Gérman, últimas viñetas
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APU: Queríamos preguntarte como empezó tu amor por la literatura.
Luciano Saracino: Yo creo que la literatura es como los monstruos, te llegan, no creo que uno llegue a ellos, es un vínculo medio raro el que se da con los libros, con las historias. Como los besos ¿no? Como son tus primeros besos, esos que son inolvidables, esos que están buenísimos por eso los querés repetir. Yo, para eso tengo que volver a esas tardecitas de mi infancia, a las historietas en la casa de mis abuelos en Entre Ríos, esas siestas interminables. Yo me acuerdo que no me dejaban jugar a la pelota porque el rebotar de la pelota hacía ruido y despertaba a todo el mundo y bueno, me sentaba a leer una Patoruzú, la Anteojito o El Tony y bueno, ahí empecé a leer El Eternauta, y eso que te digo de los primeros besos; inolvidables ¿no? Darme cuenta a los cuatro años que había algo como eso y que en eso había magia. Lo recuerdo como si fuese hoy, de ahí el mundo nunca más volvió a ser el mismo, entonces sí, como llegan mis lecturas llegan desde este lado, de la historieta en mi caso.
APU: Creo que de hecho la historieta tiene un lugar muy importante en tu producción.
LS: Si me apuras y me decís qué es lo que más te gusta escribir yo te digo Historietas. Después bueno me pondré en artista o en intelectual y discutiremos otras cosas pero el placer que siento al escribir historietas es innegable.
APU: Se nota, sobre todo, si uno piensa en la última serie que se emitió por la tv Pública “Germán, últimas viñetas” y se nota la pasión por la historieta y también por un personaje como Oesterheld.
LS: Se juntan ahí las dos cosas, fue el placer de hablar sobre historietas en la televisión y por otro lado el enorme orgullo de hablar sobre Oesterheld. Ahí están las dos cosas porque lo que tiene esa serie es que pudimos contar una historia grande, trágica, de las que nos gustaría nunca tener que contar porque por supuesto hablamos de la tragedia familiar más grande de la historia de la argentina. Pero también pudimos tener momentos en los que estuvimos hablando justamente de historietas, había parlamentos o diálogos en donde lo que hacíamos era sacarnos el gusto. Y yo decía esto se va a pasar por la televisión, estamos hablando de Breccia, de Solano López, de Altuna, estamos hablando de Oesterheld y era lindísimo porque si vos ves la serie por arriba, de lo que se habla es de historietas. Luego por supuesto, afuera llueve, afuera está pasando algo gravísimo, pero adentro estamos hablando de historietas.
APU: Y además me imagino que debe ser, como lo comentabas vos, algo bellísimo escribir, hablar, contar, la historia de Germán; pero también me imagino que detrás de eso hay una responsabilidad muy importante que tuviste que asumir para hablar de él y del contexto.
LS: Como casi todo en la vida lo hice de manera inicialmente muy irresponsable. Lo encaré como se encaran las buenas historias, simplemente como eso. El día anterior a que salga en la televisión me di cuenta lo que estás diciendo, me di cuenta que esto era algo de un sentido muy profundo, yo lo había tomado como una historia y la escribí como tal, en la soledad de mi estudio, la escribí como escribo mis historias. Ahora: el día anterior entré en pánico, porque ahí dije claro esto es realidad para mí; hablar de historietas, hablar de Oesterheld, sacar afuera lo que siento, en realidad es muy grande ¿Qué pasará?¿cómo se lo tomarán? Fue muy difícil y ahora que estamos los dos y te lo comento así entré en pánico al día anterior al estreno. Y dije bueno, ¿haber que va a pasar con lo que hice sin tomar las consecuencias debidas?. Por suerte salió bastante bien.
APU: Es una buena propuesta ya que de esa manera pueden surgir grandes revoluciones, sin preguntar qué es lo que había que hacer y yendo al frente con una idea por más loca que parezca.
