Fernando Rossi: “Tanto Flema como la escena punk están vigentes”
Fernando Rossi, voz, líder y miembro fundador de Flema, también productor discográfico en Ying Yang Records, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre las giras, la historia de la mítica banda punk y su nuevo álbum, Fuera de control.
“Acá hay una pasión muy fuerte por el punk rock argentino, no solamente por Flema. De tanto venir a México, tenemos hasta un grupo de amigos, más allá de los seguidores. Siempre es un placer volver a DF. Es un país que me gusta mucho y que me encanta visitar”.
“A Maikel (Miguel de Luna Campos) lo conozco hace muchos años, de la vez que fui a tocar de invitado de Bulldog en un disco en vivo que sacaron ellos, Yo estuve ahí, nosotros también. En el ensayo de ese disco lo conocí personalmente a Maikel y terminamos a la noche en mi casa. Esto fue 2005. Después de ahí, lo seguía viendo de vez en cuando hasta que a mediados del 2012, 2013, le comenté que estábamos por sacar un disco nuevo, No nos rendimos. Y él se ofreció a producirlo, cosa que hizo, lo grabamos, salió”.
“Su incorporación como guitarrista fue en pandemia. En 2019 tuvimos la desgracia de que falleciera uno de los guitarristas de Flema, Gonzalo Díaz Colodrero. En ese momento no lo reemplazamos. Seguimos, nos acomodamos con la formación que teníamos, en vez de ser cinco pasamos a ser cuatro. Pero la verdad es que yo notaba que nos faltaba una primera guitarra. Gonzalo era muy talentoso, más allá de la gran amistad y que era un hermano, que eso no se reemplaza con nada. Un día se me ocurrió llamarlo de una a Maikel para que se viniera a tocar, sabiendo de las limitaciones que íbamos a tener por su agenda con Kapanga. Pensaba que el tiempo que pudiera estar o lo que pudiera brindar en los shows iba a aportar. Y sobre todo en la grabación”.
“Además del duelo, que existe y te digo que todavía lo extraño un montón a Gonzalo, lo que más cuesta es meter a cualquier boludo, por decirlo de una manera. Maikel reunía la condición de que ya lo conocíamos, además es un gran guitarrista, inclusive es una figurita difícil. Y bueno, salió. La relación que tenemos con él es excelente y eso facilitó un poco las cosas. Sino, quizás, probablemente seguiríamos sin un violero”.
“Hay de las dos cosas. Canciones que son nuevas. Del 2022, 2023, cuando empezamos el proceso de este disco que, en realidad, arrancó en el 2018, cuando todavía estaba Gonzalo. De hecho, hay tres canciones que son de Gonzalo. Y después, hay unas que son viejas, por ejemplo ‘La revuelta’, que era de mi hermano Santiago, y hay una de Ricky (Ricardo) Espinosa, ambas de la época del 90. Las sacamos del arcón de los recuerdos”.
“Hay una mía que la tenía con una bandita paralela, del barrio. Esa canción había quedado ahí, en la nada, se llama ‘Me voy a tomar’ y la rescaté para Flema. Con el trabajo de Maikel quedó mucho mejor”.
“Creo que cuesta más pasar del bajo a la guitarra que a la voz. Yo con la voz no tuve tanto problema. Siempre me gustó cantar y cantaba algunas canciones también cuando estaba Ricardo. Pero pasar a la guitarra, si lo quisiera hacer a esta altura, tendría que poner un robot en la mano”.
“La verdad que el tema de Ricky me gustaba. Se la toqué a Maikel con una guitarra acústica y si bien era de otro estilo porque el proyecto era Alma Stone, había un nexo en una canción parecida de Flema que también era de Ricardo, que se llama ‘Y aún yo te recuerdo’, que era también de ese tiempo. A mí, personalmente, me encantó cómo quedó la canción.

“Flema creo que se formó en el marzo del 86. Era una banda de compañeros de la escuela que no tenía nombre. Estaban ensayando, le gustaban Los Violadores, ese tipo de bandas y en un momento se suma Ricky. Ahí sí se le pone el nombre. Fue una carrera muy fugaz de esa formación porque prácticamente de un día para el otro entraron en Invasión 88 y eso le dio un gran impulso, pero después de la salida del disco, todo el resto de los compañeros de Ricky se fueron. Él quería insistir con el proyecto y ahí entré yo. Ricky era amigo de mi hermano mayor, Santiago, y su objetivo era él que era muy buen violero, pero Santi también tenía medio esos aires de ego y se hacía desear. Entonces, cuando le pidió para a tocar, le dijo ‘Si me querés a mí, ponelo al gordito’. El gordito, que era yo, dijo que sí y entramos a tocar”.
“Ahí empezamos a reconstruir la banda, me acuerdo que al principio Ricky no cantaba, estábamos buscando cantante. Cuando no venía un cantante, ensayábamos y lo hacía él, lo que lo decidió a no buscar más. Al principio le costó un poco acomodar la voz, hasta que logró esa particular que tiene él, medio impostada. Fue una creación de él”.
