Muchas gracias compañero Roberto Salvarezza, por José Cornejo y Leandro Andrini

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Muchas gracias compañero Roberto Salvarezza, por José Cornejo y Leandro Andrini

20 Septiembre 2021

Por José Cornejo* y Leandro Andrini**

El concepto de soberanía siempre requiere de un adjunto que la complemente, así en la conceptualización propuesta por el peronismo soberanía es soberanía política. Y, podríamos decir que es un tipo de conceptualización universal que incluye a un sinnúmero de “soberanías”. En este caso nos referiremos a la soberanía tecnocientífica o científico-tecnológica.

Es indudable que dentro de los modelos de país en pugna la ciencia y la tecnología están en disputa, y esta disputa no es otra cosa que la disputa por un modelo de desarrollo.

Es indudable que un modelo de desarrollo requiere de recursos humanos, de recursos económicos (financiamiento) y, consecuentemente, de infraestructura apropiada. En países como Argentina, la ciencia y la tecnología (CyT) están ligadas a las políticas coyunturales que surgen de los gobiernos al mando del Estado. Por ello no es indiferente quién sea gobierno, ni tampoco quién ocupe la cartera ministerial. En este sentido, Roberto Salvarezza ha representado por partida doble los intereses sectoriales de la comunidad de CyT, por un lado, y por otro los intereses propios de un modelo de desarrollo tendiente a construir soberanía tecnocientífica.

Por ejemplo, antes que la pandemia de COVID ingresara a la Argentina, comenzando su gestión y con el objetivo de evitar la pérdida de recursos humanos, el “Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación resolvió que los ingresos al CONICET en 2020 (resultados de la convocatoria 2019) fueran 800 cargos para investigadores y 300 cargos para el personal técnico. Los 1.100 nuevos ingresos se contraponen con los 600 en total por año que otorgó el gobierno anterior”. En palabras del ministro Salvarezza sabemos que en “2015 teníamos tres investigadores cada mil habitantes económicamente activos, lamentablemente en 2019 nos encontramos con solo 2,5 investigadores cada mil habitantes económicamente activos. Esto representa un marcado descenso que nos lleva a retroceder en recursos humanos dedicados a la ciencia y la tecnología”.

Aumentar la dotación de recursos humanos sin modificar las escalas salariales sería una política incompleta. Así, en enero del 2020, Salvarezza sostuvo que “es un mensaje para los jóvenes, para alentarlos a hacer ciencia y tecnología, para que no piensen que la única opción es Ezeiza, irse del país. Queremos que se queden para contribuir al desarrollo de la sociedad”, anunciando el aumento a los estipendios de las becas doctorales, es decir, tomando en cuenta el sector que más había sufrido durante los cuatro años del gobierno de Macri. Pero también el aumento se produjo en toda la escala salarial, de todos los escalafones dentro de lo que es el complejo de CyT.

Y así como aumentar la dotación de recursos humanos sin modificar las escalas salariales, sin crear otras condiciones también es una política aún insuficiente, en febrero de 2020 se realizó un aumento del 25% en los subsidios para Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) 2018 de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. La “decisión de nuestro gobierno es poner la Ciencia Argentina como un insumo para el desarrollo, sumamos al anuncio de las becas más ingresos, más recursos humanos y más subsidios, es el comienzo de la recuperación de ciencia argentina”, según lo expresado por el propio ministro.

Con el objetivo de impulsar y fortalecer la integración del conocimiento y de los desarrollos tecnológicos y sociales vinculados a soluciones para el acceso a la alimentación y al agua segura, así como al abordaje de la vulnerabilidad socio-ambiental, a la planificación nacional y local de las acciones comprendidas en el Plan Nacional “Argentina contra el Hambre” se presentó la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”. Es decir, una convocatoria integrada a las políticas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, orientada según necesidades locales, y requiriendo de los avances tecnocientíficos que pudieran darse en nuestros centros de investigación.

Esto sucedió en los meses previos a que la pandemia de COVID hiciera necesario un replanteo de los modos de vivir, incluso en cuanto al ejercicio político diario. Es decir, se marcaba una impronta clara hacia dónde se dirigiría la gestión en CyT.

Si bien este flagelo nos azotó en la cotidianidad, vemos que desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se tuvo una respuesta más que rápida. Se creó la Unidad Coronavirus a finales de marzo de 2020, dando una respuesta rápida y de disponibilidad tanto política como tecnocientífica a este hecho. Los logros alcanzados, que incluyen inclusive la posibilidad real y concreta de la producción de vacunas a nivel local, pueden encontrarse en el link siguiente www.argentina.gob.ar/ciencia/unidad-coronavirus. Nuevamente, sin una mirada que propenda a la soberanía en CyT es imposible que estas acciones y sus consecuentes logros hayan tenido lugar.

Sin pretensión de reducir la CyT en exclusivo a CONICET, entendiendo que es un campo que excede con creces a este organismo, tomamos la palabra de quienes allí trabajan para indicar cómo cambió la rutina de la investigación científico-tecnológica a partir de la irrupción de la pandemia. Pero este cambio no implicó pensar la política de CyT en exclusivo desde la óptica coyuntural, más bien, implicó enfocar las políticas de CyT sabiendo que lo coyuntural está imbricado en cada acción, y que hay que resolver en la dialéctica coyuntura-estructura. Así, en octubre de 2020 se presentaba a la comunidad toda el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CAPLANCYT) 2030.

El Plan 2030 es una “construcción central y nos tiene que servir de guía para esta Argentina que queremos construir. Un país donde el conocimiento y el desarrollo sea un elemento central”, indicó Salvarezza en la presentación. A lo que secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación del Mincyt, Diego Hurtado, agregó que la “planificación del Plan 2030 representa un proceso de construcción de una política pública para la ciencia y tecnología”. Resaltó, además, que “este es un documento que presenta un marco conceptual para un país en desarrollo y tiene dos ejes fundamentales: el proponer la necesidad de responder a las demandas de las políticas públicas de los sectores estratégicos y, por otro lado, la variable de la federalización, dándole un lugar protagónico a la territorialidad, a las políticas provinciales y a las economías regionales”.

Es notoria la cualidad de este tipo de planes, donde la CyT se convierte en investigación, desarrollo y transferencia tecnocientífica situada, y aquí de nuevo sobrevuela el concepto de soberanía, porque a la vez que se resuelven problemas propios se los resuelve con “herramientas” propias, creadas a tal fin o modificadas a tal fin.

Y volvemos a un hecho que, si bien escapa a los grandes trazados, refuerza la plena vocación de considerar al complejo tecnocientífico como un entramado que requiere de un funcionamiento sincrónico y en fase. Así es como, a través del trabajo conjunto realizado entre el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, ANSES y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación en agosto de 2021 se logró solucionar una demanda histórica del sistema científico argentino: los profesionales y técnicos de la carrera de apoyo del CONICET sean incluidos dentro del régimen previsional especial para investigadores científicos.

En los apotegmas políticos de estos tiempos, y en este resumen que no es exhaustivo ni agota toda la gestión, vemos que Roberto Salvarezza no se inscribe en “los funcionarios que no funcionan” y que su reemplazo en el área se encuadra en parte de las estrategias políticas que las coyunturas demandan. Y es también quizá, por esta labor que pretendimos sintetizar, que hoy 20 de septiembre en diferentes lugares del país al mediodía habrá manifestaciones de trabajadores de CyT para decir –como también decimos nosotros– “Muchas gracias compañero Roberto”.

*Director de la Agencia Paco Urondo **Editor de la sección Ciencia y Tecnología de la Agencia Paco Urondo