Papa Francisco: "Latinoamérica todavía está en ese camino lento del sueño de San Martín y Bolívar"
El Papa Francisco recibió a la agencia Télam y ofreció su mirada sobre múltiples temas: la guerra en el mundo, la crisis ambiental, los efectos del COVID en la organización del mundo, su mirada sobre Latinoamérica y muchos otros debates. De esta manera, el líder espiritual opinó sobre la situación de América del Sur. "Latinoamérica todavía está en ese camino lento, de lucha, del sueño de San Martín y Bolívar por la unidad de la región. Siempre fue víctima, y será víctima hasta que no se termine de liberar, de imperialismos explotadores. Eso lo tienen todos los países. No quiero mencionarlos porque son tan obvios que todo el mundo los ve”.
Además, añadió que “el sueño de San Martín y Bolívar es una profecía, ese encuentro de todo el pueblo latinoamericano, más allá de la ideología, con la soberanía. Esto es lo que hay que trabajar para lograr la unidad latinoamericana. Donde cada pueblo se sienta a sí mismo con su identidad y, a la vez, necesitado de la identidad del otro. No es fácil."
En este mismo sentido, el papa argentino revindicó al filósofo argentino, Rodolfo Kusch. “Es el que mejor captó lo que es un pueblo. Como sé que me van a escuchar, recomiendo la lectura de Kusch. Es uno de los grandes cerebros argentinos Tiene libros sobre la filosofía del pueblo. En parte, esto es lo que vivió la iglesia latinoamericana, aunque tuvo conatos de ideologización, como el instrumento de análisis marxista de la realidad para la Teología de la Liberación. Fue una instrumentalización ideológica, un camino de liberación - digamos así - de la iglesia popular latinoamericana. Pero una cosa son los pueblos y otra son los populismos."
"La Iglesia latinoamericana tiene una historia de cercanía al pueblo muy grande. Si tomamos las conferencias episcopales - la primera en Medellín, después Puebla, Santo Domingo y Aparecida - siempre fue en diálogo con el pueblo de Dios. Y eso ayudó mucho. Es una Iglesia popular, en el sentido real de la palabra. Es una Iglesia del pueblo de Dios, que se desnaturalizó cuando el pueblo no podía expresarse y terminó siendo una Iglesia de capataces de estancia, con los agentes pastorales que mandaban. El pueblo se fue expresando cada vez más en lo religioso y terminó siendo protagonista de su historia”, desarrolló Francisco en relación a la relación de los pueblos latinoamericanos y la Iglesia.
Por otro lado, el obispo de Roma reflexionó sobre cuatro principios políticos que lo guían y subrayó: "La realidad es superior a la idea, o sea, cuando te vas por los idealismos, perdiste; es la realidad, tocar la realidad. El todo es superior a la parte, es decir, buscar siempre la unidad del todo. La unidad es superior al conflicto, o sea, cuando privilegiás los conflictos, dañás la unidad. El tiempo es superior al espacio, fijate que los imperialismos siempre buscan ocupar espacios y la grandeza de los pueblos es iniciar procesos”.
Desde otra perspectiva, el líder espiritual analizó sobre su visión del mundo tras la crisis del COVID y explicó: "No podemos volver a la falsa seguridad de las estructuras políticas y económicas que teníamos antes. Así como digo que de la crisis no se sale igual, sino que se sale mejor o peor, también digo que de la crisis no se sale solo. O salimos todos o no sale ninguno. La pretensión que un solo grupo salga de la crisis, por ahí te puede dar una salvación, pero es una salvación parcial, económica, política o de ciertos sectores de poder. Pero no se sale totalmente. Quedás aprisionado por la opción de poder que hiciste. Lo transformaste en un negocio, por ejemplo, o culturalmente te fortaleciste en el momento de la crisis. Usar la crisis para el propio provecho es salir mal de la crisis y, sobre todo, es salir solo. De la crisis no se sale solo, se sale arriesgando y tomando la mano del otro. Si no lo hacés, no podés salir. Entonces, ahí está lo social de la crisis."
A su vez, hizo alusión al conflicto en Ucrania y a la creciente tensión geopolítica que frente a las potencias mundiales y recordó su expresión que hacía alusión una nueva mundial. “La expresión que utilicé aquella vez fue guerra mundial a pedacitos. Esto de Ucrania lo vivimos de cerca y por eso nos alarmamos, pero pensemos en Ruanda hace 25 años, Siria desde hace 10, Líbano con sus luchas internas o Myanmar hoy mismo. Esto que vemos está sucediendo desde hace tiempo. Una guerra, lamentablemente, es una crueldad al día. En la guerra no se baila el minué, se mata. Y hay toda una estructura de venta de armas que lo favorece. Una persona que sabía de estadísticas me dijo, no me acuerdo bien los números, que, si durante un año no se fabricaran armas, no habría hambre en el mundo", señaló Francisco.
También el papa jesuita profundizó en la necesidad de recuperar la tradición de dialogó entre los más jóvenes y los ancianos: "Sobre esto me quiero permitir una cosa que siempre me gusta destacar: tenemos que reinstaurar el diálogo de los jóvenes con los viejos. Los jóvenes necesitan dialogar con sus raíces y los viejos necesitan darse cuenta que dejan herencia. El joven cuando se encuentra con el abuelo o la abuela recibe savia, recibe cosas y se las lleva adelante. Y el viejo, cuando se encuentra con el nieto o la nieta, tiene esperanza”.