LS: Exactamente, los mejores amores crecen desde el pié, las revoluciones tempranas crecen desde el pié, creo que es eso ¿no? Si vos pensás en todas las posibilidades que va a tener la revolución que estás haciendo capaz que te quedás en tu casa, pero por suerte sigue habiendo locos que siguen pensando en revoluciones… o en historietas.
APU: Vos también te dedicás mucho a la literatura infantil y la mayoría de tus libros están ilustrados, en ese ámbito tampoco te podés desligar de la relación entre la palabra y la imagen
LS: No, y me parece que es un vínculo hermoso, primero el de laburar en equipo el de pensar una historia desde la imagen, lo autoral dividido en dos porque hay dos autores tanto en historieta como en literatura para chicos, pero por otro lado la decisión muy concreta de a quién le estás escribiendo, a quién le contás la historia que contás, bueno yo decidí justamente darle mi historias a los pibes, decidí dárselas a los que le gustan las historias, las películas, series de televisión, contar sobre la gente que eso es otra cosa que también hacía Oesterheld. Yo en un momento tengo que pensar ¿en que soy parecido a Oesterheld? Porque es un tipo que se jugó, un tipo con una calidad literaria innegable y superior a la media.
Bueno en lo que coincidimos con Oesterheld fue que decidimos contarle nuestras historias a un público grande: los chicos, el pueblo, los que leen historietas. En eso me sentí muy cercano y sí, que es precioso laburar con dibujantes que son unas puras personas, con una cabeza increíble. Lo hermoso que es recibir un adjunto con esas páginas que vos escribiste en palabras o las imaginaste en abstracto y de golpe las recibís en concreto, o sea, cómo lo vio esto el dibujante y ni hablemos una serie de televisión, como lo vieron los actores, como lo interpretan. Yo la vi la serie al aire, en vivo, no la había visto nunca y cuando la veía no lo podía creer, lo que había hecho Miguel Ángel Solá, los actores, los directores al ponerla en escena. Qué transformación se da entre tu guión y la realidad, es fantástica.
APU: Leí en una nota que a la hora de escribir el guión y de construir los personajes vos dijiste algo así como “yo con los personajes me tomé una cerveza” y los actores se tuvieron que poner su ropa, hablar con su voz, ¿como los construiste a los personajes que formaron el conjunto de esta obra?
LS: En algunos casos me basé en personajes reales, junté dos o tres historietistas de la época y los puse en uno solo, en otros casos me basé en estereotipos, como ese personaje que se viste como Sandro, que lo político le pasa por el costado, el editor que es un ogro pero con una mirada de niño impresionante porque es el malo pero que en realidad no es ningún malo…
APU: Perdóname la interrupción pero creo que nunca vi un malo tan creíble en una serie, yo creo que una persona así existe, ahí el pacto de ficción se da totalmente, es real.
LS: Lo que hizo Claudio Rissi es increíble y desde la escritura la idea era justamente crear un malo que tenga esa mirada de niño adentro, que lo que está en definitiva jugándose es su admiración por Oesterheld y no esa cuestión de “soy el jefe de redacción y soy un malo” y eso. Eso lo hice con casi todos los personajes, de hecho, “El Comisario” que es un guionista de historietas que está trabando en la editorial también juega muchísimo en eso, es un tipo que está en las antípodas de Oesterheld, es en todo caso el enemigo y que si Oesterheld es un montonero él será quien le llegue algún día una circular a su comisaría donde diga que hay que atrapar a Oesterheld. Y también es un personaje con un trasfondo muy interesante, una doble cara, lo que hará al final (no contamos para que la gente que la vio vaya a internet a verla) es interesantísimo. Lo que hice fue armar una especie de mapa entre los personajes y de vínculos entre cada uno. Yo tengo en mi estudio un pizarrón y en esos días ese pizarrón era hermoso porque lo que hacía eran las líneas, qué le pasaba a cada uno, por ejemplo “la secretaria” que inicialmente es tremendamente zonza y no hace nada y lo que dice son frases hechas y luego se termina jugando la vida porque será quien reciba los guiones clandestinos de un tipo clandestino, quien los tipee, quien se juegue de alguna manera por otro guionista que está en una crisis existencial dese su parte autoral. ¿Qué pasa en la serie? Pasa Oesterheld y el paso de Oesterheld cambia a todo el resto, el único que no cambia es Oesterheld. Ya llega siendo él y seguirá siendo él porque así son los grandes autores, los grandes hombres, todos los demás que les toca estar en un mundo donde podemos llegar a convivir con ellos cambiaremos ante su presencia, eso es lo que yo me plantee con la creación de los personajes. Luego por supuesto los actores se ponen sus trajes, entonces me venían y me decían “el personaje dice esto y no me parece que tenga que decir esto, a vos te parece que lo diga así” ahí está lo que te digo de la cerveza. Yo me tomé con cada personaje una buena cerveza, una hermosísima cerveza , pero cada actor se puso tanto las pilas y hubo tanto compromiso con la historia. Después preguntaba ¿esto pasa siempre en las series? “No” me decían, “esto pasó acá” fue un viaje por Marte.