“En esa época, la escena se estaba reconfigurando. Ya estaba asomando 2 minutos, el Mentes Abiertas que fue en Arlequines. Ese era lugar objetivo para tocar, el otro era Cemento. Después, había un lugar que se llamaba Zona Cyborg. No había 250 millones de lugares donde tocar. No había giras a Rosario, ni a Córdoba, ni a ningún lugar. Era en Buenos Aires y básicamente en San Telmo”.
“Después, empezó a crecer un montón, aparecieron shows por todos lados. Fue muy dinámico, recuerdo que desde el 90 al 95 creció un montón. Lo de 2 minutos fue una explosión, por arrastre nosotros también crecimos, justo sacamos nuestro primer disco el mismo año que ellos. Fuimos creciendo, llegamos a Cemento, a otros lugares del país e inclusive a Chile”.
“Tanto Flema como la escena punk están vigentes, en todos lados hay bandas nuevas de punk, pibes que intentan seguir este camino y bandas viejas que se siguen sosteniendo. De hecho, muchos de los colegas nuestros de nuestra edad están supervigentes. Quizás la pérdida está en que se profesionalizó un poco todo. Los lugares, las bandas ahora ya entienden que no es solamente ensayar, hacen otras cosas que cuando nosotros éramos under ni se nos pasaba por la cabeza que había que hacerlas. Recién empiezan y ya tienen manager. Creo debe ser por el acceso a la información, Ponés cómo armar una banda, leés y seguís las instrucciones. Imagínate que si no le vendes un show a nadie, un manager mucho no sirve, pero bueno, la actitud está”.
“Al igual que lo explicaba Ricardo en su momento, les digo que las letras nuestras no son una apología de la droga, sino que en los 90 acá se vio una época muy dura y y quizás la soledad de la persona hacía que algunos cayéramos en eso. No me siento referente, pero en el momento que veo que algún pibe me ve como tal, trato de bajarle un mensaje positivo y que siga por el lado de la música, no trato de arruinarle la vida con un consejo para hacerme el loco”.
“Hoy, hay mucha información y el pibe tampoco es tan boludo, que porque vos cantés algo, lo va a hacer. En una época se tomaba mucho más literal lo que uno cantaba. Me acuerdo que Ricky decía ‘No te confundas, no soy tu referente’ en una canción. A él no le gustaba que lo tomen porque él también tenía sus rollos, no te decía ‘mirá cómo soy yo, vos tenés que ser igual’. Tiene una responsabilidad el mensaje, lo que decís”.
“No estoy seguro que lo de Ricky haya sido una decisión. Sí sé que él tenía muchos problemas de depresión, había tenido unos intentos light, por decirlo de una manera. Siempre alguien lo terminaba auxiliando o llamaba a la ambulancia. Pensé que lo hacía más como un juego. En ese sentido, debo reconocer mi falta de información y también la juventud. Hablaba con él y le decía, como escribía sobre eso, ‘Eso es para la gente, déjate de joder’. No entendía, de hecho una vuelta que teníamos un arma de juguete en casa le dije ‘Si te querés suicidar, tomá’. El me respondía ‘Vos no me entendés’. Cuando pasó lo que pasó, lo primero que pensé fue qué estúpido de tomármelo medio a la burla”.
“No era solamente por burlarme, sino como una especie de enojo. ¿Qué me estás contando, que tuviste un intento de suicidio, estúpido? Nos hablábamos con mucha confianza. Después, uno va instruyéndose un poco. Por ejemplo, era de los que pensaba que el tipo que se suicida no te dice que se va a suicidar, va y se suicida. De hecho, le decía eso a Ricky. Todo lo contrario, resulta que sí, que las personas que se suicidan te van diciendo y no sólo para llamar la atención. Ricky dio varias señales. Hubo que morder el polvo y todavía se lo extraña al Negro. Fue su decisión y la respeto, pero ojalá estuviera acá, vivo, incluso si yo me hubiera distanciado de él por cualquier cosa, preferiría que estuviera vivo y enojado”.
“Cuando teníamos que lanzar los singles, charlamos con Maikel y no es que considerábamos a ‘Hater’ el mejor tema del disco ni nada, pero creo que tenía algo así como salir a las piñas. Como una declaración. Creo que cumplió esa misión”.
“Nuestro manager lanzó un video con mucha habilidad. Hay unas páginas que tienen un banco de imágenes que son gratis. Imágenes en alta calidad, bien filmadas. Y nuestro manager agarró de ahí varias e hizo un video. Es muy gracioso porque algunos comentaban ‘¿Cómo puede ser que hayan gastado tanta plata en este video?’. ¡Si supieran que lo hicimos con un celular y con un banco! Si lo tenés que pagar para filmarlo tenés que vender Flema, nos quedamos sin banda. La gente se piensa que uno hace poniendo guita y en realidad es tratando de inventar cómo no ponerla. Somos argentinos después de todo”.
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