Leerlo... sólo cuesta vida!

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Leerlo... sólo cuesta vida!

31 Marzo 2019

Ilustración: Leo Olivera

Por Javier Tucci

 

“Sólo sé que no sé nada”, Sócrates.

¿Alguien se puso a pensar qué es lo que está ocurriendo en este preciso momento con el fetiche libro del Indio Solari? La respuesta podría resumirse en una avalancha energética que ocurre muy pocas veces en el seno de una sociedad, con la particularidad actual de estar atravesada por una crisis socioeconómica y política como tantas otras que soportamos los y las argentinas. Y decimos esto porque el ejemplar que acaba de sacar a la venta Editorial Sudamericana cuesta nada más y nada menos que $999, una cifra nada cómoda para los desangelados. Pero, a pesar de la suma despampanante, también es verdad que dicha biografía autorizada es un zocotroco con imágenes a color que tiene su costo de producción y distribución. Además, lo loco del caso, como todo lo que tiene al Indio como epicentro artístico, es saber que desde que salió “Recuerdos que mienten un poco”, y mientras lees estas líneas, ciento de miles de pibes y pibas (algunos provenientes de la masa noventista donde Carlos Alberto supo ser una especie de padre en medio de ausencias parentales y estatales, y otros que son más purretes o más viejetes) pergeñan constantemente las estrategias para leer esas palabras que se hicieron esperar durante años.

Dentro de esas peripecias estratégicas están aquellos y aquellas que encuentran un PDF de rebote en algún grupete de wasap; otros ahorraron de antemano o achicaron todo tipo de gastos para ir corriendo a la librería más cercana; mientras que otros directamente metieron la mano en la batea y sanseacabó (lo que hace recordar a viejos dispositivos con los que los ricoteros y ricoteras se las arreglaban-no siempre- para el ingreso a un recital sin entrada). Los motivos eran diversos: porque no había guita, porque te la habían afanado o zaraza, luego de haber viajado en tren, dormido a la intemperie cagados de frío y demases obstáculos llenos de amor-devoción hacia una banda que permitio construir uuna identidad y un fenómeno colectivo indestructible, sin que ellos (Los Redondos) lo hayan querido o alentado.

Sin entrar en profundos análisis sobre el contenido de las más de 800 páginas de lo que ha vomitado el Míster, se puede aventurar que más allá de un acto de amor a la vida, esta biografía lograda luego de dos años de charlas entre el periodista Marcelo Figueras y el Indio, funciona como una herramienta sociocultural y política de construcción masiva, en medio de esta nueva noche neoliberal. ¡No es exagerado señora, señor! Dicho compendio de anécdotas atraviesan la vida de un ícono viviente de la cultura rock, de la contracultura, donde conviven datos historiográficos que caracterizan perfectamente lo familiar, la individuación y lo comunitario del sujeto. Como así también el contexto social, económico, político y cultural del país de los últimos setenta años, la edad que tiene el Indio, los mismos años que el Presidente Mauricio Macri expone son los causantes de todos los males de la Argentina, en alusión al origen peronista.

indio-peroncho

Un último secuestro-No, el de tu estado de ánimo-No

Hacia1989, el Indio, haciendo uso de su discurso anti hegemónico, le decía a la Revista el Monstruo de Panamá: “La autoridad miente. La autoridad opera en tu cerebro. Opera mintiendo por los labios de los funcionarios en todos los sobornos. Te mienten los directores de las agencias de noticias y de las agencias de publicidad. Todos los días las pequeñas mentiras institucionales en las ondas de TV y en los periódicos devoran nuestro estado de ánimo”.

Por eso el Indio decide sacar esta biografía autorizada-de manera con o inconsciente- en este momento tan decadente para la democracia argentina, donde otra vez el verbo hambrear y marginar son de manual. Hay que mirarlo y comprenderlo desde ahí, porque Carlos Alberto Solari - hoy camuflado en las pieles de Protoplasman o simplemente el Míster- tuvo los cojones de descajonear su propia historia y, sin ponerse de ejemplo de nada, deja este legado como girones de su vida para reinterpretar cómo ha funcionado y funciona la historia pendular argentina.

Háganse de esta obra como sea, (sin mediar violencia alguna obvio); que haya pibes y pibas y no tanto leyendo en subtes, bondis, trenes, bares, plazas, ya sea el físico, en fotocopias, celulares, notebooks o táblets, con el único objetivo de seguir levantando la trinchera sociocultural en contraposición a un sistema digitado y convencido en vaciar la cultura popular.

 

“Yo soy, yo soy… nadie”, El hombre eléctrico, canción inédita de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.