APU: Hay quienes dicen que el peronismo se está reconstruyendo.
PS: Sí, es probable que haya gente perversamente apostando a su capacidad inercial, lo cual nos garantiza una solución que sea menos de lo mismo. Dentro de dos años a alguien se le va a ocurrir cualquier cosa y va a parecer una estadista. La gente que nos trajo hasta acá por algo será, porque prefieren la carrera política inmediata a los objetivos políticos y porque no les importa ni la patria, ni los hombres, ni el movimiento, sino sus nombres. Lo único que le importa a esa oposición son sus nombres específicamente. Esa gente, que privilegió siempre sus nombres y nos trajo hasta acá, ahora sigue privilegiando lo mismo y es probable que no haya más remedio que esperar a lo que hagan con su capacidad inercial, hasta que nos destruyan como pueblo y voluntad democrática.
En ese sentido soy muy pesimista, no espero nada de personas que sólo estuvieron por sus nombres y espero algo de los demás. No vamos a seguir siendo masa de maniobra de alguna ocurrencia de algún gran jefe, cuya capacidad de jefatura nos trajo hasta acá, por lo que no es exitosa. La oposición es mucho peor ahora que hace ocho años, y después hay otras oposiciones.
APU: ¿Qué opinión tiene sobre esas?
PS: Están tan desprestigiadas como las otras. Están esperando que al gobierno le vaya mal y que de esta podredumbre salga un vacío que ellos puedan canalizar. No me parece que sea una oposición muy productiva de nuevas realidades políticas. Hay un 40 o 45% de la sociedad que probablemente se opone a Milei, en algunas cuestiones hasta un 50%. No hay dirigentes legítimos para representar esa oposición amplia y diversa. La marcha universitaria, que en su momento al menos una parte de la dirigencia política imaginó que era la sociedad que podían conducir, fue tan masiva porque no tenía presente ninguno de esos ya no pianta votos sino pianta voluntades.
Creo que nosotros no vamos a mejorar como país con este gobierno pero tampoco con esta oposición. ¿Qué esperan de los dirigentes opositores? Yo no espero una oposición cerril todo el tiempo, más allá de que a los planes de gobierno habría que oponerse totalmente. Lo que espero es un proyecto de construcción política que les permita ser fuertes para enfrentar este proyecto y eso es un trabajo mucho más complicado. No me cae peor Osvaldo Jaldo o Carlos Mauricio Espínola que alguno de los 33 que están vivos, que votaron en contra pero podrían haberlo hecho a favor, y tampoco me preocupa mucho lo que haya hecho Martín Lousteau.
APU: ¿En qué sentido?
PS: La sanción de la ley fue el fin del limbo para casi todos. El gobierno entendió que había ganado las elecciones, que todavía no lo creía, que tenía una responsabilidad política y que podía hacer algunas cosas, no todas, y la oposición se empezó a dar cuenta que perdió. Tampoco es que se dieron tan cuenta porque, según ellos, no las perdieron. Siempre fue culpa de otros. Están, más o menos, saliendo del limbo y entrando a la realidad. Es muy débil, tampoco tenían cómo no darle la ley al gobierno, porque los hubiera acusado de obstaculizar.
La situación de la oposición, ya sea más o menos radical en sus gestos inmediatos, básicamente es la pobreza absoluta. Creo que lo que deberían hacer es tener repertorios de acción nuevos, figuras nuevas e ideas nuevas, y ponerle el cuerpo a esa revisión mientras, no antes, confrontan con Milei. Está esa cosa de creer que la revisión ocurre puertas para adentro en un momento anterior y después viene el momento posterior de la lucha. Yo pienso que no.
APU: ¿Por ejemplo?
PS: En concreto, está claro que no se puede seguir yendo a las marchas como si fuesen picnics. Lo peor de todo es que, después de las detenciones en el Congreso, se siguió así. En la siguiente marcha tampoco había la disposición y actitud que yo creo que habría que tener. Yo soy un tibio, reformista y moderado en las posiciones políticas, pero en las prácticas políticas creo que no se puede marchar cuando y como se quiere. Hay que hacerlas cuando llevas más gente, llamar de un día para el otro es una muestra de debilidad. No podes hacer como si nada tampoco, hay que ver con quién y dónde. Todo eso, que cambió, es lo mínimo que habría que cambiar.
