Facundo Iglesia: “La sociedad misma se ‘cositortizó’”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de YouTube y Twitch de Gelatina, dialogó con el periodista Facundo Iglesia, quien reflexionó sobre diversas modalidades de estafas.
Agencia Paco Urondo: Cada vez hay modalidades de estafas más variadas. ¿Qué hizo que San Pedro se convirtiera en noticia?
Facundo Iglesia: Hay dos investigaciones, una federal por intermediación financiera no autorizada y otra provincial por estafas, son dos delitos distintos. Hay certeza de que hay gente de otros países metida, pero tampoco se sabe bien de dónde. Se comenta del sudeste asiático, pero no está claro quienes estarían en la cima de esta pirámide. RainbowEx es una estafa piramidal, lo cual en la superficie puede ser muchas cosas.
Pueden vender criptomonedas, decir que están haciendo trading o que hay magia feminista que multiplica tu dinero, pero lo que la hay detrás es siempre lo mismo: nada. Mientras te prometen que están haciendo alguna inversión o que hay algo productivo que está haciendo crecer tu dinero, lo que hay son inversores nuevos que financian a los que están hace más tiempo. Eso forma una pirámide porque hay menos gente en la punta que en la base, donde está lleno.
APU: ¿Ese flujo permite sostenerlo?
FI: Exacto, lo que pasa es que es, matemáticamente, insostenible esto. En un momento, cuando llegas al nivel 13 de esta pirámide, necesitas más gente que toda la población mundial para mantener a los de arriba. Se va a caer y por eso piden traer gente para ir sosteniendo. Lo que no quieren los estafadores es que retires la plata, por eso muchas veces tienen, por ejemplo, billeteras virtuales donde en realidad no hay nada. En Generación Zoe decían que había un bot que calculaba las posibilidades de las inversiones en los mercados y tenía un rendimiento espectacular, con unas tasas que ni Luis Caputo, y quizás era un Excel nada más.
Van prometiendo rendimientos cada vez más altos para que no retires tu plata, sino que la vayas invirtiendo en nuevos productos que tienen nuevos rendimientos. Suele pasar a veces una forma que tienen las estafas piramidales de derrumbarse, si no es por su propio. Se descubren y, cuando la gente va a sacar la plata, se produce una especie de corrida e inmediatamente se cae. Hay varios elementos que uno puede tomar y hay varios discursos que pueden correr alrededor de estas estafas. Leonardo Cositorto, líder de Generación Zoe, es coach ontológico, pastor evangélico y decía que era experto en trading.
APU: Un discurso para cada persona.
FI: Sí, hablé con varias víctimas y a muchos les entraron por distintos lados, incluso por el empoderamiento femenino porque se daban cursos. Había gente que estaba sólo para ganar plata y otra a la que le gustaba mucho formar parte de una comunidad. Cuando los cursos fueron analizados por quienes realmente daban esas materias, por ejemplo trading, es todo mentira lo que estaban enseñando. De baja calidad, pero que sí ayudaban a crear una comunidad.
APU: Se cruza la estafa propiamente dicha con elementos de secta y pertenencia.
FI: Pablo Salum, que está impulsando una ley antisectas, fue una de las primeras personas que investigó Generación Zoe. Decía que no era una estafa, sino coacción agravada. La primera denuncia que hay, que es de él, es por el tipo legal más parecido que hay en Argentina a hacer una secta. Está la falacia del costo hundido también, uno puso plata y cree que es más costoso irse que quedarse, cuando en realidad es más dañino.
APU: ¿Cómo influye la diversificación de las actividades de la marca?
FI: Te puedo decir del lugar de las víctimas lo que ellos percibían. Si está siendo sponsor de tal otro tipo, que es conocido, si hay una persona famosa que está publicitando, de repente a alguien le interesa. Si ves que está en una camiseta, o un juez o político bancando este negocio, incluso hay muchos empresarios que pusieron guita, lo vuelve legítimo. Le da credibilidad. Cositorto creo que lo hizo muy bien porque había de todo. Por ejemplo, si te gustaba la espiritualidad, negocios o el coaching ontológico. Era muy amplia la cuestión.
APU: En San Pedro es mucho menor la cantidad de población.
FI: es una ciudad de setenta mil habitantes. Se está viendo quién estaba en la cima de esa pirámide, pero era distinto. Era, simplemente, una suerte de falsa plataforma que permitía hacer trading de criptomonedas. Todos los días alrededor de las 20 hs el pueblo se detenía porque, a la gente que estaba metida, le llegaba por los grupos de Telegram una señal que mandaba una analista de negocios. Tenía el avatar de una mujer asiática, a la que todos se referían como la “China señal”.
Lo que hacía era decirte dónde invertir, tal criptomoneda te va a dar un rendimiento que era entre 1 y 2% diario. No hay ninguna en el mercado. Estuve hablando con gente de las criptomonedas y ya cuando prometen un rendimiento fijo sospecha porque, de por sí, son un activo volátil. Te hacían invertir en criptomonedas que no existían. Vos veías que tu ganancia se iba multiplicando y hasta cierto punto podías retirarla, por ejemplo, a través de Lemon Cash. Eso fue hasta que se cayó.
APU: No hubo más plata.
FI: En San Pedro, antes de ir a me metí en los grupos de Telegram de ellos, aunque la mayoría no es una muestra representativa. Dicho sea de paso, casi un tercio, entre 12 y 20 mil personas fueron estafadas. Lo que me llama la atención, que veía mucho menos en otras estafas, es gente que se mete a la estafa sabiendo y les funcionó a costa de sus vecinos. Por ejemplo, un comerciante pudo ganar stock y cambiar la camioneta.
