Represión en San Pedro: “Jamás me pegaron tanto en mi vida”
Por Jacquelina Flores*
En el barrio La Tosquera construimos hace un año y medio poder popular con nuestro sector cartonero. En abril se le planteó a la intendencia las necesidades de quienes reciclan lo recolectado en un basural a cielo abierto y se firmó un acta de acuerdo con Silvio Corti, secretario de Gobierno, en la que se comprometió, entre otras promesas, a proveer elementos de seguridad que reclaman los vecinos para mejorar las condiciones laborales. Ante el incumplimiento, fuimos anteayer al municipio de San Pedro para que nos atendiera el intendente de Cambiemos Cecilio Salazar.
Luego de tres horas sin dar la cara, arrimamos gomas de autos a las puertas del edificio. En ese momento, miembros de la Policía local se acercaron con matafuegos pese a que no habíamos encendido nada. ¡Y nos vaciaron los extintores en la cara! Varios convulsionaron y dos debieron ser hospitalizados. Minutos después llegó Infantería y empezó a pegarnos palazos, sin parar. ¡Eran 60 uniformados y nosotros menos de 40! Por si fuera poco, un oficial se descargó con balazos de goma, mientras varios efectivos golpeaban a gente en el suelo. “Negra de mierda, ¿qué hacés en San Pedro? No te queremos ver más”, me dijo un grupo de personal femenino antes de molerme a bastonazos. Un compañero quiso socorrerme y ligó una paliza feroz. Nos llevaron detenidos a ambos y a cuatro militantes más.
Las irregularidades siguieron. En la comisaría nos enseñaron “buenos modales” a golpes y advirtieron que ahí “las cosas son distintas”, que debíamos portarnos “bien” y “aprender a callar”. En mi caso particular, la doctora de guardia del hospital me preguntó si me habían pegado. “Me acaban de reprimir, ¿no corresponde que me revises?”, reaccioné. No me contestó y ahí terminó el “control médico”. Cuatro horas después de la represión, el secretario de Gobierno hizo una conferencia de prensa negando el acta de compromiso ¡que él mismo había firmado!
No pienso naturalizar semejante violencia que refleja mi cuerpo lleno de moretones. Sin exagerar, jamás me pegaron tanto en toda mi vida, cuando lo único que pretendemos es que cumplan sus promesas. Aunque el desprecio que tienen hacia los pobres esté traspasando los peores límites, no vamos a retroceder hasta que cumplan con el pacto.
Estamos con los cuerpos doloridos, pero con el espíritu intacto.
*Referente del MTE reprimida por la intendencia de San Pedro.