“¿A quiénes le garantiza y les inspira seguridad Patricia Bullrich?”
Con un escrito titulado “Cuando se sienten aires de impunidad”, la ACVI analiza el caso de Martín Naredo, prófugo por homicidio calificado, quien se presentó el lunes pasado “en el Ministerio de Seguridad de la Nación, con una carta (que fue difundida por la propia Ministra) en la que explica que decide entregarse por su confianza en la actual Ministra y en el Presidente Macri”.
El 21 de enero de 2012, Juan Carlos Moreyra y Martín Naredo, ambos miembros de la Comisaria 8º de la Policía Federal, se dirigían a una plaza en la zona de Boedo, cuando recibieron un llamado alertándolos sobre posibles disturbios en la zona. Camino al lugar se cruzan con Jon Camafreitas y su amigo de 14 años, quienes se encontraban corriendo y comienzan a perseguirlos. “En un momento de esa persecución, Naredo desenfunda su arma y dispara en la cabeza de Camafreita, lo que provoca su muerte, luego de cuatro 4 días de agonizar en el Hospital Ramos Mejía. En tanto su amigo fue trasladado en patrullero a la Comisaría 8º, incumpliendo todas las disposiciones en relación a la prohibición de alojar niños y niñas en Comisarías”, explica el escrito.
“Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, en aquel momento, se resolvió pasar a disponibilidad a ambos agentes y se efectuó un seguimiento de la actuación administrativa. Esto con el entendimiento de que ésta debe avanzar de manera independiente a la investigación judicial, ya que la responsabilidad de los agentes policiales por sus acciones no siempre guarda relación directa con la comisión de un delito. Esas actuaciones sumariales permitieron determinar que el policía empuñó el arma sobre la cabeza del joven, que se encontraba desarmado y corriendo por la avenida (no representando peligro alguno para sí o para terceros/as), cometiendo una falta gravísima por lo que se lo apartó de la Policía, tramitando su exoneración”, agregan.
Paralelamente a la investigación administrativa, “transcurrió la investigación judicial, que tuvo una duración de dos años, tiempo en el que Naredo estuvo en libertad, a comparación de lo que sucede con otras personas procesadas. Ojo, no confundir, compartimos los parámetros de la prisión preventiva en términos excepcionales, solo que no podíamos dejar pasar esta oportunidad para remarcar lo político y discrecional de estas decisiones, y la existencia de detenidos/as de primera y de segunda”, expresan desde ACVI.
“Así, el día de la lectura del veredicto, tras una semana de audiencias en las quedó claramente demostrada la culpabilidad del agente, el Tribunal rechazó el pedido de la querella y de la PROCUVIN (que fundamentaron por qué era importante detener a quien seguramente recibiría una condena a prisión perpetua), y casi como profecía autocumplida el policía se fugó”, añaden.
Nuevos Aires
“Analizando lo que significa y significó el homicidio, el estar prófugo, la entrega y la carta; podemos concluir como primer dato que las autoridades políticas que conducen el Ministerio entienden que es un dato “comunicable” que un policía, condenado a prisión perpetua y prófugo durante tres años, afirme que la gestión del macrismo, le inspira confianza y respeto. Por otro lado podemos preguntarnos: qué llevó a este policía a presentarse en el mismo Ministerio que ofrece una recompensa por su captura. ¿Será el giro de los últimos tiempos de la Justicia, que responde a ciertos intereses del Gobierno? ¿Será que esta Ministra le da la seguridad que defenderá sus intereses, tras ver lo sucedido en el caso de Santiago Maldonado?”, se preguntan.
Finalmente, el texto de la Asociación Contra la Violencia Institucional indica: “No podemos afirmar qué lo motivó, pero debemos estar alertas, ya que aires de impunidad comienzan a vislumbrarse y a sentirse no solo en las dependencias del poder ejecutivo, sino también en el poder judicial. Entonces, en este contexto debemos preguntarnos, y llamarnos a una reflexión: ¿A quienes le garantiza y les inspira seguridad Patricia Bullrich?”.