Toma de colegios en CABA: los estudiantes no se rinden
Por Lucía Ferreri Ochoa
A dos semanas del comienzo de la toma de colegios de la Ciudad de Buenos Aires, el conflicto se agudiza y crece la tensión entre las partes.
Mientras el ministerio de Educación continúa intentando polarizar el conflicto denunciando su politización, los estudiantes aseguran que los funcionarios no tienen intención de resolver la crisis que atraviesa el sistema educativo.
Al momento, asciende a 22 el número de escuelas que permanecen tomadas. Martín Pont, presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires (CENBA), explicó que la medida de fuerza se sostiene bajo las consignas “rechazo a la reforma de Escuela secundaria del futuro, por la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral y la creación de un protocolo para casos de violencia de género y por la aparición con vida ya de Santiago Maldonado”.
Por su parte, Sofía Zibecchi, presidenta del centro de estudiantes del Colegio Federico García Lorca, se refirió a la aplicación de la reforma educativa y aseguró que es “totalmente inviable”.
“Se habla todo el tiempo del uso de las plataformas virtuales pero hace dos años que las computadoras del programa Conectar Igualdad no se entregan en los colegios y el 90 por ciento de las escuelas públicas de Capital no poseen internet”, explicó Zibecchi.
“Tenemos problemas edilicios constantes, se nos caen los techos y ventiladores, no tenemos puertas y nos faltan bancos. Nos parece que claramente es necesario realizar una reforma pero la planteada no soluciona ninguno”, agregó la dirigente estudiantil.
Asimismo, la joven denunció que la reforma conlleva una reducción del personal docente y cuestionó la incorporación de la figura del facilitador. Según aseveró la presidenta del centro de estudiantes del “Lorca”, los facilitadores estarían al frente de los cursos durante el 70 por ciento de las hora de clase, mientras que los docentes quedarían relegados a apenas el 30 por ciento para desarrollar el área teórica.
“Un facilitador es alguien que puede haber hecho un curso en el Estado sobre pedagogía y éste considere que esté capacitado para ese rol, que reemplazaría al docente en su tarea aunque no está formado para hacerlo”, dijo Zibecchi.
Mientras tanto, Pont reveló que los creadores de la reforma no consultaron a ningún integrante de la comunidad educativa: “Hicieron una reforma entre pocas personas, ni siquiera le preguntaron a la UBA por ejemplo, para elaborar una reforma que quieren nacionalizar. Están construyendo la escuela del futuro de los próximos 30, 40 años entre 5 personas sin preguntarle a nadie”.
Al referirse a la falta de respuesta de la ministra de Educación, Soledad Acuña, Zibecchi manifestó que la funcionaria priorizó dar entrevistas a medios de comunicación por sobre el diálogo con los estudiantes. “Acuña dio un par de entrevistas en las que contó un poco cómo era el proyecto pero no especificó cuáles serían los detalles ni cómo se llevaría a cabo”, señaló.
“La ministra nos convocó a una reunión y nos tuvo tres horas y media esperando solamente para decirnos que no nos iba a recibir”, denunció la alumna del García Lorca.
Respecto a las críticas que recibieron los alumnos del Nacional Buenos Aires y el Carlos Pellegrini por adherir a la medida de fuerza, Pont declaró: “Nosotros no tomamos en solidaridad con los colegios en CABA. Hoy en día la reforma se aplicaría a 17 colegios piloto y no se aplica a los colegios preuniversitarios que tienen autonomía. Sin embargo, nosotros no tomamos porque no nos gusta esa reforma y queremos ayudar a otros colegios, sino porque vemos que se está planteando una situación de disputa por un modelo educativo, porque quieren nacionalizar esta reforma. Ante eso, nosotros no podemos ser indistintos y nos plantamos del lado de los que defienden la educación pública. La toma es en rechazo a la reforma pero fundamentalmente en defensa de la educación pública”.
El presidente del CENBA aseguró que en una primera instancia las autoridades de la institución se mostraron comprensivas con la medida, entendiendo que los alumnos decidieron poner en marcha esta medida de fuerza ante la nula respuesta de la cartera educativa. “Sin embargo, al pasar un par de días sacaron una carta en conjunto con el rector del Carlos Pellegrini diciendo que le van a pasar falta al 100 por ciento de los estudiantes. Además, van a tomar una medida gravísima que es suspender las Jornadas de reflexión institucional por la memoria por el 16 de septiembre, aniversario de la Noche de los Lápices, lo cual muestra un cinismo absoluto”, dijo el estudiante.
A 15 días del inicio de la medida de fuerza y a horas de cumplirse 41 años de La Noche de los Lapices, en la cual diez jóvenes fueron secuestrados y torturados por reclamar sus derechos, los estudiantes siguen organizados y se mantienen firmes en la defensa de una educación pública, gratuita y de calidad.