Atypical: el autismo en Netflix
Por Melany Grunewald y Boris Katunaric
Se trata de una serie entretenida, dirigida por Robia Rashid (directora también de How I met your mother), que en septiembre confirmó su segunda temporada. Tuvo buena audiencia, aunque falencias fuertes en la construcción del protagonista.
Si bien Sam es un personaje adorable con su obsesión por los animales antárticos, sus desentendimientos sobre cómo conquistar a una chica y las estrategias que arma para declararse ante su psiquiatra, Julia, el carácter autista no está bien delimitado. De hecho, para ser más exactos, Sam tiene Asperger, un síndrome contemplado dentro del espectro de trastorno autista, a juzgar por su gran capacidad de retención de información sobre aquello específico en que se interesa (los pingüinos y su comportamiento). Se podrían establecer varias similitudes, en otro registro, con Sheldon Cooper, mítico personaje de The Big Bang Theory.
El error de la serie es no haber sido específicos. Aunque ningún chico autista se parece a otro, en este caso, hace un poco de agua para con el trastorno en general. Según la serie, Sam funciona bien socialmente aunque cada tanto presenta crisis. Sin embargo tiene un poder de consciencia sobre lo que le sucede que es difícil dilucidarlo. Distinto sería si, aprovechando la estructura de la historia contada desde su visión, Sam pudiese dar detalle de lo que le sucede en esos momentos.
Por otra parte, la serie si pudo construir de manera excelente las relaciones familiares para con Sam: una madre protectora que sabe todo sobre él, que ha adquirido experiencia en todos los años de tratamiento de su hijo; un padre cuyo conflicto es no lograr conectar bien con su hijo por su condición, y que por supuesto trae problemas con su esposa; y una hermana, Casey, que tiene que lidiar con la desatención de sus padres en determinados momentos, debido a que están ocupados con Sam, y como todo esto entra en crisis.
Los personajes tienden a ver quebrantada su cotidianidad a partir de las inquietudes de Sam por tener novia y de la búsqueda y construcción de su sexualidad. Todo esto altera el orden de las cosas y desarticula ciertos mandatos habituales dentro del grupo familiar.
Esta serie también sirve para pensar problemáticas de inclusión locales ¿Por qué un chico autista en EEUU tiene un trabajo en una casa de electrodomésticos? Suena irreal para el ciudadano argentino medio. Al mismo tiempo puede. Como el país del norte no cuenta con salud pública, ¿qué nivel económico tiene que tener una familia para afrontar los gastos que conlleva tener un hijo autista?. Con esta contradicción nos veremos obligados a indagar más en las luchas por la inclusión de chicos con Trastorno del Espectro Autista (TEA).