"Con el crecimiento solo no basta para reducir la informalidad"
Por Nahuel Placanica
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo evolucionó el trabajo informal en los últimos años?
Pablo Manzanelli: Es un problema estructural que viene del largo periodo del neoliberalismo en la Argentina. Con la flexibilización laboral y las políticas liberales alcanzó un nivel sumamente elevado. En 2002-2003, el porcentaje de asalariados no registrados en el sistema previsional era de aproximadamente el 41%, es decir, casi la mitad.
Esto se empezó a revertir a partir de 2003-2004 con el crecimiento económico y algunas políticas específicas. En la actualidad se encuentra en un 34,4%. Hay que diferenciar dos etapas: en la primera, que va de 2003 a 2007, la informalidad baja a un nivel acelerado. Esto tenía que ver con el punto de partida, una situación drástica; a partir de 2008, este indicador empieza ha dejar de mostrar progresos tan fuertes y bajó tan solo del 37 al 34%.
Esta diferencia se genera por la influencia de cuestiones macroeconómicas. En la segunda etapa, la economía empieza a crecer a tasas más lentas y esto tiene que ver con dos puntos. En primer lugar, con el impacto de la crisis mundial que castiga a sectores que habían sido motores del crecimiento, como la la industria y el agro. En segundo lugar, la intensificación de la puja distributiva entre capital y trabajo. El salario que se había deprimido después de la devaluación de 2002, recupera un nivel similar al de 2001 y a partir de ahí el capital le impone un límite al trabajador en su recuperación salarial. Así, la distribución del ingreso se estanca en 40%.
APU: Al trabajo informal se lo combatió con creación de puestos de trabajo, ¿Faltan medidas específicas?
Pablo Manzanelli: Esta explicación que te daba no impacta directamente sobre la tasa de informalidad. Diría que con el crecimiento solo no basta para reducir esta situación, pero son las condiciones materiales que posibilitan que actúen las políticas específicas.
Se han implementado algunas, como por ejemplo en lo que hace al servicio doméstico o la penalización del trabajo infantil. Habría que implementar sistemas de premios y castigos para reducir las tasas de informalidad. Una medida interesante tiene que ver justamente con esto. Algunos subsidios que otorga el Estado podrían ser otorgados siempre y cuando la empresa muestre un mayor nivel de blanqueo de sus trabajadores.
De todos modos, es importante destacar que lo estructural condiciona la efectividad de estas políticas. En ese sentido, debemos avanzar aun más en lo que hace a la estructura productiva argentina, con mayor diversificación de la matriz industrial y el apuntalamiento de la sustitución de importaciones.
APU: Uno de los sectores que más se resisten son las PYMES porque argumentan que el blanqueo desestabilizaría sus finanzas…
Pablo Manzanelli: En las grandes empresas con la fiscalización pública se alcanzaría a resolver el problema. En el caso de las PYMES, uno por resolver un problema no debe generar otro mayor. En algunas empresas al aumentarles los costos laborales vía blanqueo de trabajadores, puede que se vean en condiciones difíciles para mantener los puestos de trabajo.
Ahí se requiere una visión integral. Mejorar las condiciones de los trabajadores debe incluir una política de premios y castigos. Por ejemplo, créditos a la producción para que no tengan que despedir trabajadores.
APU: ¿Hay sectores con niveles de informalidad particularmente altos?
Pablo Manzanelli: El primero es el sector agropecuario. Por esa razón y por otras más se intervino el RENATEA. También en algunos rubros industriales como el textil se verifican altas tasas de informalidad altas.