Impunidad judicial para los policías que asesinaron a Diego Cagliero
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Martín, dispuso penas de seis años y cuatro años y cuatro meses de prisión para los agentes policiales de la Bonaerense Rodrigo César Exequiel Canstatt y Sergio Montenegro, respectivamente, por el homicidio del joven músico Diego Cagliero. El tribunal condenó al primero de los uniformados bajo la figura de “homicidio culposo” mientras que a Montenegro se lo hizo bajo la figura de "homicidio tentado en exceso de sus funciones".
El día 15 de febrero pasado, la familia de la víctima publicó un documento cuestionado el fallo judicial. AGENCIA PACO URONDO reproduce a continuación la declaración:
Comunicado
Ayer (semana pasada), 15 de febrero de 2023, un jurado popular compuesto por 12 personas encontró culpable al policía bonaerense Rodrigo Canstatt por asesinar a Diego Cagliero. También condenó a Sergio Montenegro por intentar asesinar a Diego, Mauro, Emmanuel, Ángel, Jonatán, Damián, Alfonso y Rodrigo.
Para los jurados, el homicida Canstatt cometió un homicidio culposo (mató por actuar con negligencia, imprudencia e impericia) mientras que Sergio Montenegro cometió una tentativa de homicidio por exceso del cumplimiento del deber.
Consideramos este veredicto una decisión absurda y carente de sentido común, a la vez que es una aberración jurídica que le asigna una tipificación más gravosa a la acción de quién intentó asesinar, frente a la acción de quien, efectivamente, asesinó.
Durante todo el debate oral, que duró 10 días interminables, las víctimas hemos tenido que defendernos y hemos sido revictimizadas. Jornada tras jornada fuimos criticados por nuestras acciones, omisiones, emociones y hasta por la forma de vestirnos. El ataque y la agresión llegaron al punto tan bajo de tener que escuchar que el defensor oficial Lagares (defensor de Montenegro) tratara a Adriana, madre de Diego, de “persona que se va a parar acá a llorar para conmover al jurado”.
Aparentemente, solo los policías asesinos pueden llorar, solo ellos tienen derecho a defenderse, solo sus familias importan, solo sus actos tienen que ser tomados con clemencia, aún cuando haya prueba científica arrolladora de su dolo homicida.
Hemos visto hasta el hartazgo el desgaste de las familias para lograr algo de justicia para sus hijos, asesinados por miembros de las fuerzas de seguridad. Hemos visto hasta el hartazgo la utilización del juicio por jurados como herramienta para que los asesinos salgan libres, ya sea porque se los declara no culpables, como porque se los declara culpables de delitos con penas insignificantes en comparación con el daño causado y con el bien jurídico protegido (la vida humana).
En nuestro caso, fue la figura de homicidio culposo, en otros, es el homicidio con exceso en uso de las funciones o el homicidio con exceso en la legítima defensa. O peor aún, los veredictos de no culpabilidad por cumplimiento del deber, por errores de prohibición invencibles, etcétera. Todas estas figuras afirman, una vez más, que para el Estado y el Poder Judicial la vida de las víctimas no vale nada y que tenemos que sentirnos afortunados por haber llegado a juicio oral y, al menos, haber obtenido un veredicto de culpabilidad.
Una vez más, reclamamos que los casos donde se juzgan ilícitos cometidos por fuerzas de seguridad en ejercicio de sus funciones NO SEAN JUZGADOS POR JURADOS POPULARES. Se trata de violaciones a los Derechos Humanos. Los jurados que viven en nuestra sociedad, que salen a la calle, tienen familias, y son bombardeados constantemente con información sesgada proveniente de los medios de comunicación jamás serán enteramente libres en su conciencia para decidir con imparcialidad.
En el caso de Diego, como en tantos otros, sus familiares y amigos quedamos con la sensación de que el jurado ya había decidido antes de entrar a la sala de juicio, sin siquiera haber escuchado los hechos y la prueba.
No estamos conformes, por supuesto, con la decisión del jurado. El accionar de Rodrigo Canstatt no fue culposo, sino doloso. Y, por otro lado, no tenemos claro, siquiera, si los jurados entendieron la decisión que tomaron. Luego de 12 horas de audiencia ya nadie tenía energía ni avidez mental para escuchar (y mucho menos, entender) las indicaciones de 30 páginas que leyó el Juez. Esto es lo único que nos puede dar cierta explicación a la decisión absurda y contradictoria que tomaron.
Todas estas cuestiones de sentido común nos llevan a afirmar: NO HABRÁ JUSTICIA PARA DIEGO PORQUE TODO ESTUVO SIEMPRE PENSADO PARA QUE JAMÁS LA HUBIERA.
Queremos agradecer a nuestros abogados particulares Dres. Fernando Sicilia, Iván Koffman y Emiliano Montini, así como también a los abogados del CELS que representaron a Emmanuel y Alfonso, Dres. Agustina Lloret, Bárbara Juárez, Mariano Lanziano y Lucía Morales. Todos ellos han efectuado un trabajo intachable, empático e incansable durante más de tres años. Nada cambiará el eterno agradecimiento y deuda que tenemos hacia ustedes.
Y, por último, queremos decir que somos parte de un colectivo de familiares, amigos, vecinos, militantes, conocidos y desconocidos que han luchado de forma constante e inclaudicable desde el primer día para que hayamos podido llevar hasta el final este proceso tan doloroso. Si no hubiera sido por su apoyo, la causa se hubiera cajoneado la primera semana, como quería en ese momento la fiscal de instrucción actuante.
Volveríamos a hacer todo otra vez, aun sabiendo este final. Porque nuestra lucha, la lucha de todos, jamás será en vano.
La vida de Diego no vale 5 años de cárcel, tampoco valía 35. Los que sabemos quién fue Diego tenemos en claro que su vida fue, es y será INVALUABLE. Y que esa vida no se apagará nunca.
Diego Cagliero presente
Ahora y siempre
Familia de Diego Cagliero