No sólo los dirigentes de la oposición, que privilegiaron sus nombres por encima de todo, están errados sino que nosotros también. Vivimos en una inercia, probablemente no tanta porque una de mis experiencias es que la gente nos escucha. Venimos molestando desde hace años con una crítica a una práctica política que se dice a sí misma revolucionaria pero no tiene nada ni de la disciplina, ni de la persistencia, ni del temple, de quien quiere cambiar algo. Tiene sólo una pseudo estética y nada más. Creo que hay disposición a cambiar a pesar de que hay inercia, pero me gustaría ayudar a quebrarla.
APU: ¿Nota que hay más o menos disposición a acompañar los procesos que impulsa la oposición, en comparación al macrismo?
PS: Todo lo que hizo la oposición en ese momento igual estaba mal, lo que pasa es que estaba mejor. Otro engaño de Macri, además de todo el mundo piensa que fue gradualista en los primeros días de su mandato y no porque desreguló la cuenta capital, devaluó y desfinanció al Estado, todo al mismo tiempo, es creer que el proceso político se revirtió a partir de la reforma provisional. No es así, fue un poquito más adelante, cuando justamente por haber abierto la cuenta capital se empezaron a ir los capitales. La ley la habían aprobado y hubo que tratarla después en el gobierno de Alberto Fernández
Esa escena, que es rarísima, porque mucha gente dice que hubo infiltrados y otros que con eso derrotaron a Macri, podría haber sido utilizada, y en parte intento serlo, por el macrismo como justificación. Esa oposición estaba más fuerte por la inercia que tenía, pero no hizo nada por mejorar humana, política, práctica ni lealmente. Lo único fue identificar una oportunidad de ganar una elección y una maniobra, que ahora todos nos damos cuenta, fue un pacto de mala fe entre Cristina, Alberto y Sergio Massa. Todos engañándose recíprocamente, una trieja del engaño. Por eso ese gobierno perdió y esta oposición está diezmada, no tiene recursos políticos, credibilidad ni ganas de mejorar. Además, la oposición social, que es grande y podría ser mayor, tampoco tiene en claro en función de qué se opone. Todas esas masas ya no quieren volver a escuchar a la trieja del odio. Es más complicada la recomposición política porque se deslegitima y se hizo odiar.
APU: Es la eterna discusión posterior a Milei.
PS: No hay que pensar en términos del cronograma electoral. Si vos preguntas si no es esté quién, no sé quién, primero discutamos el qué, el cómo, el cuándo y con quién. Incluso hay gente que lo votó a Massa y no está entusiasmada por alguien. Discuto contra una fantasía que se asienta en un criterio político que no funcionó en la recuperación de 2015 y menos va a funcionar ahora para no engañarnos, lo cual no quiere decir no hacer nada. No se trata de que esperemos que la crisis haga su trabajo y que la decepción vuelva alta la marea, suba nuestros barcos y nos lance nuevamente a la navegación con un mascarón de proa, que es el que cumple el papel de responder el quién.
No sabemos realmente cómo va a ser, no sé si la crisis le devolverá navegabilidad a nuestros barcos. Tal vez no lo haga en el grado suficiente porque la gente le va a preguntar a los que digan que estamos en crisis quién carajo son para decirlo. Creo que es lo que la gente en buena parte nos dice, y con todas las razones del planeta, entonces tal vez el quién es una pregunta que puede tener hipótesis hoy, y mañana otras, pero lo primero que hay que hacer es otra cosa. Además, quiénes somos nosotros.
Creo que nosotros somos el resultado de un proceso de movilización y activación política que creó una especie de conciencia crítica ampliada y que tenemos banderas igualitarias, aunque no todos los que están activados políticamente son peronistas o quieren serlo. Ese nosotros es un montón de gente, no es la sociedad argentina entera, pero juntémonos para discutir figuras, ideas y repertorios. Claro que hay que protestar, y hay que procesar muchísimo y hay que hacer protestas potentes, pero no armemos más marchas como si fueran festivales.
APU: Hay que oponer un proyecto, como las propuestas de Lousteau durante el debate de la Ley Bases.
PS: Claro, formular alternativas. El peronismo se opuso. La discusión sobre si daba quorum o no es aparte, porque en este momento van a estar equivocados todos los opositores, ya sea los que se oponen a todo, los que se oponen y colaboran, y los que colaboran por abajo de la mesa. La situación de la oposición es la miseria política absoluta, construida por ellos mismos. Hay que construir alternativas, y para eso hay que construir ideas, figuras y repertorios.
