Carta abierta de Lula: "¿Quieren derrotarme? Hagan eso de forma limpia, en las urnas"
El expresidente Lula Da Silva publicó una columna en Folha de São Paulo denunciando su detención. "¿Es para eso que ustedes, los poderosos sin votos y sin ideas, derribaron una presidenta electa, humillaron el país internacionalmente y me detuvieron con una condena sin pruebas?", describió. La columna completa:
Estoy preso hace más de cien días. Allá afuera el desempleo aumenta, más padres y madres no tienen como sustentar sus familias, y una política absurda del precio de los combustibles causó una huelga de camioneros que desabasteció las ciudades brasileras. Aumenta el número de personas quemadas al cocinar con alcohol debido al precio alto del gas de cocina para las familias pobres. La pobreza crece y las perspectivas económicas del país empeoran a cada día.
Niños brasileros son detenidos y separados de sus familias en los Estados Unidos, mientras nuestro gobierno se humilla ante el vicepresidente estadounidense. La Embraer, empresa de alta tecnología construida a lo largo de décadas, es vendida por un valor tan bajo que espanta hasta al mercado.
Un gobierno ilegítimo corre en sus últimos meses para liquidar el máximo posible del patrimonio y la soberanía nacional que conseguimos - reservas del pré-sal, gasoductos,distribuidoras de energía, petroquímica-, más allá de abril el Amazonas para tropas extranjeras. Mientras el hambre vuelve, la vacunación infantil cae, parte del poder judicial lucha para mantener su auxilio por vivienda y, quien sabe, ganar un aumento salarial.
La semana pasada, la jueza Carolina Lebbos decidió que no puedo dar entrevistas o grabar videos como precandidato del Partido de los Trabajadores, el mayor de este país, que me indicó para ser su candidato a la Presidencia. Parece que no alcanzó con detenerme. Me quieren callar.
Aquellos que no quieren que hable ¿Qué temen que diga? ¿Lo que está sucediendo hoy con el pueblo? ¿No quieren que discuta soluciones para este país? Después de años calumniándome ¿No quieren que tenga el derecho de hablar en mi defensa?
¿Es para eso que ustedes, los poderosos sin votos y sin ideas, derribaron una presidenta electa, humillaron el país internacionalmente y me detuvieron con una condena sin pruebas, en una sentencia que me envía para prisión por "hechos indeterminados", después de cuatro años de investigación contra mi y mi familia? ¿Hicieron todo eso porque tienen miedo que de entrevistas?
Me acuerdo de la presidenta del Supremo Tribunal Federal que decía "callate la boca ya murió". Me acuerdo del Grupo Globo, que no está preocupado con este impedimento a la libertad de prensa, al contrario, la celebra.
Juristas, exjefes de Estado de varios países del mundo y hasta adversarios políticos reconocen el absurdo del proceso que me condenó. Yo puedo estar físicamente en una celda, pero son los que me condenaron que están presos de la mentira que armaron. Intereses poderosos quieren transformar esta situación absurda en un hecho político consumado, impidiéndome de disputar las elecciones, contra la recomendación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Ya perdí tres disputas presidenciales - en 1989, 1994 y 1998- y siempre respeté los resultados, preparándome para la próxima elección.
Soy candidato porque no cometí ningún delito. Desafío a los que me acusan a mostrar pruebas de lo que fue que hice para estar en esta celda. ¿Por qué hablan de "hechos de oficio indeterminados" en lugar de indicar lo que hice de errado? ¿Por qué hablan de un departamento "atribuido" en vez de presentar pruebas de la propiedad del apartamento de Guarujá, que era de una empresa, dado como garantía bancaria? ¿Van a impedir el curso de la democracia en Brasil con absurdos como esos?
Hablo esto con la misma seriedad con la que le dije a Michel Temer que él no debía embarcarse en una aventura para derribar a la presidenta Dilma Rousseff, que él se arrepentiría de eso. Los mayores interesados en que yo dispute las elecciones deberían ser aquellos que no quieren que yo sea presidente.
¿Quieren derrotarme? Hagan eso de forma limpia, en las urnas. Discutan propuestas para el país y tengan responsabilidad, aún más en este momento en que las elites brasileras están enamoradas de propuestas autoritarias de personas que defienden a cielo abierto el asesinato de seres humanos (N.T. en referencia a Jair Bolsonaro, candidato de la derecha que propuso ametrallar las favelas desde helicópteros).
Todos saben que, como presidente, ejercí el diálogo. No busqué un tercer mandato cuando tenía de rechazo lo que Temer tiene hoy de aprobación. Trabajé para que la inclusión social fuese el motor de la economía y para que todos los brasileros tuviesen derecho real, no sólo en el papel, de comer, estudiar y tener vivienda.
¿Quieren que las personas se olviden de que Brasil ya tuvo días mejores? ¿Quieren impedir que el pueblo brasilero - de quien todo el poder emana, según la Constitución- pueda elegir a quien quiere votar en las elecciones del 7 de octubre?
¿Qué temen? ¿La vuelta del diálogo, del desarrollo, del tiempo en que menos conflictos sociales tuvo este país? ¿Cuando la inclusión de los pobres hizo a las empresas brasileras crecer?
Brasil precisa restaurar su democracia y liberarse delos odios que plantaron para sacar al PT del gobierno, implantar una agenda de retroceso de los derechos de los trabajadores y los jubilados, y traer de nuevo la explotación desenfrenada de los más pobres. Brasil necesita reencontrarse consigo mismo y ser feliz de nuevo.
Pueden detenerme. Pueden intentar callarme. Pero yo no voy a cambiar mi fe en los brasileros, en la esperanza de millones en un futuro mejor. Y tengo certeza de que esta fe en nosotros mismos contra el complejo de medio-pelo es la solución para la crisis que vivimos.
Traducción: Santiago Gómez