Anime: “Ranma 1/2”, ¿diversidad o misoginia?
Por Gabriela Canteros | Ilustración: Gabriela Canteros
Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Corrían los años 90, la época de la televisión por cable y los dibujos con anime comenzaron a invadir los canales. Ya habíamos vivido desde la década anterior la instalación de Robotech y también la locura de robots de Mazinger Zeta y Afrodita A. Comenzó una serie que sufrió diversas censuras a nivel mundial, se trata de Ranma 1/2, la historia de un muchacho que debido a un intenso entrenamiento en artes marciales había caído en un estanque encantado y por un encantamiento cambiaba a forma femenina al caer en agua fría y volvía a su forma masculina al tocar agua caliente. El anime producto del manga fue censurado en muchos países y en algunos fue emitido con modificaciones y recortes de todo tipo. Era absolutamente llamativo el modo en que exponía la pregunta sobre lo femenino y lo masculino. ¿Qué era ser mujer?¿Qué era ser varón? O qué era no ser ninguno o ambos.
Ranma 1/2 se emitía en el canal de niñxs y planteaba muchas preguntas. Todo giraba alrededor de este personaje, y su "prometida" producto de un matrimonio arreglado en la infancia que ambos se niegan a cumplir. En el transcurso de los capítulos hay escenas que insinúan la homosexualidad y el amor lésbico. Toda una revelación respecto a conductas y tratos. Lo más interesante era pensar que lo femenino y lo masculino no eran categorías estancas. Apenas entrábamos a la adolescencia por esa época y las discusiones y rupturas de convenciones eran sumamente atractivos y nos daban más seguridad respecto a nuestros propios comportamientos. Nada era definitivo en Ranma todo podía cambiar, ser hombre o mujer no era opuestos, lo binario estaba en disputa constante.
Hombres, mujeres adultos y jóvenes tomaban forma de animales debido a encantamientos y aunque luchaban por romper el hechizo en el que habían caído, mostraban un panorama más amplio de categorías y desdibujan todo respecto a lo dogmático. En medio de todo eso iban a la escuela, se enamoraban y sufrían desengaños.
El anime sufrió diversas censuras principalmente por sus desnudos y escenas de cierto carácter lésbico y homosexual. Incluso para Sudamérica el capítulo del animé "Combate en los baños públicos", sufrió de tanta censura que duró aproximadamente 15 minutos, cuando un capítulo dura normalmente 23 minutos. En Chile la serie también fue utilizada por grupos religiosos en forma de protesta argumentando que se le enseñaba a los niños a ser homosexuales, debido a una escena en la que Ranma se probaba sostenes estando en su forma masculina. Todos estos temas atravesados por un tono de humor constante hacían que fuera difícil notar inmediatamente lo que nos representaba, un mundo sin tabúes.
Ranma también debió lidiar contra el patriarcado representado por su maestro que gusta robar prendas íntimas femeninas. Transgénero, queer, género fluido, no alcanzan para definir la adolescencia de este joven del cual la mayoría de los protagonistas están absolutamente enamorados. Y también los televidentes hemos caído en ese romance platónico con un ser que rompió esquemas. La Iglesia católica chilena se encargó de escrachar la serie e incluso la Cadena 3 de España la retiró del aire. Finalmente lo importante de la serie está en lo que cada capítulo plantea, ser la mejor versión de nosotros mismos y luchar por sin prejuicios.
Para dar cuenta de la popularidad de la serie está intacta, en 2020 se publicó en redes sociales una versión de la introducción de Ranma para prevenir la COVID- 19:
Hasta aquí la perspectiva inclusiva y reflexiva, sin embargo hay una gran disyuntiva respecto a pensar el cambio de género como "maldición" y entonces también puede leerse a Ranma 1/2 como totalmente misógino, al revés de lo que imaginábamos al ver la serie. ¿Entonces somos nosotrxs lxs que vemos con perspectiva de género? Lo que queda claro en la historia es que la diversidad está planteada y filtrada a través del manga y el animé, permitiendo a lxs espectadorxs reflexionar sobre ser diverso y no quedarse en las estancas categorías binarias.