"Los calls son como el paradigma del trabajo precario y la tercerización"
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cómo surge la película?
Alejandro Arazi: La idea para la película viene de una experiencia propia: fui durante un tiempo un trabajador de call center. Uno de los realizadores de la peli, Fabián, también había trabajado en uno. Una noche nos quedamos horas hablando de nuestros recuerdos, anécdotas y conclusiones sobre ese laburo, y nos dimos cuenta que es un tema con mucho potencial para hacer una película.
APU: ¿Cuál es la situación actual en los call centers?
AA: Los calls son como el paradigma del trabajo precario y la tercerización: la actividad no está regulada, no hay normas de salubridad. Es un trabajo de mucha presión, tanto aquellos que son de ventas, como los que son de atención al cliente. Los operadores son como una barrera entre la empresa y el cliente, que en el caso de atención suele estar con bronca porque tiene un problema, o lo cagaron con algo. Y del otro lado, la empresa, que impone ritmos de trabajo, tiempos de llamada, suelen ser muy persecutorias. Es un laburo que te puede volver loco, te puede dejar sordo, y varias cosas más.
Por otro lado, a nivel legal y gremial el panorama es adverso en varios frentes: los convenios en general no son los que corresponden, ya que gran parte está en el sindicato de comercio, habiendo muchos otros convenios más acordes a la tarea y más beneficiosos para el trabajador. Desde hace varios años hay un proyecto de ley para un estatuto que regule la actividad, para proteger al telemarketer. Lo escribieron telefónicos, un buen proyecto. Pero en varias ocasiones perdió estado parlamentario, hay una presión de las cámaras empresariales para que no se trate, y queda cajoneado en el congreso. El proyecto ahora está nuevamente presentado para su tratamiento, algo toqueteado (habla sólo del sector privado, y excluye a los teleoperadores del estado, que están en iguales condiciones, entre otras cosas). Igual, a pesar de las disidencias, el proyecto actual merece ser votado.
APU: ¿Cuál es el grado de organización de los trabajadores allí?
AA: El escenario es muy diverso, y la capacidad organizativa muchas veces tiene problemas. Para empezar, los calls tienen una política muy persecutoria: los despidos de potenciales activistas no son extraños. También hay un nivel de rotación (gente que labura poco tiempo y se va), que si bien es cada vez menor, dificulta tener una organización estable.
Sin embargo, son muchas las empresas (y de las grandes) en las que hay organizaciones, y de a poco se van dando cuerpos de delegados independientes, comisiones de reclamos, agrupaciones que se sostienen en el tiempo. Es una batalla muy dura.
APU: Se habla siempre de una problemática específica por la edad de quienes acceden a estos trabajos. ¿Pudiste comprobar eso?
AA: El tema de la edad es algo instalado, pero fue cambiando. Se lo identifica al call center como el lugar del primer empleo, de la juventud que recién sale del secundario, del universitario que se banca la carrera trabajando ahí. Eso en un punto hace que la organización también sea difícil, porque el componente general no tiene experiencia gremial. Y si a eso le sumás la rotación, peor. Pero en los últimos años se dan un par de fenómenos que cambian ese cuadro. Por un lado, la falta de oferta hace que muchos que se van de un call, terminen trabajando en otro. Entonces terminan "afincándose". Y por el otro, que deja de ser un trabajo sólo juvenil: o porque el joven ya maduró y sigue en un call center para mantener a una familia o un alquiler, o porque ingresan a ese mercado gente mayor sin ofertas laborales en mejores puestos. Eso estabiliza un poco los planteles y permite cruzar experiencias y construir con más tiempo.
APU: ¿La película sirvió a quienes luchan en esos espacios?
AA: La película está pensada como una herramienta para que los trabajadores puedan tomar conciencia sobre lo que pasa en su lugar de trabajo. Es muy común que haya gente "con la camiseta puesta" de la empresa y no vea como son las condiciones en realidad, que se puede luchar para mejorar el panorama. También la peli entra en un momento en el que se puede lograr la aprobación de una ley que mejoraría mucho las condiciones de trabajo: esto también es parte de la lucha de los calls, y ayuda a poner el tema en debate.
Por suerte estamos teniendo una buena respuesta por parte de los trabajadores de este sector, se ven reflejados en su realidad, y eso ya es un gran logro. El documental está teniendo un recorrido militante, para que sea visto por los trabajadores y que sea la punta para un debate y para sacar conclusiones. Está teniendo ese camino, y por eso está disponible para que sea tomada por los laburantes. Se puede solicitar una proyección en cortenladoc.com.ar