Ediciones Las Guachas en la Feria del Libro: voces de mujeres y disidencias desde el sur

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FILBA 2025

Ediciones Las Guachas en la Feria del Libro: voces de mujeres y disidencias desde el sur

11 Mayo 2025

Ediciones Las Guachas es un proyecto editorial situado en Patagonia con sedes en las ciudades de San Martín de los Andes y Bariloche. Llevan adelante el trabajo Tamara Padrón Abreu, Florencia Nobre y Julieta E. Santos al frente de un grupo mucho más numeroso porque la tarea de editar es profundamente colectiva. Más todavía si cada libro tiene como desafío encontrar artistas visuales que entablen un diálogo con los textos. Entonces cada pieza publicada requiere trabajo interdisciplinar.

La editorial cumplió cinco años. Los primeros dos transcurrieron casi por completo en pandemia y tuvieron la lentitud propia de los invertebrados. En los últimos años logró consolidar su catálogo a partir de dos premisas: editar voces de mujeres y disidencias desde el sur construyendo una región literaria en diálogo con las producciones del resto del país y Latinoamérica. La segunda premisa tiene que ver con recuperar la tarea meticulosa de la edición de la vieja escuela, acompañando cada instancia del proceso de creación del libro: el trabajo con borradores, clínicas de finalización de obra, corrección de estilo, maquetado, diseño, difusión, distribución. Y hacerlo de una forma amorosa. 

Con un catálogo consolidado y en constante crecimiento, hoy la editorial cuenta con cuatro colecciones. Prosa Guacha, dedicada a narrativa, Derivas poéticas, Citar la fuente, en un principio pensada como albergue de ensayos y no ficción, pero también un horizonte para textos mestizos, híbridos, reticentes a los encasillamientos. Actualmente están lanzando su primer libro de la colección ATP (apta para todo público), Sombrero Colibrí de la poeta neuquina Marisa Godoy, un relato bellamente ilustrado por Diana Zaccaro que recupera en inicio en el mundo de historias de una niña junto con su abuelo. La nueva colección retoma la idea de María Teresa Andruetto, cuando habla de una literatura sin adjetivos. Dice Florencia Nobre: “No es una colección pensada para infancias, sino que son buenos libros que también pueden leerse en la infancia pero que sostienen a ese yo adulto curioso y ávido de experiencias sensibles”. Un buen libro, dicen las editoras, no tiene edad.

Otra de las características del proyecto editorial tiene que ver con pensar la Cordillera de los Andes como una columna vertebral, como un puente, un corredor, como un vaso comunicante que conecta las producciones literarias a ambos lados de las montañas; más teniendo en cuenta nuestro territorio es parte de Wallmapu, territorio ancestral del pueblo mapuche que se extiende de mar a mar, donde la pregunta por las identidades plurales, diversas, disruptivas, interpeladoras, logran que a partir de la literatura se puedan habilitar y visibilizar otras miradas. Las que no tienen cabida en los medios hegemónicos, lo que no se muestra, disputas que la literatura permite porque singulariza el territorio. “Leemos, editamos y escribimos desde la suralidad como dice Riedemann”, sostienen las Guachas.

Hemos tenido la posibilidad de publicar tres libros esenciales Todas quisimos ser el sol de Daniela Catrileo, Flor amiga de diez guanacos de Anahí Rayen Mariluan y Choz Rayen de Viviana Ayilef que, desde diferentes estilos y experiencias, comparten una poética de los nombres propios, preguntas y certezas, construyendo una memoria desde la intimidad hacia lo comunitario de la identidad mapuche, agregan.

Trabajar en un proyecto cultural y colectivo, en una Argentina donde el desguace de las políticas públicas en cultura es casi total, constituye un desafío.

Trabajar en un proyecto cultural y colectivo, en una Argentina donde el desguace de las políticas públicas en cultura es casi total, donde todos los días vemos ataques y censuras, constituye un desafío.

Dice Tamara Padrón Abreu: “No puede ser que el acceso a la cultura sea un privilegio. Que se hable de bienes y no de derechos. Por eso queremos recuperar la tradición de Boris Spivakov, cuando plantea que un libro debe salir lo mismo que un kilo de pan. Entonces, es parte de nuestra identidad y de nuestro proyecto, que los libros sean accesibles, porque queremos que se lean, que se difundan, porque creemos en el derecho a la belleza y a la literatura. Porque el ecosistema de editoriales independientes garantiza que aparezcan otras voces, diferentes a las que necesita el mercado, voces para decir otras cosas”.

