A 27 años del asesinato de Bulacio: “Walter invade la tierra”
Por Javier Tucci
El pasado 26 de abril se cumplieron 27 años del asesinato de Walter Bulacio. Con 17 años y oriundo de Aldo Bonzi, fue detenido en las adyacencias del estadio de Obras, mientras esperaba para entrar a un recital de los Redondos. Una historia de tires y aflojes entre los Redondos, la familia Bulacio, la Correpi, y la utilización mediática del caso para silenciar a la banda más convocante de los años ’90.
En las inmediaciones del estadio de Obras Sanitarias, antes del show que dieran los Redondos el 19 de abril de 1991, personal policial de la Comisaría Nº 35 comenzó una razzia que detuvo aproximadamente a unas 130 personas, entre ellas a Walter Bulacio.
Los testigos declararon que los pibes habían sido llevados a la comisaría a golpes que continuarían en el destacamento policial. Cabe recordar que Bulacio fue trasladado de la comisaría al Hospital Pirovano, de allí al Fernández y luego al Sanatorio Mitre, donde finalmente el 26 de abril moría de un aneurisma, a causa de los golpes propinados por la policía. Todos los testigos que presenciaron su detención afirmaron que mientras se hallaba fuera del estadio se encontraba en perfecto estado.
Aquel día nacía un nuevo canto y mito que se haría presente, no sólo en los recitales de los Redondos, sino en todos los del rock argentino: “Yo sabía, yo sabía, que a Bulacio, lo mató la policía”.
Se han dicho muchas cosas sobre si los Redondos deberían haber asistido a las marchas de justicia que se organizaron en torno al asesinato de Bulacio. Ante este dilema, en 1993 el Indio Solari le expresaba al diario Página12: “La abuela de Walter Bulacio, su familia, sus amigos, ellos son los únicos a quienes de verdad les duele lo ocurrido. Los amigos de Bulacio son todavía gente que van a ver a los Redonditos. Esos pibes saben cómo es y entienden de qué manera nosotros nos manifestamos con respecto a esos temas”. Por su parte, la abuela de Bulacio, indignada por no haber recibido ningún mensaje por parte de la banda, expresó al Diario Clarín en 2001 que “los Redonditos fueron unos malditos, porque cuando estábamos velando a Walter, ni siquiera una flor mandaron (...); también dicen que alguna vez fueron a las marchas, pero yo nunca los vi (...). Son raros los Redondos, los chicos viven para ellos y no les importa nada más y con Walter se hacen famosos (...). Una vez tenía tanta bronca que quise ir a verlos. Fue cuando tocaron en el club Huracán, hice tres cuadras pero no se podía caminar de la gente que había y me volví”.
Según el Indio Solari, el motivo por el cual no fueron a las marchas fue para resguardar el dolor y la privacidad que se merecía el hecho y la familia de la víctima. Al respecto decía en la misma entrevista para Página12: “Siempre preferimos no televisar nuestros sentimientos, así como no propiciar vínculos institucionales que actúen de mediadores en nuestras relaciones de exclusivo carácter emotivo. Por el momento, somos nuestros propios testigos, y es bastante. Por las características de la dinámica televisiva, los medios de información apelan a los recursos efectivistas que degradan los sentimientos, por ejemplo el de repetir los actos de dolor porque la grabación lo exige. Por supuesto que estamos en contra de los edictos y de la aplicación de leyes tan vagas y amplias que permiten arrestar a cualquiera en el momento más conveniente. No queremos que la televisión nos de órdenes. El dolor es único e intransferible y por eso nos negamos a su desnaturalización. El dolor es real, la televisación del dolor no (...)”.
La pelea mediática y la política anti Redondos, se dio a partir de que los medios de comunicación comenzaron a editorializar sobre el silencio de la banda en torno al caso Bulacio.
“Si algo sale mal el garrón nos lo comemos nosotros. Lo de Bulacio nos excedía, no era nuestra responsabilidad, pero son cosas que las cargás. Con todo eso el grupo comenzó a tener una magnitud en los medios y en lo político. Estuvimos de acuerdo con lo que pasó con los edictos y todo eso, pero alentar a los políticos ¡De acá! Estuvimos donde teníamos que estar y no donde se nos reclamaba que estuviéramos. Y los partidos políticos nos reclamaban porque vieron la enorme convocatoria del grupo”, afirmó Carlos Solari en declaraciones a Página12.
Recordemos que durante la década de los noventa, los medios construyeron una imagen sobre de los Redondos alrededor de lo que significaba asistir a un recital. Según la parrilla inquisidora mediática, quienes acudían a una misa ricotera iban directo a un campo de batalla y lo contextualizaban con imágenes de enfrentamientos entre, según ellos, ‘gente violenta’ y la policía. Después del asesinato de Walter Bulacio, los medios, sobre todo Clarín y Crónica, tomaron a los Redondos como centro de la noticia y, en su mayoría, incurrieron en posicionar a la banda como la principal responsable del hecho. Las presiones de las notas de opinión y las editoriales gráficas, radiales y televisivas, insistieron varios años en la responsabilidad que tenía el grupo.
