Cerró una escuela bonaerense y más de cuarenta alumnos cursaron en la calle
El lunes 31 de julio fue un fin de receso invernal particular para los cuarenta y cinco alumnos y alumnas del Colegio Niño Jesús, de la pequeña localidad de San Miguel Arcángel, cercana a Carhué. Al concurrir a clases, se encontraron con un candado en la puerta del establecimiento. Con muy poco tiempo de anticipación les habían comunicado que su escuela ya no funcionará más como tal. En respuesta, docentes y alumnos se dispusieron a tener clases en la vereda de la escuela.
La institución, privada pero con subvención del Estado, se encuentra bajo la órbita de la Congregación Franciscana de Florencio Varela. En las últimas semanas, corrieron versiones de que la escuela sería cerrada para instalar en su lugar un centro de rehabilitación de adicciones. El fin del colegio resulta de gran impacto para la localidad, que cuenta con poco más de 600 habitantes.
Las razones esgrimidas por "las monjas" que administran la institución resultan extrañas para la comunidad, como las quejas por la escasez de alumnos y la falta de recursos. "En el colegio hay once maestros y cuarenta y cinco alumnos, comparado con escuelas rurales es bastante. Además los gastos de la escuela son pagos por el alumnado, con eventos y recaudaciones de fondos", contesta Juan Cruz, de la cercana Carhué.
"Toda la vida viví acá y para nosotros se nos termina un tercio del pueblo", afirma Waldo Beratz, vecino de San Miguel Arcángel. Dos de sus hermanas son docentes en el colegio, y conforman el grupo de once personas que perderán su trabajo. "Este es un pueblo muy chico y si dejás sin trabajo a once docentes se van once familias, sin contar las familias que se pueden ir porque mandaban a sus chicos acá. Es una localidad que tiene bases muy religiosas, es récord de vocaciones sacerdotales de todo el país. Estamos peleando por el colegio pero también porque no se termine el pueblo", analiza.
La comunidad educativa apunta directo contra las monjas de la Congregación Franciscana de Florencio Varela, responsable de la institución. Waldo recuerda que el colegio "fue construido por el esfuerzo de nuestros abuelos y padres. Los terrenos fueron donados por gente del pueblo para hacer el colegio. Hace quince días que las monjas se fueron del pueblo. Lo que les pedimos a las hermanas es que si se quieren ir, no hay problema. Nosotros pedimos que firmen para que un apoderado se quede".
"Las monjas dijeron que el problema era el corte de subsidios por parte del Estado. Pero las inspectoras vinieron y aclararon que en ningún momento dejaron la subvención", remarca Waldo.
El intendente de Cambiemos del partido de Adolfo Alsina, David Hirtz, manifestó encontrarse "preocupado y ocupado" por la situación. Beratz afirma que "estamos en contacto continuo con la intendencia pero no tenemos ninguna solución. La intendencia no se está moviendo en relación con el gobierno provincial y nacional. Estamos mandándole cartas al Obispo Poli, que tiene contacto con el Papa. Alguien de la cúpula eclesiástica debería hacerse cargo de la situación. Es un disparate total".
La propuesta del intendente es enviar a los alumnos a escuelas de las localidades de Darregueira y Carhué, a varias decenas de kilómetros. Beratz señala que es casi imposible: "Vivimos en caminos de ripio, de tierra. Son muy malos los caminos, cuando llueve es imposible. Necesitamos que se haga pública la situación."