Gatillo fácil: continúa el juicio por el asesinato de Marcelo Montenegro
Por Asociacion Miguel Bru
El 11 de abril a las 9:30 tendrá lugar la cuarta audiencia en el juicio contra los efectivos policiales Emmanuel Alejandro Díaz, Mario Nicolás Medina y Diego Marcelo Calderón, en el Tribunal Oral y Criminal 30 (Paraguay 1536, esquina Paraná, CABA). En las tres audiencias pasadas comenzó a desarmarse la versión de la policía en el juicio contra los efectivos de la Comisaría 48 acusados de homicidio agravado de Marcelo Montenegro, ocurrido el 7 de julio de 2012 en Ciudad Oculta. Aunque ya declararon 19 testigos, todos ellos policías, ninguno brindó un elemento de prueba que valide el relato de encubrimiento policial que comenzó la misma noche del crimen. En esta nueva jornada se presentarán a declarar peritos balísticos y médicos.
El juicio oral y público empezó el 28 de marzo, después de seis años de lucha para que se avance con la investigación y la causa no fuera cerrada. La familia Montenegro es patrocinada por la Asociación Civil Miguel Bru, con la asistencia de los abogados Nahuel Berguier, Federico Paruolo y Gabriela Carpineti. Interviene la Fiscalía General N° 26 y colabora la Procuraduría de Violencia Institucional. El juicio se realiza en el Tribunal Oral y Criminal 30, integrado por los jueces Guillermo Friele, Marcela Rodríguez y Luis Rizzi.
El crimen y la causa armada
Marcelo “El Pela” Montenegro tenía 21 años. Hacía changas, trabajaba en la panadería del barrio y también como ayudante de albañil. Todos los días saludaba a sus vecinos de la villa 15. Le encantaba jugar en la canchita. Pero dos tiros impactaron contra el auto en el que viajaba la noche del 7 de julio de 2012 y uno alcanzó para arrebatarle la vida.
Iba en auto junto a un amigo cuando los policías Díaz, Medina y Calderón, comenzaron a perseguirlo. En la intersección de la Avenida Piedrabuena y Saraza, el auto en el que viajaban los jóvenes chocó contra un paredón luego de recibir varios disparos. Dos balas de los efectivos policiales impactaron en el cuerpo de Marcelo, una en el tórax y otra en la cara.
Los tres policías argumentaron que persiguieron el auto luego de recibir un alerta, y que hubo "un enfrentamiento". Sin embargo todas las pruebas descartan esta coartada. El móvil policial no recibió disparos, ni se hallaron vainas correspondientes en la trayectoria de la persecución.
Un policía de la misma Comisaría 48 dijo que encontró un arma que, según los efectivos, estaba en poder de Montenegro. Sin embargo ninguno de los numerosos testigos, en su mayoría policías, aseguró haber visto con un arma ni a Marcelo ni a su acompañante. Además, al momento de ser peritada, el arma "encontrada" por la policía no era apta para el disparo. Finalmente los policías imputados alegaron haber visto una "ráfaga", no un disparo, y haber respondido ante ese peligro.
El juicio: Tres audiencias de debate
En las audiencias la querella ha hecho hincapié en que las modulaciones policiales describieron la persecución sin hacer referencia alguna a un "enfrentamiento" o a haber recibido disparos. Solo luego del choque del automóvil, una vez que tomaron dimensión que el joven Montenegro se encontraba herido de muerte, los policías reportaron un supuesto enfrentamiento.
Los testigos que declararon en las tres audiencias repitieron que no escucharon detonaciones ni disparos producto de un enfrentamiento. Además la querella pudo acreditar que desde el choque hasta que la policía encontró la supuesta arma que le atribuyeron a Marcelo transcurrió más de una hora; lo que evidencia que se podría haber plantado en el lugar en que fue hallada.
Por su parte, la argumentación de la defensa de los imputados se limita a que las modulaciones efectuadas esa madrugada desde los móviles policiales, por alguna cuestión, fallaron, o que las modulaciones se "pisaron" y por ello no quedó registrado el reporte de un enfrentamiento.
Pero en la segunda audiencia un testigo policial explicó que existe un sistema de emergencia que no permite fallas; no permite que las modulaciones se superpongan o que no se escuchen. Los aparatos tienen un botón de “emergencias” y de “enfrentamiento”. Esa declaración echó por tierra la versión policial con la que se montó el encubrimiento de un supuesto enfrentamiento desde la misma madrugada del crimen. Además en las declaraciones escuchadas en las audiencias se validó lo que viene sosteniendo la querella: recién hablaron de enfrentamiento luego de que Marcelo fuera asesinado y chocara el auto en el que viajaba.
A partir de esto los abogados de la Asociación Miguel Bru realizaron un planteo que fue escuchado por el Tribunal, habilitándose la recepción de prueba nueva. Paruolo, Berguier y Carpineti solicitaron que se evalúe en las próximas audiencias los manuales de funcionamiento de los equipos y pidieron la presencia de un perito que ratifique si fue posible que existiera una falla en las comunicaciones.
“Toda la prueba apunta a una misma conclusión: violentando todos los protocolos de actuación, los policías Calderón, Diaz y Medina dispararon de modo criminal al automóvil en el que iba Marcelo Montenegro. Luego, para garantizar su impunidad, plantearon la hipótesis de un enfrentamiento” ,afirmó el abogado Federico Paruolo.
Un camino de lucha
“Este es un caso clarísimo de gatillo fácil donde la policía fusiló a Marcelo, y se activaron todos los mecanismos de siempre en los casos de violencia institucional. Se quiso tapar la verdad con una causa armada por el encubrimiento policial desde el primer momento del crimen. Sino fuera por la madre que salió a pelear por su hijo, acompañada por una organización, ni siquiera estaríamos hoy en la instancia de un juicio donde tenemos la posibilidad de conocer la verdad y exigir justicia por Marcelo” expresó Rosa Bru, presidenta de la Asociación Civil Miguel Bru.
Marcelo fue asesinado en julio de 2012. Recién tres años después de idas, vueltas y reveses judiciales se hizo lugar al pedido de la familia y la Asociación Miguel Bru, y se ratificó el procesamiento de los tres policías que participaron del operativo que terminó con su vida en Ciudad Oculta.
En tres oportunidades los imputados habían sido sobreseídos en primera instancia, pero las apelaciones presentadas por los abogados de la Asociación ordenaron la continuidad de las investigaciones. Finalmente, y luego que se ordenara el cambio de Juzgado de Instrucción, en 2015 la justicia procesó a los tres imputados, lo que permitió que la causa llegue a juicio oral y público.