La lucha incansable de la CORREPI y los últimos dichos del Indio
En 2003 la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, al frente de María del Carmen Verdú, encabezó durante dos décadas una intensa batalla judicial en el caso. Lograron que la Corte Interamericana de Derechos Humanos exigiera al Estado argentino a concluir la investigación. En septiembre de ese año, la CIDH condenó al Estado argentino a indemnizar a la familia Bulacio y a concluir la investigación, luego de que el mismo Estado admitiese su responsabilidad en el hecho.
Por su parte el 29 de septiembre de 2013, el Indio Solari le contestó a Verdú, quien había acusado a los Redondos de no haberse solidarizado con la lucha por la muerte de Walter, a través de un blog. "Mientras muchos lo recuerdan, una foto de Walter junto a la palabra justicia sigue estando en las pantallas de mis conciertos", sostuvo el cantante en un breve mensaje publicado en el sitio de la cultura ricotera Redonditos de Abajo. A ese mensaje Verdú le respondió que "De todo el arco de solidaridad que abarcó al rock, no hay banda que no haya estado en algún festival por Walter; por fuera del rock también, todos se sumaron. } La única que no pintó nunca fueron Los Redondos”.
Asimismo el Indio contra argumentaba: “¿Se murió un redondo, cuál es?”. Esto han puesto en mi boca y yo no puedo haber dicho eso nunca. Jamás le sugerimos a la mamá de Walter que no televisara su dolor. Recupero el texto de lo expresado por nosotros en esos momentos, donde queda claro que nos referimos a nuestra manera de ver la circunstancia social en que sucedió el crimen y el aprovechamiento de varios 'notables' demagogos a los que la muerte de Walter les importaba poco y nada". Tuvieron que pasar 22 años para que en 2013 comenzara el juicio contra el ex comisario Miguel Ángel Espósito, por la privación ilegal de la libertad del adolescente de 17 años seguida de muerte. Sólo tres años pasó tras las rejas quien estuvo al frente del operativo aquel fatídico 19 de abril de 1991.
El Otro Bulacio y el terrorismo mediático
El 11 de marzo de 2017, Carlos Solari brindó su último show frente a 300 mil personas en la ciudad de Olavarría. Misa que se vio empañada otra vez por la tragedia al morir dos personas. Los peritajes del cuerpo médico forense sobre las víctimas Javier León (42) y Juan Francisco Bulacio (36), indicaron que ambos fallecieron por “asfixia". Cabe aclarar que el informe médico forense también arrojó que ambos habían consumido gran cantidad de alcohol y drogas, lo que derivó en severos y prolongados cuadros de hipoxia (estado de deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo, con compromiso de la función de los mismos.), agravados por la asfixia.
A las pocas horas de conocerse la noticia de la muerte de estos dos fanáticos, una artillería pesada comenzó a caer sobre las espaldas del ex cantante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. El argumento carnero: la mayoría de las cadenas mediáticas tejieron un paralelismo sobre el apellido Bulacio, como si la muerte por asfixia de Juan Francisco, aclaremos que es muerte al fin y la vida de cualquiera vale por igual, fuera símil a las circunstancias en que la fuerza policial asesinó a Walter.
Walter, Miguel Bru y Luciano Arruga, se han transformado en símbolos de lucha contra la brutalidad policial y la violencia institucional en democracia. Mientras tanto las fuerzas de (in) seguridad, lejos de abandonar el accionar represivo han encontrado en el gobierno actual la vía libre, devenida en envalentonamiento, para seguir construyendo un plan sistemático que se encargue de eliminar a los y las pibas y pibes “peligrosos”, con la ayudita de siempre de los medios corporativos de comunicación, quienes escriben a la postre sobre el mandato de la mano dura.
Bises
El Recuerdo de Walter en los recitales de Los Redondos
Luego de aquel 19 de abril en Obras, los Redondos mencionaron a Walter en varios de sus recitales. La primera mención fue en la vuelta a los escenarios el 10 de agosto de 1991 en el Teatro San Martín de Mar del Plata. El 12 de octubre de ese mismo año, la banda aterrizaba en el Instituto Santa Lucía de Florencio Varela, donde el Indio se dirigió al público presente diciendo "creo que todos sabemos dónde tenemos el dolor para siempre. ¡Para siempre, Walter!". Asimismo, en el año 2000 en el Estadio de River Plate, la banda realizó un homenaje a los ricoteros que miran desde las plateas de arriba, haciendo mención aquellos que ya no están en este mundo, entre ellos Walter. Para finalizar, en 2001 en el estadio Centenario de Uruguay, Solari volvió a recordar a Walter diciendo "hace diez años ya, diez años y los asesinos están sueltos...y está el cariño genuino de la abuelita y de los amigos. Por eso teníamos ganas hoy, sin más palabras, dedicarle este tema a Walter” y comenzó a sonar Juguetes Perdidos.
La Marcha del silencio
El 5 de mayo de 1991 se llevó a cabo la primera marcha del silencio, de la que participaron estudiantes, amigos y familiares de Walter. En archivo fílmico, aparecen el padre de Bulacio exigiendo justicia por su hijo y la abogada defensora y referente de la CORREPI, María del Carmen Verdú.