Eva
Por Silvina Gianibelli | Ilustracion: Nora Patrich
Eva
De tanto en tanto
las palpitaciones de la tierra
auguran la llegada del tren,
en cuestión de unos minutos
y una estación nomás
llega, ella, envuelta
entre los aromas de tierra.
Los árboles plateados
se flagelan en la madrugada
en las espesas noches de soledad
Eva, sube al tren de Junín
y se confunde en el margen de los tiempos
La observo con los pies engarrotados
la estoy observando,
yo que rompí su pedestal.
La máquina avanza con el vaho amargo
tastabilleando las piedras que muerde la vía
La busco en el mismo asiento, pero veo que no está
Sin embargo, todo es quietud.
Una mujer ojerosa me dice :
ni aún muertita la vencieron, ni aún muertita.
El frío le congela las sienes,
por encima de la mías
Y así voy, muertita de miedo tras Eva
Hacia su eternidad.