APU: En otras palabras, hay un porcentaje que gana sin haber creado la estafa.
FI: Sí, por eso hay gente que la seguía defendiendo. Muchos te decían que sabían que se iba a caer en diciembre, pero fue finalmente en octubre. Si lo hubiéramos mantenido hubiéramos podido pasar una buena Navidad, si no hubiera sido por la periodista que empezó a publicar que era una estafa. Liliana Berardi, de hecho, hizo una denuncia porque la están amenazando de muerte.
APU: ¿Avanzaron las investigaciones judiciales?
FI: Sí. Primero, en la investigación provincial por estafas, la Fiscalía tomó testimonio a 47 personas que fueron estafadas. Mucha gente cree que si invirtió, y ganó o perdió, cometió algún tipo de delito y no es así. Fue estafada. O si hicieron que otros invirtieran también lo piensan. Hay quienes no hicieron la denuncia porque todavía siguen creyendo que era un negocio legítimo, otros por vergüenza, hay de todo. Recién está arrancando la investigación.
Por otro lado, la federal arrancó con allanamientos a dos financieras. Estaban las dos ubicadas en la calle Mitre, que es la calle principal de San Pedro, una enfrente de la otra, donde podías retirar tu saldo de RainbowEx y te cobraban un porcentaje cada una de comisión. Están investigando intermediación financiera no autorizada y lo que dicen es que no la hubo. No está inscripta en la Comisión Nacional de Valores y no tiene ningún tipo de autorización, pero lo que descubrieron es que era simplemente una estafa. Están imputadas dos personas. Una es Luis Pardo, hijo de la ex pareja del intendente de San Pedro, Cecilio Salazar, y Maximiliano Braga, que trabaja en un vivero. Pardo era la cara visible y quien prometía ganar dinero sin trabajar. Hay un discurso, si se quiere, anticapitalista en esto, como también lo había feminista en el telar de la abundancia.
APU: Hay de todo tipo en las estafas y es negocio para todos.
FI: Sí, mucha gente decía en Villa María, donde hubo muchos estafados por Generación Zoe, y acá ha pasado lo mismo, que veían que sus vecinos se compraban cosas o se iban de viaje y no se querían quedar afuera. Hay mucho de eso y hubo una especie de violentísima redistribución de la riqueza entre la gente que puso plata y la que la pudo retirar.
APU: ¿Cada vez se tienen que complejizar más los mecanismos de estafa?
FI: Es buena pregunta, porque creía que cuando se descubrió lo de Generación Zoe y se expuso de tal forma el mecanismo tan amplio algo iba a cambiar. La verdad que no, lo que pasó fue que la gente ahora lo hace consciente y lo reconoce, lo cual no esperaba que sucediera ni que fuera el final. La sociedad misma se “cositortizó”.
APU: De alguna manera, es esperar que lo caguen al otro y no a uno.
FI: Sí, además hay un discurso ahora. No sé si estaba con Cositorto o antes, pero ser trader y ganar guita sin laburar, o haciendo un par de clics en el celular, está bastante bien visto. Por eso también las estafas se reconvierten.
APU: La idea de que todos podemos invertir.
FI: Sí, la cuestión económica, con la inflación altísima del último tiempo del gobierno anterior y el primero de este, y sigue siendo alta porque los salarios no terminan de repuntar, hace que todos seamos eso. Tengo un montón de amigos que compran dólar MEP e invierten en criptomonedas y son médicos o chefs. Todos estamos tratando de hacer que la guita se mueva.
Hace poco saqué una nota en Buenos Aires Herald basada en un estudio de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires sobre las apuestas online y los pibes. Es otro fenómeno quizás, pero también quieren que la guita se mueva, como que a ellos les afecta la inflación y a toda la sociedad. En la República de Weimar, antes del ascenso del nazismo, proliferaban las estafas piramidales porque toda la gente estaba tratando de sacarle rendimiento a su plata.
APU: ¿Esa preocupación a temprana edad está normalizada?
FI: Dos cosas. Está bien que haya una especie de educación financiera para los jóvenes, pero mientras, por ejemplo, hacen campañas desde la Defensoría del Público de la Ciudad de Buenos Aires o de ONGs en contra de las apuestas o descubren estafas piramidales el gobierno permite que los pibes de 13 años puedan invertir en la Bolsa de Valores. Esa mentalidad está avalada por el gobierno y también por una juventud que está cada vez más interesada en estos temas porque hay un presidente que habla mucho de esto. Hay que perder vergüenza de contar, hasta personas muy importantes del mundo de las criptomonedas pueden caer.
APU: Por último, viene de una semana de nominaciones y premiaciones.
FI: Sí, ganamos con la Revista Crisis el premio ADEPA por una nota sobre una escuela informática de los 80 que empezó Raúl Alfonsín. Si lo cuento así no parece muy interesante, pero son nerds de izquierda queriendo cambiar el mundo con la democracia recién empezando. Después quedamos nominados, pero no ganamos, el premio FOPEA por una investigación sobre trolls cercanos al gobierno.
En ese sentido, gente aparentemente ligada a este grupo que investigamos inscribió una especie de sociedad responsabilidad limitada en Florida a nombre de Javier Smaldone, Ayelén Romano y mío. Ambos figuraban como víctimas en la investigación que hizo la revista sobre las patotas digitales y lo que quieren demostrar con esto es que cobramos plata negra por hacerlo, lo cual es un disparate. Estoy viendo cómo se cierra eso, pero no creo que puedan hacer mucho.