El padre Paco ofició en Constitución una misa por los despedidos en Ferrobaires
Por Eva Wetzel
En la tarde del miércoles 28 de febrero se celebró en la estación de trenes de Constitución una misa en memoria de Eduardo “Trapito” Fernández, el trabajador ferroviario de la ex Línea San Martín que falleció a causa de un infarto al enterarse que se quedaba sin trabajo a partir del próximo 15 de marzo.
El despido de Fernández se enmarcó en una decisión política de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, que supone en toda la provincia un total de 1500 trabajadores cesanteados, por quienes también se pidió en la misa celebrada en Constitución.
El acto religioso lo encabezó el padre Francisco “Paco” Olveira (foto 1), párroco de la Isla Maciel e integrante de Curas en Opción por los Pobres. “Yo creo que este es un gobierno enamorado de la muerte que te mata directamente como el caso Chocobar, aplaudiendo o bendiciendo, o Rafael Nahuel, por ponerle algún nombre. Pero también te mata por goteo, y lo viene haciendo, haciendo que haya tantísima gente que se quede sin laburo”, expresó el sacerdote.
La trabajadora de Ferrobaires Ester Chazarreta, que es además abogada, explicó que el argumento dado sobre los despidos es que en el gobierno provincial consideran que el motivo por el cual se creó Ferrobaires se encuentra agotado, ya que se transfirieron todos los ramales ferroviarios a la Nación. El año pasado, de 2060 trabajadores transfirieron a 1444. El resto quedó trabajando para la provincia, con la promesa de mantener una relación de cooperación y coordinación hasta ser traspasados al Estado nacional.
Nada de eso sucedió. La gobernadora María Eugenia Vidal firmó el decreto 1100, publicado en el Boletín Oficial bonaerense, que concluyó el proceso de desprendimiento de los ramales ferroviarios que comenzó el 30 de junio de 2016, cuando se determinó la suspensión de los servicios. Tras la transferencia a la Nación, Vidal consideró que “se encuentra agotado” el objeto de ser de Ferrobaires.
Asimismo, Ester mencionó la ausencia de los gremios ferroviarios, ni siquiera presentes para el asesoramiento legal que requiere la situación. A cada trabajador se ofreció un retiro compulsivo, que viola todas las normas del derecho laboral. Un grupo de 33 trabajadores realizó un amparo, que fue presentado esta semana ante la Justicia Contenciosa Administrativa de La Plata.
Acompañamiento a los despedidos
Hebe de Bonafini (foto 2) se hizo presente en la Misa para acompañar a los trabajadores despedidos. Ante las políticas antipopulares que lleva adelante el gobierno de Cambiemos, el crecimiento de la desocupación y, por consecuencia, el hambre, la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, señaló que “tengo que pedirles perdón. Todos tenemos que pedir perdón. ¿Qué país estamos haciendo? Con miles de pibes en las calles, muertos de hambre. ¿Éste es el país qué queremos?”.
Una de las consignas de las Madres es que el hambre también mata. Hebe, emblema de la lucha social, terminó sus reflexiones apuntando que “no quiero esta Patria para mis nietos, para mis hijos. Yo quiero otra cosa. Mis hijos dieron su vida por otro país”.
También se hicieron presentes en la misa Vanesa Siley y Walter Correa, ambos pertenecientes a la Corriente Federal de Trabajadores en representación de sus gremios y diputados nacionales por Unidad Ciudadana. Siley, secretaria general del Sindicato de Judiciales, remarcó que “vinimos a traer acompañamiento, solidaridad y lucha. No solamente una palabra, sino estar para lo que necesiten los compañeros y compañeras despedidos de Ferrobaires, una empresa emblemática que a tantos pibes y pibas nos permitió venir a estudiar a Buenos Aires”.
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Curtidores rememoró el vaciamiento de la empresa a la situación que se vivió en los años ’90. “Esto también lo vivimos en los ‘90. Son las mismas políticas. La fórmula es una sola: es la unidad, es la lucha, es la pelea, es la confrontación. Nosotros no tenemos nada que negociar con esta oligarquía que nos lleva al hambre y a la miseria”, concluyó Correa.