"A partir de diciembre entramos en un nuevo ciclo y tenemos que organizar la resistencia"
El dirigente sindical Juan Carlos Schmid fue entrevistado por la Revista Crisis y se refirió, entre otros temas, a la falta de acompañamiento que tuvo el paro general que la CGT intentó promover contra la reforma previsional votada en diciembre de 2017. “Después del 18 de diciembre anduve mal anímicamente, estuve a punto de patear el tablero. Es fulero que te desautoricen. Siendo que pararon muchos sectores, y le pegamos una zamarreada, pero otros no acompañaron”.
Sobre la ley aprobada en medio de feroces represiones señaló: “El punto de inflexión ha sido la reforma previsional. Hoy puedo decir con claridad que, efectivamente, este es un gobierno que golpea a los sectores populares empobrecidos y favorece a los de mayor concentración. A partir de diciembre entramos en un nuevo ciclo y tenemos que organizar la resistencia, pero con otra dimensión, con otras tácticas y con otro formato que en el pasado”.
En relación a la falta de unidad de los diferentes sectores que integran la CGT, Schmid afirmó: “Lo que ocurre en este momento, además, es que hay un gobierno que no es peronista y siempre se dijo que cuando los gobiernos no eran peronistas era más fácil unificarse para confrontar. Bueno, habría que revisar eso, parece que no es tan lineal. A pesar de que hubo confrontaciones grandes y duras durante toda esta etapa, nosotros no hemos logrado un frente homogéneo en la CGT, este es un dato de la realidad”.
Asimismo, en relación a este punto agregó: “Tenemos un problema: si cada tres meses necesitamos ratificar la vigencia del Triunvirato, estamos en problemas. Mientras no unifiquemos criterios no importa si hay tres secretarios generales o hay uno. Eso va a seguir minando la posibilidad de actuar en forma homogénea”.
Acerca de la reforma laboral que impulsa el gobierno nacional expresó: “No estoy dispuesto a dar ni una palabra en favor [...], porque los pactos están para ser cumplidos y aquí el gobierno no cumplió con el primer pacto que era discutir las cuestiones que afectan a nuestros intereses. Lo quiero decir más claro: el gobierno nunca mencionó en la mesa que iba a sancionar una ley previsional de estas características, y que esa era la prioridad; entonces, si el contexto del pacto fue aquel, no tengo por qué sostener la reforma laboral ahora”.
En relación a la profundización de la crisis económica y social sostuvo: Hay un tercio de la población que está fuera del mapa de posibilidades que tienen los demás argentinos. Catorce millones de pobres están encerrados en ese círculo maldito. “Las mayorías que salen a la calle son los pobres. No son los sindicatos, no son los partidos políticos, ni siquiera son las expresiones de izquierda. Son los pobres los que están en la calle. Es un fenómeno nuevo [...] El sindicalismo tiene que ponerle el oído, el corazón y los ojos a este problema. Y obviamente el empresariado argentino, los dueños de las finanzas, los que tienen responsabilidades constitucionales, tienen que darle una salida a eso”.
Finalmente, Schmidt dijo que “el motor, el mecanismo que activa la protesta en lugares como los nuestros, es el impuesto a las Ganancias. Y en la otra punta están los compañeros con sueldos de sobrevivencia. El que tiene que hacer una síntesis es el movimiento sindical, con un debate interno que nos permita poner a todo el mundo en la misma raya. No creo en el igualitarismo, pero deberíamos acercarnos a fronteras de dignidad para que todos defendamos lo mismo. La política hace rato que abandonó esa mirada. Ese empujón llegó hasta los primeros años del gobierno de Cristina y después entró en un tobogán”.