Además, una cuestión muy sintomática del kirchnerismo es que no tuvo tan en claro que la inflación era un problema durante su mandato. Siempre había discusiones, que era menos o menos grave, si alguien decía que había le preguntaban qué había hecho en la dictadura. Después había hipótesis alocadas como que la gente tiene memoria de pez, es decir, que es estúpida, y a la hora de la votación se iban a olvidar que habíamos bajado tres puntos en un año la inflación que tenía un 150 mil por ciento. Hay gente que cree en serio que el plan platita daba votos, cuando en realidad produce indignación.
Esa gente, que se cagó en los sentimientos de una sociedad agónica por la inflación, no ha propuesto en los últimos seis meses un solo plan anti inflacionario. No es que no les preocupaba antes, ahora tampoco y se preguntan por qué la gente apoya a Milei, que desaceleró la tasa. Te dicen que no bajaron los precios, pero con ellos estaba permanentemente acelerada la tasa de inflación. Entiendo que el programa económico de Milei, incluso aunque bajara la inflación, efectivamente es malísimo. Ahora, demostrá que te preocupas por los problemas de la gente, que cree que la inflación es uno de ellos.
APU: ¿Hubiera dicho algo aunque fuera plantar bandera?
PS: Claro, pero ¿por qué no dijeron nada? Primero porque piensan que la inflación no es un problema, siguen atrapados en sus propios prejuicios. Después, porque siguen atrapados en sus proyectos personales, no les importa salir a defender a los intereses del pueblo argentino, sino preservar sus nombres. No le da ni las gracias al votante, todavía estoy esperando que los principales dirigentes opositores, sobre todo los votados, le agradezcan al 44% que los votó. Ni eso, cómo pueden pensar que son solidarios entonces.
APU: Más allá de sus posturas sobre la oposición, ¿el gobierno de Milei es lo que imaginó?
PS: Primero, si me preocupaba tanto como para pelearme durante años con dirigentes, que decían que no pasaba nada y que para ellos la arquitectura electoral no se toca, como lo vienen diciendo desde 2011 y perdieron siete elecciones, me imaginaba que esto era posible como triunfo y proyecto político. También me imaginaba que iba a ser enormemente agresivo, como lo hice y lo fue el macrismo. Los veía muy poco preparados, es más, sigo viéndolos así. Sostiene la situación, en parte, porque la oposición es el ancla del gobierno.
Una de las cosas que no me imaginaba es que dieran esa vuelta económica en la que pasaron de la sobrevaluación a la subvaluación del dólar, o a la apreciación del peso, y tampoco qué podía llegar a pasar con el proyecto de dolarización y ese rebobinado que hace Milei. Creo que en los últimos seis meses debe haber tenido tres grandes planes económicos y nos sigue diciendo que siempre es el mismo. A esta altura no lo sé, en algunas cosas no lo es porque dolarizar inmediatamente no parece estar en el radar. Abrir todo a lo entendido como las fuerzas predominantes del mercado sí me lo imaginaba y el aspecto represivo también, tanto que en diciembre, antes de la primera marcha, dije que no era un gobierno de ajuste y represión, como denuncia la izquierda, sino de represión y ajuste.
APU: ¿Qué otra cuestión?
PS: No me imaginaba, y perdón que vuelva sobre lo mismo, la incapacidad de reacción de la oposición. Es gente que no aprende más nada. El proyecto de gobierno es malísimo, es muy preocupante. Es de una irresponsabilidad respecto de la patria que a mí me asombra, pero al mismo tiempo tiene un tipo de apoyo, que no es a todo pero que hace que por ahora le funcione como cámara de resonancia, y donde de nuevo hay que ver la responsabilidad de lo que se hizo antes para llegar a esto. No creo que la gente haya votado esto para sufrir. Esa es otra, hablar del sacrificio de los otros como masoquismo primario pero cuando lo convocamos nosotros es épica.
Creo que la gente votó con una cierta conciencia de que esto estaba muy mal, va a demorar mucho tiempo, la vamos a pasar muy mal y vamos a hacer nuestro aporte. Tiene que haber ocurrido algo muy malo para que la gente tuviera esta disposición y, aún con todo lo que viene sucediendo, la mantenga. El gobierno se beneficia de un cambio de las generaciones, que no conocieron ni el final de la convertibilidad ni el de la dictadura, específicamente en su plan económico, ni las mieles del kirchnerismo tampoco.