Bariloche: pañuelos y luchas por la memoria en el centro cívico
Por Enrique de la Calle
Hace 19 años, cada 24 de marzo, militantes de derechos humanos y organizaciones sociales pintan (o vuelven a hacerlo) pañuelos blancos en el centro cívico de Bariloche, en Río Negro. En 2018, una legisladora local pidió que esa jornada sea declarada como parte del patrimonio cultural de la ciudad. El proyecto generó mucho debate local y finalmente quedó sin efecto. ¿Qué fibra íntima tocan esos pañuelos dibujados alrededor del monumento a Roca?
"¿Que es el patrimonio cultural? Según la Unesco, son las acciones materiales y no materiales que expresan la creatividad de un pueblo. ¿Quién lo define? En definitiva, es una disputa por la interpretación, de nuestro presente, de nuestro pasado y del porvenir. La pintada de pañuelos en el centro cívico: ¿No expresaba la creatividad de un pueblo?", analizó la antropóloga Laura Kropff, en diálogo con Proyecto Erre, un espacio de comunicación multimedial local.
"El pañuelo en sí mismo es un símbolo de la lucha por los derechos humanos. Es indudable. Ahora: los pañuelos pintados en la plaza del Centro Cívico. ¿Expresa solo eso? ¿Qué nos dice sobre el pueblo de Bariloche? Si se mira en detalle, cada pañuelo tiene un nombre y alguien que lo pinta. Y ahí se da un vínculo. Cada pañuelo expresa una lucha colectiva pero también nos cuenta una historia con nombres propios", describió la académica. "Esas historias, por ejemplo, dan cuenta de jóvenes que militaron en Bariloche. Esa militancia está invisibilizada", agregó.
Y relató: "Cuando Montoneros pasa a la clandestinidad, muchos militantes debieron abandonar Bariloche y fueron desaparecidos en otras ciudades. Esas historias fueron borradas de la memoria local. En los pañuelos pintados en la plaza podemor reencontrarnos con esos nombres y esas historias", siguió Kropff.
"Hay una idea que parece indicar que en Bariloche no existieron ni la militancia política ni la represión militar. Como si nuestra ciudad estuviera alejada de la historia nacional. Eso no fue así", insistió la antropóloga. ¿Quiénes son los que pintan? "Además de muchos militantes políticos y de derechos humanos, las personas que pintan son compañeros de militancia de esos desaparecidos, familiares, amigos. Son muchas historias que hay que contar", reseñó.
Sin embargo, la lucha por la construcción de la memoria no termina con las historias de desaparecidos. "En los pañuelos también aparecen las historias de las víctimas de la violencia institucional en democracia, como puede Rafael Nahuel, para hablar de un caso reciente. Por eso, es importante que todos los barilochenses caminemos por la plaza, veamos esos pañuelos y leamos esos nombres, para pensar en esas historias, que son nuestras", concluyó Kropff.
Un pañuelo, una historia (I): María José Noriega pintó el pañuelo de Alfredo Reboredo, desaparecido en 1977 (fuente: Proyecto Erre)
Un pañuelo, una historia (II): María Teresa Causa pintó el pañuelo de Juan Jacinto Burgos, desaparecido en 1976 (Fuente: Proyecto Erre)