Facu Soto: “Busqué saber sobre un Charly que era desconocido”
El periodista, psicólogo y escritor Facu Soto conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre los primeros pasos musicales de Charly García, recopilados en su nuevo libro Hubo un tiempo que fue hermoso.
Agencia Paco Urondo: Sos muy fanático de Charly García, amás toda su obra, pero conseguís tomar una distancia muy interesante a la hora de escribir.
Facu Soto: Comencé a escucharlo cuando tenía nueve años. A los 10 lo vi por primera vez, cuando presentó Clics Modernos en el Luna Park. Desde ahí, empecé a coleccionar reportajes de Charly, tengo un archivo increíble, muchísimas carpetas con incunables: tapa de la revista Primera Plana, de Diario Crónica, año 87, “Charly García se bajó los pantalones”, por ejemplo.
Uno de los karmas de Charly es que no fue escuchado o entendido a tiempo, después con el tiempo se resignifica. “Ahh, no era una locura lo que había hecho” o “era una locura, pero estaba en nombre de y quería decir tal cosa”.
APU: Es un libro que fue gestado en pandemia ¿Cómo se generó la idea? Nos diste una pista con ese frondoso archivo que tenés.
F.S.: El libro me parece muy fresco y tiene muy buena recepción porque en algún punto trae cosas de esa época donde el rock no había llegado a vender el stock, como decía Virus, no llegaba a los medios de comunicación masivos. Charly cuenta que cuando hizo Adiós, Sui Generis, apenas salió una reseña chiquitita en La Nación, no lo llamaban para dar entrevistas, o muy poquitas. Hay todo un gran misterio sobre cómo era esa etapa.
Hablé con compañeros de colegio de Charly, también con quiénes formaron el grupo anterior a Sui Generis. Hablé con Billy Bond, Ada Moreno, Raúl Porchetto, Claudio Gabis. Fue como muy excitante. Estuvo bueno que se hayan abierto a contar un montón de cosas que de otra forma, quedan perdidas. Pregunté mucho sobre sexo, cómo era en la época posthippie. Sexo diverso, que jugaba mucho con el rock, con esto de romper la cuestión binaria, el pelo largo, el sexo libre, el hippismo, las drogas de aquella época, de qué manera la música se escuchaba, cómo era el contexto.
APU: ¿Te sirvió para sacarte dudas de toda esa época, de ese Charly que empezaba en el camino de la música?
F.S.: Por ahí va la cosa y se vuelve más jugosa. En algún punto, tomé la delantera como representante de fans y fui por todo eso que usted quiso saber sobre Charly García y nunca se atrevió a preguntar. Toda esta gente fue muy dadivosa en dar toda la información. Tuve largas charlas con Pedro y Pablo, que fue el dúo que le dio lugar a Sui Generis para que fuesen los teloneros. Sui Generis, originalmente era un sexteto y quedó un dúo por cuestiones que no estaban planificadas. En el libro están las razones
APU: Hay una parte en la que puedo trazar un puente con Charly Queer, tu libro anterior, porque estás poniendo sobre el tapete el tabú que tenía la sociedad y el rock con lo transgénero, la orientación sexual de algunos grandes y también el tema de la droga.
F.S.: Sí, los managers de los grupos pilares de rock nacional, Almendra y Sui Generis, eran abiertamente gays. Y es interesante cómo eso influyó en los grupos y cómo lo tomaban ellos. A Jorge Álvarez lo pude entrevistar y él me decía “esa imagen que Charly dice que es angelical, de los dos juntos abrazados con el pañuelito, no es mía, es de Gatti”, que es un ilustrador que terminó haciendo afiches de Almodóvar, un groso total. Y él también es gay. Es ahí donde rescato de Charly y Nito (Mestre) que hicieron esas fotos y aportaron a la diversidad, es un guiño para que la gente pueda ser como quiera, cuando ellos son heterosexuales. Una apuesta de correr límites, a subirse a la propuesta estética que les tiraban en un momento en que el rock era muy cuestionado, agredidos de maricones, faloperos, putos. Charly llevó hasta las últimas consecuencias esa apuesta.
APU: ¿Ya se empezaba a vislumbrar ese fenómeno en que se iba a convertir García?
F.S.: Hay algunos pequeños momentos donde hay disidencias de miradas y me pareció estético dejarlo así. Está bueno porque hay confusiones de memoria, hay interpretaciones, y cada uno puede ir armando el rompecabezas a través de estas pequeñas contradicciones, de acuerdo a lo que viene leyendo, lo qué le parece que va mejor en ese agujero o en esa incongruencia y por qué elige creerle o le parece que esa voz es la más adecuada frente a eso.
