Nestlé reconoció que sus alimentos no son saludables y reabrió el debate sobre la ley de Etiquetado Frontal
Por Elizabet Pontoriero
El periódico Financial Times publicó información de un documento interno de la reconocida empresa de alimentos Nestlé (la más grande del planeta) en el que se asegura que más del 60 por ciento de los productos elaborados, los que incluyen alimentos y bebidas, no serían tan saludables como se cree y que, aunque implementaran cambios para mejorarlos, nunca llegarán a serlo.
La revelación fue un escándalo en Europa y pasó desapercibida en Argentina, mientras sigue el debate en torno a un proyecto de ley de “Etiquetado Frontal”, que permita reconocer de forma sencilla algunas características de los alimentos que se consumen. La iniciativa cuenta con media sanción del Senado y ha generado un gran rechazo por parte de las principales empresas de alimentos, entre ellas, el Grupo Arcor.
Según el documento que circuló a principios de este año entre los ejecutivos de Nestlé y al que pudo acceder el diario Financial Times, tan solo el 37% de los alimentos y bebidas, sin contar los alimentos especializados en salud y los de mascotas, alcanzan la calificación de saludables, según expresó el medio.
Esa calificación surge del sistema de etiquetado que utiliza Australia para mostrar, a partir de la calificación con estrellas, qué tan saludable puede ser un producto alimenticio. Así, según explicó Financial Times, Nestlé considera como saludable un umbral de 3,5; sin embargo, la empresa habría afirmado que el 70 por ciento de sus alimentos no logra alcanzar ese rango.
Por otro lado, el gigante de los alimentos afirmó en el documento que, si bien se esforzaron por realizar innovaciones que les permitieran cambiar esta situación, “nuestro portafolio todavía tiene un desempeño inferior al de las definiciones externas de salud en un panorama donde la presión regulatoria y las demandas de los consumidores se están disparando”, de acuerdo con lo publicado por el diario.
Alimentación saludable: ¿por casa cómo andamos?
La información se conoce mientras la Cámara de Diputados de Argentina debate un proyecto de Ley de Alimentación Saludable, que obligaría a las empresas elaboradoras de alimentos procesados a colocar, en el frente de los productos, etiquetas muy claras que especifiquen si son saludables o no, de acuerdo con el nivel de azúcar, sodio, grasas y calorías que contienen.
Una ley de las mismas características ya existe en muchos países de la región como Chile, Uruguay y Brasil. El Senado argentino la aprobó con un amplio consenso, sin embargo, ahora parece frenado en la Cámara de Diputados, por la presión de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), organización empresarial que nuclea y representa a la mayoría de los sectores que conforman la industria de alimentos y bebidas. El presidente es Daniel Funes de Rioja, recientemente nombrado presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Entre las principales empresas de la COPAL están Arcor, Molinos, la Aceitera General Deheza (AGD) y la azucarera Ledesma.
Por su parte, Arcor, una de las empresas líderes en golosinas, viene haciendo lobby hace mucho tiempo contra las políticas que apuntan a una dieta saludable en niñas/os y adolescnetes. Por ejemplo, viene de una pelea con las autoridades de la la capital de la provincia de Córdoba, que aprobaron una ordenanza que prohíbe mostrar golosinas en la línea de cajas de los supermercados y farmacias. Al parecer la medida sería copiada por otras ciudades.
La necesidad de una Ley de Etiquetado Frontal
Según una publicación de la Organización Panamericana de la Salud, en la Argentina los factores de riesgo que más se relacionan con la mortalidad son la hipertensión, la diabetes, el sobrepeso y la obesidad; de allí, la importancia de medidas como la ley de etiquetado que pueda permitir promover las buenas prácticas en la alimentación.
En el marco de la campaña “Ojos cerrados”, que se realizó durante 2020 para concientizar a la población y promover la necesidad de etiquetar a los productos alimenticios, Carmelo Gallardo, especialista en Seguridad Alimentaria a cargo de la Representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Argentina, afirmó que “el etiquetado frontal de alimentos resulta también una estrategia para garantizar el derecho a la alimentación, la salud y combatir la malnutrición y el sobrepeso”, y agregó que el derecho a la información “es necesario para que las personas puedan elegir”, según una publicación de UNICEF.
En un comunicado de prensa, UNICEF detalló que, en la Argentina, de acuerdo con los resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, la problemática del sobrepeso afecta al 41,1 por ciento de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años y al 67,9 por ciento de las personas mayores de 18 años, lo que convierte a nuestro país en el que posee la tasa más alta, un 13,6%, de exceso de peso en menores de 5 años de América Latina.
Así, Luisa Brumana, representante de UNICEF en Argentina, destacó que “la ausencia de una regulación sobre etiquetado vulnera los derechos de niñas, niños y adolescentes, y también los de sus familias, porque no pueden acceder a la información que necesitan para saber si lo que consumen es saludable".
Por su parte, Sergio Britos, director del Centro de Estudios y Economía de la Alimentación (CEPEA) declaró a Infobae, con respecto a la necesidad e importancia de adoptar medidas públicas que promuevan la información de los alimentos, que “el objetivo de la ley se orienta a generar algunos mecanismos regulatorios que permitan contribuir al tratamiento de la altísima prevalencia de malnutrición por exceso que tenemos en Argentina como causa y acompañante de un ramillete de enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión y la diabetes”.