Plaza, cuartel y después: Semana Santa, 30 años
Por Mariano Molina
Abril de 1987 compone una escena clave de la democracia post-dictadura. El proceso institucional que se abre en 1983, frágil y potente, tenía entre sus necesidades fundacionales la pregunta sobre cómo atravesar la urgencia de juicio y castigo a los responsables, militares y civiles, de la saliente dictadura militar.
Los caminos propuestos para este recorrido eran variantes en disputa. Los diversos actores proponían resoluciones más o menos consensuadas, más o menos apoyadas en una justicia con muchos interrogantes. El juicio a las juntas militares era una realidad tan concreta como la libertad de miles de responsables de crímenes de lesa humanidad, secuestros, torturas y todas las aberraciones que conocimos.
La crisis de semana santa pone el tema en el escenario nacional de un modo dramático. Levantamientos militares, caras pintadas que prontamente se convertirán en la identidad carapintada, movilizaciones populares en las plazas de todo el país, actores políticos comprometidos y otros no tanto. ¿Un intento de golpe de estado? ¿Un simple reclamo militar sobre los juicios? ¿Un intento de democracia tutelada?
Los textos que aquí compartimos no intentan analizar en detalle cómo sucedieron los hechos, a treinta años de ocurridos, sino que proponen abordar una reflexión generacional sobre el significado de ese conflicto.
Compartimos, entonces, escritos de esos niños, adolescentes o jóvenes que directa o indirectamente participaron de las movilizaciones y debates de esas arduas jornadas. ¿Cómo intervino esta semana santa en las futuras relaciones con la institucionalidad, la participación política y los imaginarios democráticos? ¿Tuvo incidencia en las formas de la militancia? Algo de estas preguntas y reflexiones podrán encontrar los lectores, desde miradas de distintas biografías políticas y que –aspiramos- le den una riqueza necesaria al debate.
A los textos le sumamos dos entrevistas. Las personas con las que dialogamos fueron actores importantísimos de esas jornadas y representantes de los dos principales partidos políticos de la historia argentina del siglo XX. Por un lado, Leopoldo Moreau, entonces un joven diputado y fundador de la Junta Coordinadora Nacional e integrante del selecto comité de crisis del alfonsinismo. Por otro lado, Luis Brunati, que en esos tiempos era secretario general del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires e íntimo colaborador de Antonio Cafiero. Luego será Ministro de Gobierno en la Provincia y Diputado nacional. Con ambos dirigentes conversamos sobre esos sucesos particulares, pero fundamentalmente sobre las consecuencias y aprendizajes que esa crisis dejó al sistema político argentino.
Los y las invitamos, entonces, a recorrer estos textos y entrevistas, con el objetivo de compartir y debatir colectivamente los significados que esa Semana Santa, de hace treinta años, tuvo para la democracia argentina y las generaciones que iban asomando.
RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).