“Los efectos”: libro de Sergio Frugoni
Por Flora Vronsky
Sergio Frugoni* desembarca en la narrativa argentina con su primer libro de ficción que agrupa siete relatos de una densidad notable. Esta afirmación es correcta desde el punto de vista de una crítica literaria que no hace más que consignar un señalamiento dentro del artificio del género, sin dejarse atravesar por la experiencia estética que propone una primera obra con todo lo que tiene de potencia creadora. En las contracciones de esa experiencia reside lo indecible pero también lo posible. Y en ese sentido, la lectura insubordinada honra mucho más la potencia resonadora de una obra al irrespetar, precisamente, la sacralidad de su condición.
En esta línea, Los efectos es un libro que plantea una paradoja: los pasajes que parecieran allanar y desmitologizar la palabra del relato llevándola hacia un lirismo más cercano a la prosa poética son, en definitiva, los que abren el sentido hacia una operación nueva de mitopoiesis que irrumpe en la plasticidad de dos campos semánticos: el silencio y el mar. Las coordenadas de esta operación están apuntadas en los epígrafes iniciales, pero, a modo de olas que rompen inexorables y ajenas a las alteraciones del mundo, van desplegando su fuerza a lo largo de los siete relatos.
La atmósfera general -una niebla guardiana de todo lo que no se enuncia- instala la sensación de estar haciendo un viaje lento y pausado, difícil de llevar, como si se cortara el agua con el peso monumental de una ballena. Una ballena tan melvillesca como criolla que navega nuestras llanuras y aguas con el mismo ímpetu, hacia una profundidad que escapa a la habilidad de los sentidos.
Que las llanuras y las aguas sean nuestras no es una marca menor; los relatos de Los efectos están situados, incardinados en una tradición narrativa que ha hecho de la mitologización geográfica uno de sus locus constitutivos. Así, la propuesta de Frugoni disemina las condiciones de posibilidad para abrir con su voz la construcción de un nuevo locus acuífero; esa mitopoiesis que incluya el mar como territorio de expansión asimismo enunciador de nuestras narrativas. Una voz que se asemeja al canto de la ballena que resuena, potencia, lanza las causas indecibles de esos efectos desplegados pero ya, por suerte, inmanejables. Los personajes, desde su fragilidad existencial que convive con una pulsión de vida casi rebelde, son los que sostienen la textura climática, las burbujas de aire que emergen de los pulmones exigidos por la presión del agua, vencidos, ahogados, pero no muertos. En los detalles de esas vidas tomados como fotogramas ínfimos de la lucha por sostenerse en el ser está asentada la escenografía ficcional de lo inexorable, una suerte de fuerza destinal que los hace, en su nimiedad, ballenas inmensas siempre llamadas a seguir cortando aguas.
En el cuarto relato, "De la part de César" (punto de inflexión narrativa del libro), leemos: "Detrás de las sombrillas, el mar transparente se asoma como una promesa definitiva". Un sintagma que da cuenta de una intención y un lanzamiento hacia nuevas causas y nuevos efectos. Una relación casi directa con esos versos de Héctor Viel Temperly en El Nadador: "Gracias doy a tus aguas porque en ellas mis brazos todavía hacen ruido de alas".
*Sergio Frugoni nació en Tandil en 1973. Es Profesor en Letras y Magíster en Escritura Creativa. Se dedica a la enseñanza y la investigación en la UNLP y la UNSAM en el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, y en el ISP Dr. Joaquín V. González. Coordina talleres de escritura literaria y espacios de formación en contextos de encierro, capacitando mediadores de lectura en cárceles de la Pcia. de Buenos Aires. Co-dirige proyectos de extensión universitaria en la UNLP. Ha participado en proyectos socioeducativos con la literatura y el arte para jóvenes de todo el país en el Ministerio de Educación de la Nación. Ha publicado relatos breves y poesías en distintos medios. Es autor de Imaginación y escritura y artículos sobre la enseñanza de la literatura