En este trabajo, nos cuentan, resulta clave la labor con la imprenta Semilla Creativa. Continúa Padrón: "Es nuestra casa aliada, con la que aprendemos juntos, con la que trabajamos desde hace cinco años, y en la que confiamos en base a una relación de honestidad y de creer firmemente en la tarea. Porque todo libro es político y creemos en lo que hacemos. Al frente de Semilla está Sergio Corfiatto”.

Un equipo que se completa con el asesoramiento artístico de Melissa Fort artista visual y performer. Entre las colaboraciones más destacadas se encuentran las de Alicia Pez (cuerpas en riesgo de Virginia Schuvab), Javier Goded (La Mataperros y otros quiebres), Mónica González (Cinética del aire de Astrid Romero) o Efraín Dávila (Hotel Triunfo de Liliana Campazzo).

Con todo este trabajo a cuestas las Guachas pasaron por la FILBA 2025 y conversaron con APU.

 “Hoy, en un país arrasado de políticas públicas, la cultura no es la excepción. Todos los días, nuevos ataques, amenazas, censura, desfinanciamiento total para sectores científicos que han sido el orgullo y emblema de nuestro país. La industria editorial no es la excepción. El precio de los libros es cada vez más privativo. Nuestros libros, al igual que la publicación de muchísimas editoriales independientes, se esfuerzan por mantener precios accesibles. Siempre comentamos, queremos que siga así. Eso implica renunciar a ganancias o poner mano de obra, que después es muy difícil de cuantificar a la hora de pensar un poco. Pero editamos y construimos un catálogo para que se pueda leer. Para que se vea extendidamente. Leer es un derecho, la literatura es un derecho, la belleza es un derecho, y la felicidad también es un derecho. Pero una felicidad colectiva. Una felicidad comunitaria. Porque cuando un libro, cuando lee su libro y está muy bueno, te cambia y te transforma. Enseguida lo querés compartir, lo querés prestar”, introduce Tamara.

En ese sentido, destacó el apoyo de la Subsecretaría de Cultura de Neuquén y del equipo del Fondo Editorial Neuquino que posibilitaron la presencia en la feria “con un gran esfuerzo por garantizar la multiplicidad de voces”.

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Ediciones Las Guachas

“Gracias a este respaldo tuvimos la oportunidad de presentar Metonimias, de Cecilia Alaniz, profesora, docente, radicada en Zapala. Es un libro que para nosotras es un orgullo y una necesidad, orgullo de que sea parte de nuestro catálogo. Es el libro con el que inauguramos la colección Citar La Fuente destinada al ensayo y la no ficción. También es una herramienta urgente, como lo es todo lo referido a Educación Sexual Integral. Hablábamos de políticas públicas, que este gobierno no envía material. Entonces creemos que este libro aporta, además de elementos teóricos, la capacidad de establecer diálogos con el aula, con la frase concreta. Cecilia abre, la cocina de sus talleres de lectura para que podamos ver cómo es su génesis, su selección bibliográfica, su propuesta de actividades. Es un libro que hace memoria, reconoce genealogías. Valeria Sardi comparte un prólogo maravilloso y es una invitación, es un desafío, es una responsabilidad política para quienes militamos la ESI y para quienes nos sentamos en las aulas”.

Por su parte, Cecilia Alaniz adelantó qué significa esta apuesta ética, política y pedagógica con Metonimias: “Probablemente, signifique esgrimir un gesto creativo, necesario y militante frente a tanto embate y arrebato ultraderechista. Metonimias busca oponer la poética de la ternura, la amorosidad y la resistencia frente a los discursos de odio y las prácticas de la crueldad, que desde el poder gubernamental y desde los medios hegemónicos (prensa cipaya) se ponen en circulación”.

“Metonimias es una apuesta epistémica, estética e ideológica que claramente marcha a contrapelo de toda arbitrariedad antidemocrática y antipopular. Es en cierta forma un texto programático que, en clave de lengua y literatura, encuentra sustento en la ESI, la LESI, la defensa de los Derechos Humanos y la diversidad sexo-genérica, como marco legal y jurídico insoslayable, como norte, como faro, como bálsamo.

