Día Internacional de los Museos: Nada que celebrar
La campaña se dirigió tanto al público como a las autoridades, solicitando respuestas ante los inconvenientes y precariedades denunciadas. Apelando a la valoración del patrimonio cultural argentino y a los actores sociales que protegen, guían y promocionan el mismo.
Más allá de este marco común de la situación general de los trabajadores, precarización, falta de categorización, falta de insumo, falta de recursos y mantenimiento de la instituciones, la situación de los trabajadores de los 25 Museos Nacionales se destaca por su gravedad.
Hay empleados que mientras se enuentran mal categorizados, las autoridades del Ministerio de Cultura se niegan a atender los pedidos de mejoras.
Esas mismas autoridades nunca han aplicado el nomenclador de funciones específicas para trabajadores de museos, privando así de una mejora salarial más que significativa; mejora, por lo demás, que se correspondería con la especificidad de las tareas que desarrollan.
A esa precariedad salarial y contractual se suman las penosas condiciones de oficinas y talleres. Varios de ellos carecen de calefacción, aire acondicionado, condiciones precarias de organización mobiliaria. De modo consecuente, es normal que en los museos falten computadoras, útiles, materiales de oficina y otras herramientas esenciales para el trabajo diario como para la restauración y conservación de los bienes culturales públicos.
Finalmente, es necesario recordar que la mayoría de los museos son patrimonio nacional y que, sin embargo, se encuentran ediliciamente deteriorados y sin presupuesto para su restauración.
Ante este panorama desolador, el desfinanciamiento del Ministerio de Cultura continúa, la precariedad contractual y salarial se torna insoportable, poniendo en riesgo no sólo una fuente de trabajo, sino también el patrimonio de todos.
Así fue que los empleados de cultura definieron el viernes 18 de mayo, día internacional de los museos, como un día donde no hay nada que celebrar en Argentina.