Diez años del caso Jon Camafreita: asesinato y fuga amparada por el poder judicial
Por Diego Moneta / Foto: Lucía Merle
Este viernes se cumple una década del asesinato de Jon Camafreita, de 18 años, en manos del ex cabo de la Policía Federal Martín Alexis Naredo. Dos años después sería condenado a prisión perpetua pero profugaría hasta 2017. En ese entonces, se entregó apelando a que con Patricia Bullrich y Mauricio Macri en el poder podría salir beneficiado.
La madrugada del 21 de enero de 2012 Naredo y Juan Carlos Moreyra, jefe del operativo y ambos de la Comisaría 8° de Balvanera, Once, fueron convocados como refuerzo por una pelea entre jóvenes en la Plaza Mariano Boedo. En el trayecto intentaron detener a Jon y a Franco Rojas, de 14 años, que cruzaban corriendo la Av. Independencia a más de 200 metros de los disturbios, por considerarlos “sospechosos”. Lo hicieron con el móvil a contramano, a pesar de que éstos no iban armados ni implicaban riesgo alguno.
Moreyra persiguió al menor hasta la esquina, mientras que Naredo alcanzó a Camafreita a mitad de cuadra y le disparó en la cabeza, lo que le provocaría la muerte cuatro días después en el Hospital Ramos Mejía. Rojas fue trasladado a la Comisaría en patrullero. El cabo Naredo argumentó que, en combate cuerpo a cuerpo, el joven le quiso manotear el arma, por lo que había sido accidental, y le bastó para salir en libertad. La familia desmintió esa versión, en parte porque veinte días atrás uno de sus primos había sido asesinado por otra fuerza de seguridad, en este caso el Centro de Operaciones de Tigre.
El juez de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires Pablo Ormaechea dispuso que los peritajes los lleve a cabo personal de Gendarmería Nacional. No obstante, documentación y ropa de Jon, que estaban secuestradas, habían desaparecido, lo que retrasó el avance de la causa. En paralelo, Delia Castro, la madre, denunciaba el fusilamiento y se acercaba a la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi).
En septiembre de 2014 el Tribunal Oral en lo Criminal Nº23, con votos de Héctor Magariños y Pablo Jantus y la disidencia de Javier Anzóategui, condenó a Martín Alexis Naredo a prisión perpetua por homicidio calificado. Las pericias probaron que disparó con el arma apoyada en la sien del joven, que estaba arrodillado contra la persiana de una ferretería. Tanto la querella, representada por María del Carmen Verdú, como el fiscal Ariel Yapur solicitaron esa pena. Fue inhabilitado a ejercer cargos públicos y a portar armas y se ordenó investigar la responsabilidad de Moreyra y otros efectivos por la detención ilegal del menor. Naredo, que se hallaba trabajando en la Municipalidad de La Matanza, fue exonerado y Moreyra cesanteado por el Ministerio de Seguridad, a cargo de María Cecilia Rodríguez.
Pocas horas antes del veredicto, Naredo pidió retirarse a través de su abogado, alegando que se sentía mal, y sin ninguna medida restrictiva se fue. Verdú y la fiscalía pidieron a los jueces que lo arresten y quede a disposición del tribunal hasta la lectura del mismo, pero fue rechazado. Una semana después lo declararon en rebeldía y dictaron orden de captura con búsqueda de Gendarmería. Se entregó el 7 de noviembre de 2017 en la sede del Ministerio, con una carta dirigida a la entonces titular de la cartera de Seguridad Patricia Bullrich en la que explicaba su decisión por la confianza en que ella y Mauricio Macri lo defendieran.
El ex cabo apostaba a que el poder judicial, disciplinado por el gobierno de Cambiemos, lo favoreciera. Aún no se había dado el abrazo de Macri con Luis Chocobar. Sin embargo, los recursos interpuestos no prosperaron. El año pasado la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional confirmó la condena y continúa detenido.