Sin más, Metonimias contribuye a llenar las vacancias y vacíos de un Estado Nacional en franca retirada, en términos de políticas públicas y en inversión educativa y cultural, pues el vigente es un Estado que está donde no queremos que esté, esto es, coercionando y violentando a su ciudadanía, criminalizando la protesta social, censurando libros, demonizando hacedores y negando derechos constitucionales, conquistados histórica y colectivamente”, cerró la autora.

En ese cruce de presentaciones colectivas la poesía también dijo presente en la jornada, Andrea Wolf, docente y traductora barilochense radicada en CABA, leyó poemas de Matemos al difunto coronel, “Es un libro de poemas inspirado en la narrativa de escritoras de habla inglesa”, introdujo Andrea. “La idea surgió de unos talleres sobre cuentistas como Katherine Mansfield, Virginia Woolf, Carson McCullers, Flannery O´Connor y Lucia Berlin, entre otras. Empecé en 2017 en librerías de Buenos Aires, luego continué online y aún sigo con otras autoras y autores”, comentó.

Otro de los libros que presentaron fue Estampida de Selva Sepúlveda, poeta nacida en Villalonga en el partido de Patagones, que según contaron tiene la particularidad de ser parte de la Patagonia, pese ser el extremo sur de Buenos Aires. “Estampida es un primer poemario, si bien ella fue incluida en muchas antologías, creemos que su poética merecía tener un libro propio y quedo un objeto hermoso. Es un orgullo que forme parte de derivas poéticas”.

Respecto a Estampida, Patricia González López, escribió: “Este libro cruje, como el poema que le da nombre. Es el fuego, su amenaza, o su recuerdo; es la búsqueda constante de una porción de tierra limpia que nos salve de arder. Nos lleva a la tierra fresca, al silencio de un pueblo tranquilo, a los colores del campo. Nos abraza ese mundo donde todos saben el lugar que ocupa cada elemento, y hallan por eso, con facilidad, el desorden, el peligro de las trayectorias íntimas, las juntas, los vidrios desparramados en el piso o expuestos al sol”.

También participó de las lecturas Flavia Carballo, que prontamente estará editando en la casa editorial. 

“¿Podremos vender libros en este contexto donde el mango no alcanza ni para morfar?”, se preguntaron las editoras.

De la colección prosa guacha estuvo presente Natalia Belenguer, la autora radicada en Villa La Angostura compartió los inquietantes cuentos de La mataperros y otros quiebres, editado por Las Guachas en 2024. “La posibilidad de la feria del libro, de un público tan amplio o de una llegada un poco más masiva y una mirada distinta. Porque los del sur hacemos ferias, nos leemos entre nosotros, compartimos textos, hacemos presentaciones, o sea, eso está todo presente en el sur y hay mucha efervescencia en ese sentido. Lo que no está por ahí es la mirada desde la capital hacia el sur, entonces, eso entusiasma de la feria, La posibilidad de dar a conocer algunos textos que para nosotros son cotidianos”, sostuvo Belenguer.

Además, agrego que “escribir desde el sur sí tiene algunas particularidades en cuanto a que aparecen rasgos característicos del territorio. Ya sea desde cómo se habita el territorio, con quiénes se habita, cómo nos vinculamos también con el clima. Entonces, esas particularidades pueden aparecer y que son los rasgos interesantes de una literatura diferente. No una literatura homogeneizada a través de modas o de corrientes, tampoco estamos ajenos, no es que vivimos en una isla. Pero sí tenemos distintas libertades para crear”.

Cabe destacar que tanto las editoras como las autoras se sorprendieron de la recepción por parte del público de las actividades, pese a las inclemencias económicas muchos siguen apostando al libro.

“¿Podremos vender libros en este contexto donde el mango no alcanza ni para morfar?”, se preguntaron.

“No conocemos la respuesta y por eso nos aventuramos a seguir publicando, por eso vamos a seguir apostando a la poesía, a la ficción, a la lectura, al arte en todas sus formas de expresión, porque estamos convencidísimas de que cuanto peor se ponga el panorama para el ámbito de la promoción de la cultura, es cuando más tenemos que producir trinchera en forma de palabra poética, cuentos maravillosos, novelas y libros, libros porque son un dispositivo estético y a la vez emancipador “, sentenció Florencia Nobre.