Violencia penitenciaria: “Las cárceles son una gran picadora de seres humanos”
Alfredo Cuellar es el padre de Florencia “La china “Cuellar (23), torturada y asesinada en el pabellón 23 de la Unidad IV del penal de Ezeiza el 23 de diciembre de 2012. A partir del crimen de su hija, Cuellar se dedica a luchar contra la violencia carcelaria. En ese marco dialogó con AGENCIA PACO URONDO y se refirió a la situación carcelaria en la actualidad y de cara al nuevo gobierno de Javier Milei y su ministra de seguridad Patricia Bullrich.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo ve actualmente la situación de las cárceles?
Alfredo Cuellar: Las cárceles son un centro de tortura. Hasta hora las reformas penitenciarias solo sirven para seguir sucumbiendo las vidas de las personas detenidas. En la actualidad se siguen creando leyes más duras y crueles, viendo así más lejanas la posibilidad de reinserción y por ende la libertad. Es decir que no vemos una posibilidad de mejoramiento en la situación carcelaria.
APU: ¿En qué situación se encuentran los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad carcelaria?
A.C.: Los derechos de las personas son terriblemente avasallados permanentemente imponiéndoles leyes que van en perjuicio de su propia humanidad cómo la ley Petri, la ley Bloomberg y otras semejantes. Más allá que sean inconstitucionales, se las aplican de manera sistemática, viendo de esa manera muy lejana la aplicación del derecho que realmente corresponde. Para el personal carcelario no existe la constitución nacional, ni mucho menos los Derechos Humanos.
APU: ¿Cómo considera que va a ser la gestión del gobierno de Javier Milei en materia carcelaria?
A.C.: Con este gobierno, la reforma penitenciaria se vuelve más dictatorial. No dejan ningún margen de posibilidad de que el reo pueda exigir sus derechos, dado que su política de mano dura nos lleva a qué la pena de muerte sea menos inhumanas y que la aplicación de la perpetua, creen que la perpetua es igual a justicia. En su discurso pretenden aplicar métodos violentos y justificatorios de todo tipo de excesos y abusos, incluso amparados por leyes que seguramente sancionaran para llevar a cabo su plan.
APU: ¿En qué consiste su lucha militante a partir del crimen de su hija?
A.C.: Mis sueños siempre fueron ser un padre que pueda envejecer junto a mis hijos, hoy desde la muerte de mi hija hace casi 12 años mi vida cambió drásticamente. Hoy me veo en el compromiso de convertirme en un militante anticarcelario, para que ninguna mujer en prisión tenga que pasar por lo que ella paso. Torturaron a mí hija hasta matarla. Nadie tiene que morir en ese lugar, y mucho menos bajo el aparato represivo que aún sigue intacto en las cárceles. Las cárceles no hacen bien a las personas, las cárceles son centro de destrucción del ser humano, lejos está de ser un centro de reinserción. Allí van destruyendo hasta pulverizar al ser humano. Eso es lo que pretendo cambiar con mi lucha militante.
APU: ¿Cuáles son los planteos que sostienen como organizaciones para cambiar del sistema carcelario?
A.C.: Nos encontramos ante un aparato muy poderoso, donde el poder político judicial y legislativo sigue avalando dicha inconstitucionalidad. Aplicando leyes duras como la prisión perpetua, nosotros lo único que pedimos es que se aplique la ley en tiempo y forma, cómo por ejemplo la aplicación del fallo Verbitsky y la derogación de la ley Petri y la ley Bloomberg, porque consideramos que dichas leyes son inconstitucionales y violatorias de todo derecho. Eso convierte a las cárceles en una gran picadora de seres humanos. De alguna manera mi lucha está enfocada, junto a muchas personas que militan también la problemática carcelaria, en poder transformar esas leyes crueles y que se pueda contemplar la constitución nacional en el ámbito carcelario.