Me pareció interesante dejar determinadas cosas de Charly, de Nito, y esas distintas voces. Entre todos van armando un relato coral. Cada uno tiene mucho para aportar. Liliana Lagardé, la primera esposa de David Lebón, cuenta cosas increíbles que no contó en ningún otro lado. Sobre el nacimiento de su hijo, dónde vivieron con Charly, cómo se conectaba García con David. Y tiene una impronta muy humorística. Contaba anécdotas en relación a las drogas y yo le decía “te estoy grabando, me encantaría que quede”, y no tenía problemas.
APU: ¿Tenías claro desde el inicio que el libro iba a ser así?
F.S.: La idea surgió hablando con otro editor que me hizo la propuesta, yo empecé a trabajar y después no le interesó. Suele pasar esto de que haya libros que quedan perdidos en el tiempo y se reconocen después de muchos años, o que tuvieron muchos rechazos editoriales y después se empieza a editar. Quedó muy copado, tiene lindo trabajo de diseño, hubiese puesto más material de archivo, pero no podemos hacer un libro 500 páginas, aburrido.
APU: Confiaste de vuelta en Sudestada ¿Qué sentís que te dan?
F.S.: La verdad que me encanta trabajar con ellos, como que estamos alineados en lo mismo, saben mucho de música, con la misma impronta social. Después, me parece que está bueno trabajar con gente con la cual hay onda, para los cuales es importante que el libro llegue a los lectores y lectoras que estaba destinado, no se prioriza la cuestión económica, por eso el libro es muy accesible. Hay una apuesta a hacer cosas lindas. Apenas les hice la propuesta, enseguida le prestaron atención. Confío mucho en ellos, en Nacho (Portela); las poquitas cosas que sacó era porque tenía que hacerlo. Se repetían, estaban mal redactadas, hay confianza en su laburo. Con otros libros no tuve esa suerte.
APU: ¿Te pusiste a ver algo sobre todo el material que hay sobre Charly o te mandaste directamente?
F.S.: Busqué saber sobre un Charly que era desconocido. No era famoso, hasta hay un video de la época de Pubis angelical y Yendo de la cama al living, año 82, que todavía puede salir a caminar por la avenida Santa Fe y nadie lo detiene para pedirle un autógrafo. No era la persona pública que conocemos hoy. Mucha gente cree que Charly es el famoso, el que está en Youtube, y este, en algún punto, es el mismo Charly de siempre y a la vez es otro.
En el momento que lo hice, lo disfruté mucho y no pensaba si lo iba a leer mucha o poca gente, si había mucho material o no. Voy más por el lado de la persona, Charly como filósofo, como alguien que tiene una forma de vida particular; no me propongo hacer análisis musical, tampoco soy músico.
“Fui por todo eso que usted quiso saber sobre Charly García y nunca se atrevió a preguntar”.
APU: Invitaste a Mario Martínez, el presidente del club de fans de Sui Generis, para que se hiciera cargo de la contratapa del libro.
F.S.: Él lo entrevistó a Charly, me cedió su entrevista para Charly Queer, era editor junto (con Jorge Álvarez) de Vida, una revista independiente que hacían con máquina de escribir. Lo entrevistó creo que dos veces, en la época de Peperina y en la de Yendo de la cama al living. Tenía mucha información y era la persona indicada para escribir esas líneas.
APU: ¿Qué tenés para decir sobre La lógica del escorpión, el disco nuevo de Charly?
F.S.: Me pareció divino, hermoso todo el proceso de comprar el disco, ir a buscarlo, ponerlo en el tocadiscos. Hay un par de canciones que me encantaron, supersensibles, como el cover de John Lennon. Ronda esta cuestión budista sobre que uno crece y realmente se vuelve humano cuando conoce la muerte, la vejez, cuando conoce un montón de cosas que tienen que ver con parte de la vida. Al principio, por ahí a mucha gente también le chocaba verlo a Charly con 73 años, y escuchar esa voz avejentada tiene su encanto, está buenísimo. “Juan Represión”, “La pelícana y el androide”.
Me da un poco de bronca, aunque siempre pasó así y es un poco el karma de Charly, que siempre fue criticado, y ahora hay gente que lo bardea, lo ghostea. Me parece que tiene que ver con la limitación de los argentinos. Charly, en una entrevista del año 87, dice el aparato represivo argentino no ha sido desmantelado, y me parece que esto sigue, con la Dictadura se fue generando esa cuestión represora que no permite ser que seamos libres. En vez de escuchar a Charly que siempre tiene algo nuevo para traer, compartir, para que disfrutemos, siempre se le pide algo viejo.
Me parece que ahora se espera que haga Parte de la religión, cuando en su momento lo criticaron, o Say no more, que en su momento nadie entendió. Ahora que está más grande, se permite mezclar temas como “Juan represión”, del año 74, agarrar un demo que hizo con Spinetta e intervenirlo, poner una melodía de Piazzolla en otro tema. Es un juego creativo que está buenísimo; probablemente en 10 años, un montón de grupos hagan esto que está haciendo Charly, ahora. Que no les dé vergüenza, si son viejos, cantar con la voz como la tengan. El problema es que somos muy estructurados.