APU: Volviendo a la historieta, ver la serie a mi me causó muchas ganas de empezar a leer historieta, género que desconozco no por negarlo sino por un desinteres que vine del desconocimiento. Comentanos a los neófitos de la historieta dónde se encuentra hoy la historieta argentina, ¿está en fierro?¿ está más allá de la fierro?
LS: El mundo cambió bastante desde los años `50 o 70 donde la historieta estaba en todos lados, me acuerdo que de pibe ibas a la peluquería y tenías la Dartagnan o en el baño de tu tía había una Intervalo, uno convivía con la Patoruzú, existían. Hoy el mundo cambió pero cambió para todos, el quiosco de revistas ya no es lo que era antes, entonces la historieta tiene otras casas, en principio la Fierro es una revista de historietas argentinas fantástica que recomiendo darle un vistazo, pero lo que pasó últimamente es que la historieta ha ganado las librerías y eso no había pasado nunca en la argentina. Uno va a la librería y ve de golpe un sector que dice “historietas” antes la historieta pertenecía a las revistas, pertenecía a publicaciones que eran efímeras en tanto que se acababa el mes y vos tirabas a la basura o quedaban guardadas en un armario, ahora no, ahora tenemos lomo, ahora tenemos un lugarcito en la biblioteca que pertenece a la historieta con lo cual ¿hemos perdido mucho? Si, por supuesto, hemos perdido la cantidad de público a pesar de que las revistas El Tony o Columba o estas editoriales que yo cuento en la serie tiraban un millón y medio de ejemplares por mes durante décadas. Ese público desapareció pero desapareció hasta para los periódicos, el vínculo con la literatura es otro, por eso lo que digo es que si tienen ganas de ver qué pasa la librería hoy es un buen lugar para ver qué pasa, ni hablar de las comiquerías que hay por ciertos barrios, pero lo que tienen las comiquerías es que uno entra y se abruma, y mucho, y además se abruma porque hay mucho y muy bueno
APU: Claro, uno puede cometer el error de perderse
LS: De perderse o de asustarse, bueno la idea es entrar a una librería de estas, grandes chicas o lo que sea y ver qué hay publicado en libro, generalmente yo tengo la teoría que si llegó a libro es porque vale la pena que llegue a libro, sacando gaturro (risas) por supuesto, que es una porquería y después otras cosas como gaturro que también son una porquería, pero ¿por qué llegó a libro “Dago, el esclavo” “El Eternauta” las mejores historietas de Diego Agrimbau que es un guionista argentino actual que es fascinante? Bueno, llegan a libro porque la gran mayoría merecen llegar a libro.
APU: Bueno tenemos la esperanza de que después de “Germán” mucha gente se acerque a la historieta
LS: Vos sabés que eso lo sentí muchísimo, hoy en día tenés las redes sociales, el facebook y mucha gente que no conozco me escribía, andá a saber movidos por qué sentimiento, primero para decirme lo que decís, que se habían emocionado y segundo por eso mismo, para decirme que no leyó nunca y que tiene ganas de empezar a leer historietas, eso sólo ya es un golazo de visitante en el minuto 92 o sea que misión cumplida.